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Problema ético y moral:

La inteligencia artificial aún no resuelve cómo "decidirá" un vehículo autónomo ante una emergencia

jueves, 01 de noviembre de 2018

Lorena Guzmán H.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Una encuesta global descubrió que el criterio de qué vida salvar en un accidente no es igual para todos. Actualmente, la tecnología no puede hacer esa diferencia, pero en eso se trabaja.



En marzo pasado, un vehículo autónomo de Uber era probado en las calles de Tempe, Arizona (EE.UU.), cuando una mujer se cruzó en la vía. Los sistemas del auto fallaron y este no logró frenar a tiempo. La mujer falleció. El accidentes revivió el constante cuestionamiento acerca de la seguridad de los vehículos autónomos.

Si bien todos quienes apuestan por esta tecnología aseguran que estos vehículos sin piloto serán más seguros que los conducidos por humanos, el cómo lo lograrán aún no está resuelto. Hay emergencias que obligarán a estos vehículos a "decidir" entre el o los pasajeros y uno o varios peatones. Esa instrucción será programada con antelación, pero la duda es qué dirá exactamente.

Situación hipotética

Para comenzar a dilucidar esto, un equipo encabezado por investigadores del Laboratorio de Medios del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados Unidos, encuestó en línea a más de dos millones de personas alrededor del mundo. Las preguntas ponían a los encuestados ante varias situaciones de colisión y atropello inminentes, y les preguntaba si, por ejemplo, preferían salvar a una o varias personas, o a alguien joven antes que a una persona mayor.

La mayoría prefirió salvar una vida humana por sobre los animales, a muchas vidas en vez de una sola y a los más jóvenes. En este último punto, la preferencia por la juventud fue mucho más clara en Latinoamérica, mientras que fue levemente a la inversa en Asia.

"La tecnología todavía no es capaz de identificar si tiene en frente a un niño o a un adulto, pero eventualmente lo hará", dice Miguel Torres, profesor de Ingeniería Eléctrica UC, quien contestó la encuesta.

El problema no solo es complicado por el gran desarrollo que requiere la tecnología, sino también porque muchas veces hay opciones más sutiles, agrega el especialista. Chocar con una pared o girar para otro lado podrían ser alternativas con consecuencias menos dramáticas.

"Esto es súper relevante en términos tecnológicos porque desde ya se pueden incorporar dichos parámetros, que el auto reconozca situaciones específicas, en los desarrollos", asegura.

Mauro Basaure, académico de la Universidad Andrés Bello e investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), advierte que el problema es altamente complejo. Esto porque se trata de una paradoja. "Es una utopía, en el sentido negativo de la palabra, el creer que un algoritmo pueda tener mejor capacidad de prevención y anticipación para resolver este problema", explica.

Este no solo se trata de un problema moral, sino también uno jurídico, ya que no se puede valorar más una vida que otra, dice.

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