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Encuestas anticipan una victoria aplastante del candidato de extrema derecha:

Brasileños eligen a su próximo Presidente en un duelo de extremos con Bolsonaro como favorito

domingo, 28 de octubre de 2018

Amanda Marton Ramaciotti Enviada Especial
Internacional
El Mercurio

Río de Janeiro El postulante se ha visto fortalecido por la crisis y por tener un oponente del manchado Partido de los Trabajadores.



La empresaria Fátima Oliveira (33) tiene claro qué mensaje quiere dar con su voto: "El Partido de los Trabajadores (PT, izquierda socialista) no". De igual forma, el comerciante Alexandre Camargo (33) decidió que no apoyará al candidato de extrema derecha, Jair Bolsonaro. "Él, jamás", comenta. Las elecciones presidenciales de hoy en Brasil parecen una competencia del rechazo, un duelo de extremos en que los sondeos vislumbran una victoria aplastante para Bolsonaro sobre su contrincante del PT, Fernando Haddad.

Según la última encuesta de Ibope, divulgada ayer, el excapitán del Ejército contaría con 54% de las intenciones de voto, contra 46% del exalcalde de São Paulo. En cambio, Datafolha otorgó 55% a Bolsonaro y 45% a Haddad. En primera vuelta, Bolsonaro obtuvo más de 48 millones de votos (46%).

En los medios y en las calles, muchos brasileños se preguntan cómo logró tanto apoyo. El candidato es parte del recién nacido Partido Social Liberal; en 28 años de carrera política como diputado solo logró aprobar dos proyectos de ley y nunca fue seleccionado entre los "caciques del Legislativo" (diputados muy influyentes dentro del Congreso).

"Él es, en definitiva, un monstruo electoral, no logro entender por qué", dice la profesora Marlene Simões (57). La respuesta para el médico Júnior Serra (41) es más simple: "Él es un mito, un fenómeno. Tiene más respaldo que el propio 'fenómeno' (el exjugador de fútbol Ronaldo)", comenta entre risas.

Existen varios factores que explican el éxito de Bolsonaro:

Lugar correcto, en

el momento correcto

El excapitán no está involucrado en ningún caso de corrupción, una de las principales preocupaciones de los brasileños tras los escándalos de sobornos en la estatal Petrobras y en la constructora Odebrecht, que salpicaron a casi toda la clase política del país y de gran parte de Latinoamérica.

Además de tener la "ficha limpia", Bolsonaro se compromete a acabar con la violencia en el país, que en 2017 cobró la vida de casi 64.000 brasileños y más de medio millón de personas en los últimos diez años. El candidato defiende que todo ciudadano de bien debe tener un arma. "Si estamos en guerra, también tenemos que atacar", sostuvo en una reciente entrevista.

En los últimos años fue cada vez más frecuente el uso de las Fuerzas Armadas para solucionar los problemas. "(El Presidente Michel) Temer contribuyó a generar la idea de que basta con llamar a los militares para que se arregle todo. Y había un militar (Bolsonaro) diciendo eso como candidato", comenta la revista Istoé.

Nuevos medios

Con poco tiempo de propaganda radial y televisiva, Bolsonaro es el político que mejor usó las redes sociales. Tiene más de dos millones de seguidores en Twitter; 5,4 millones en Instagram y 7,5 millones en Facebook. Eso le ha permitido menospreciar a la prensa tradicional, a la que acusa de propagar desinformación sobre él y "apoyar a los comunistas".

Tal como los expresidentes Lula da Silva (Brasil) y Cristina Fernández (Argentina), y los mandatarios de EE.UU., Donald Trump, y de Venezuela, Nicolás Maduro, Bolsonaro también recomienda no hablar con los periodistas. "Hasta nuevo aviso, la orden en su campaña es no conversar con nadie hasta el día de la victoria, no dar entrevistas a los medios internacionales, y solo emitir breves comentarios a los medios locales", dijo a "El Mercurio" Waldir Ferraz, amigo de Bolsonaro desde hace más de 20 años y encargado de prensa del candidato.

Actitud conservadora

Aunque Brasil ha sido gobernado desde los años 90 por el centro o la izquierda, la sociedad es mayoritariamente conservadora. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), 63% de la población está de acuerdo con la pena de muerte, aunque el último condenado fue ejecutado en 1876. De acuerdo con el mismo instituto, solo 14% defiende la legalización del aborto libre. En ese contexto, Bolsonaro cuenta con el apoyo de la llamada bancada BBB, "del buey, del balazo y de la Biblia", formada principalmente por latifundistas, policías y evangélicos.

"El brasileño suele buscar un padre, una persona que inspire confianza, un líder, una suerte de mesías y salvador", comenta a este diario la socióloga Esther Solano, quien ha realizado investigaciones sobre el avance del candidato en el país. Un detalle: el segundo nombre de Bolsonaro, que él menciona cada vez que puede, es Messias.

El adversario perfecto

Cuando recién empezó la campaña electoral, el PT había inscrito como candidato a la Presidencia al exmandatario Lula, condenado en segunda instancia a 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero en el marco del escándalo de Petrobras. No fue sino hasta la segunda quincena de septiembre (menos de un mes antes de la primera vuelta) -cuando la justicia electoral le prohibió a Lula ser candidato- que el partido decidió inscribir la candidatura de Haddad a la Presidencia.

Eso le jugó en contra, pues, al no ser tan conocido, no fue capaz de captar el enorme apoyo que tenía Lula hasta ese momento.

Esa insistencia del PT en el expresidente hizo que muchos creyeran que en caso de volver al gobierno el partido volvería a caer en prácticas corruptas. "No quiero a Lula gobernando de nuevo; esta vez desde la cárcel", comenta el chofer Flávio Santana (60).

"Líderes como Bolsonaro buscan enemigos públicos para cristalizar en ellos la suma de los miedos y, a partir de estos, obtener el apoyo de las masas. Fue eso lo que hizo con el PT", asegura a este diario Rodrigo Tavares, de la Fundación Getúlio Vargas.

La animadversión a Lula en buena parte de la sociedad también hizo más difícil que Haddad construyera una alianza de "fuerzas democráticas" para aislar a Bolsonaro, al estilo del Frente Republicano que bloqueó a los ultraderechistas Jean-Marie y Marine Le Pen en Francia.

Si el PT hubiese sido derrotado en primera vuelta, o hubiese apoyado la candidatura de otros líderes de izquierda, como Ciro Gomes, la tesis de "los brasileños contra el PT", que usa Bolsonaro, se habría derrumbado, dicen los analistas. Pero su continuidad en los comicios solo reforzó el duelo de extremos.

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