En agosto se supo que la Universidad Médica de Tokio había manipulado los resultados de sus pruebas de admisión a Medicina para matricular a más hombres que mujeres. Argumentaban que ellas dejan de trabajar o se ausentan al casarse y tener hijos. Ayer, la institución anunció que admitirá a algunas postulantes afectadas en 2017 y 2018. Aunque los 63 cupos adicionales no serán suficientes: en los últimos dos años, 101 aspirantes habrían sido rechazadas fraudulentamente.