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Senador PS José Miguel Insulza valoró consenso alcanzado en la Cámara Alta y pide que diputados lo aprueben:

"No había que extremar la crítica a Aula Segura; quedaron de lado las posiciones más duras y ganaron los acuerdos"

domingo, 28 de octubre de 2018

Alex von Baer
Nacional
El Mercurio

El parlamentario marca distancia con senadores de centroizquierda que se opusieron inicialmente al texto, pero también formula dura crítica al Ejecutivo: "Sus declaraciones no ayudaban".



El jueves, el senador PS José Miguel Insulza fue uno de los pocos dirigentes de la oposición que asistieron a la presentación del proyecto sobre ciberseguridad que ingresó al Parlamento el Presidente Sebastián Piñera.

Ese día transmitió al mandatario la molestia de su sector por el tuit que emitió el Jefe de Estado durante la discusión del proyecto Aula Segura en el Senado -en el que Piñera emplazó a los parlamentarios a dejar en claro "de qué lado están: del de los estudiantes que quieren aprender en paz o del de los delincuentes de overol"-, pero no por ello se restó del acto.

Y es que tras el acuerdo que se alcanzó en el Senado entre el Gobierno y la oposición para aprobar la iniciativa -que obliga a los directores a iniciar un proceso sancionatorio contra escolares que porten armas o explosivos, o agredan a profesores, pudiendo determinar su expulsión tras un proceso de 15 días-, Insulza insiste en reivindicar la necesidad de que se alcancen consensos entre ambos sectores. Lo hace al teléfono desde Arica -zona que representa en el Senado-, a donde viajó tras concluir el áspero debate de un mes.

-¿Qué valoración hace de los contenidos del acuerdo? Diputadas del PPD y PC anunciaron cambios en la Cámara.

-El texto que salió es mejor que el que ingresó, porque se compuso la falta de un debido proceso, que podía provocar una inconstitucionalidad. Y se precisaron cosas, una fórmula intermedia: el Gobierno quería la expulsión inmediata, y eso no nos parecía. Al mismo tiempo, el Gobierno quería que quedara claro que el objetivo del sumario era la expulsión, y que se garanticen sanciones drásticas si se demuestran responsables. Eso sí era importante. Ahora es un mucho mejor proyecto, y espero que la Cámara lo sostenga. Se juntaron bien las dos cosas. Quien piense que lo puede hacer mejor, ¡pues que lo ensaye! Pero que garantice esas cosas.

-Usted defendió que se debía legislar desde inicios de semana...

-Sí. No podíamos aparentar que el problema de la violencia extrema en algunas escuelas, que es lo que provocó el proyecto, no existe. Lo peor que puede pasar, y eso podía estarnos pasando en la oposición, es que la gente crea que este problema no nos importa.

-¿Por qué sintió que era necesario intervenir en el debate?

-Me preocupaba que esto se demorara, o que saliera de forma abrupta. Las dos cosas casi pasaron. ¡Si llevábamos un mes con el proyecto y no pasaba nada! Esa era una pésima señal para la sociedad. Y si nos quedábamos tranquilos con la pura discusión inmediata, también. Eran horas cruciales y encontré que había que meterse, porque las cosas se habían ido extremando. Desgraciadamente, algunas declaraciones del Gobierno, la última del Presidente el día de la votación, no ayudaban a un mejor clima. Eso pasa cuando, en el fondo, las dos partes quieren lo mismo, pero se están peleando por cosas chicas. El clima estaba malo. No había voluntad de concederle a nadie una coma.

-En una reunión de senadores de la centroizquierda, los miembros de la comisión de Educación plantearon como una opción rechazar la idea de legislar. ¿Usted estuvo de acuerdo?

-Algunos plantearon que había que rechazar la idea de legislar si no cambiaba el proyecto, pero la mayor parte consideró que esa opción no existía.

-El senador Juan Pablo Letelier (PS) había advertido que se equivocaban sus pares que "excedían" su crítica al proyecto. ¿Lo comparte?

-Sí. Yo dije: "Nosotros no vamos a ganar en esta cosa". Nos fue bien finalmente como oposición, sobre la base fundamental que dije: "No tenemos que quedarnos en solo criticar el proyecto del Gobierno, sino que mostrar que el nuestro es mejor", lo que iba a suceder en la medida que este mostrara nuestra voluntad de sancionar a los responsables y, al mismo tiempo, diera garantías de que no se iba a prestar para una caza de brujas en la comunidad, porque un sector de la sociedad también valora el debido proceso. No había que extremar la crítica a Aula Segura, porque el Gobierno trataba de responder a un ánimo en la sociedad de que había que castigar estas cosas, sobre todo después de los videos que se vieron. Pero quedaron de lado las posiciones más duras y ganaron los acuerdos. Pero reitero, la gente no quedó contenta con el trato recibido por el Gobierno, sobre todo por las agresiones a la senadora Provoste, fueron brutales.

-¿Fueron demasiado críticos Quintana y Provoste?

-Ellos estuvieron disponibles para alguna forma de acuerdo. Estoy claro que Quintana buscaba algo razonable. Una cosa es una postura dura, que a lo mejor la tenían, y otra es ser intransigente. Pero en la oposición, ni los que estaban más duros ni los más blandos amenazaron con patear la mesa. Y el Gobierno, por su parte, estaba demasiado apurado.

Peso de las encuestas

-El rector del Liceo de Aplicación, Humberto Garrido, valoró que ahora tendrán "más atribuciones para proteger" a la comunidad escolar. ¿Era un proyecto que contaba con alto apoyo ciudadano?

-Sí, era un proyecto que la gente quería. Querían ver firmeza en las escuelas, porque ven que la indisciplina ha llegado bastante lejos. Y, a veces, no darse cuenta de eso nos lleva a errores.

-El exministro Jorge Burgos (DC) señaló que no percatarse del respaldo que concitaba esta iniciativa y rechazarla podía generar un "costo electoral" a la centroizquierda.

-Podía provocar problemas, porque la sensación que queda es que no hacemos nada al respecto. Donde hay un clima de violencia, y las cosas se salen de lo básico que debe tener el sistema, y la escuela se transforma en un lugar ingrato, uno tiene que reaccionar.

-Algunos senadores reconocían que era complejo finalmente votar en contra de un proyecto que tenía una alta adhesión en las encuestas. ¿Incidió eso?

-Eso pesó. Las encuestas son un argumento que escuché mucho, pero más que eso, era lo que decía la gente en la calle. Los parlamentarios van a sus regiones, eso tuvo un peso grande.

Críticas al Gobierno

-¿Cómo vio el funcionamiento del equipo de Gobierno que tramitó el proyecto?

-En el Gobierno también hay algunos más duros y otros más blandos. Yo converso las cosas con los ministros a cargo de los temas, y fundamentalmente con el ministro Gonzalo Blumel (Segpres) y Andrés Chadwick (Interior). Pero también conversé con la ministra Marcela Cubillos (Educación).

-¿Jugó algún rol el subsecretario de la Segpres, Claudio Alvarado?

-Él siempre juega un rol, porque tiene un gran conocimiento de la gente. Hay confianzas que se construyen con los años. Vi a Blumel y a él en esto. Está siempre Alvarado, y Blumel cuando puede.

-¿No afectaba el diálogo con ellos el que el Presidente y la vocera Cecilia Pérez tuitearan presionando a los senadores?

-En algún momento, no me quiero referir al Presidente, yo temí que hubiera gente del Gobierno que no quería sacar el proyecto, porque da réditos hablar de mano dura, mientras que hablar de debido proceso es menos popular. De la misma manera, ellos temieron que hubiera gente de la oposición que estaba por bloquearlo.

-El senador Ricardo Lagos Weber (PPD) dijo que el Presidente "socavaba la democracia" con su tuit. ¿Lo sintió así?

-Si usted empieza a decir que los protagonistas de la democracia, que son los políticos, están a favor de los criminales, claro que socava el diálogo democrático.

-Más allá del tono, ¿espera que este diálogo que se consiguió en Aula Segura permee otros debates en el Congreso?

-No creo que esto siente aún un precedente. Estamos todavía más por los enfrentamientos que por los acuerdos. Pero es una buena cosa que haya ocurrido. Vamos viendo qué pasa, hay temas importantes ahora, como presupuesto, seguridad, previsión e impuestos.

"Si usted empieza a decir que los protagonistas de la democracia, que son los políticos, están a favor de los criminales, socava el diálogo democrático".

"Rechazar podía provocarnos problemas en la oposición, porque la sensación que quedaba es que no hacemos nada respecto a la violencia en las escuelas".

"Ahora es un mucho mejor proyecto, y espero que la Cámara lo sostenga. Quien piense que lo puede hacer mejor, ¡pues que lo ensaye!".

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