Cambio climático y política

lunes, 15 de octubre de 2018

Opinión
El Mercurio

Señor Director:

Desde hace al menos unos 15 años, el mundo de la política ha tomado el tema del cambio climático como algo propio. Me parece que esto no es lo mejor que le puede ocurrir a la Tierra ni menos a su población, pues los intereses políticos son diversos del conocimiento científico y pueden motivar a los pueblos con procesos erróneos y nefastos para las futuras generaciones.

El cambio climático no es nada nuevo ni malo en la historia del planeta. Es algo natural y ni siquiera el cambio climático posterior a la Revolución Industrial es algo causado por el hombre. Este se puede explicar casi en un 100% por las fluctuaciones cíclicas de la actividad solar, lo cual es fácilmente demostrable, y así ha sido hecho en numerosas publicaciones científicas.

El paradigma actual sobre los gases de efecto invernadero y el cambio climático no pasan de ser una hipótesis no demostrada en los hechos, como hace la ciencia real, sino que sobre todo en supuestos errados e inexactos y en los consecuentes y deficientes modelos. El daño que se hace a la ciencia, a la economía de las naciones en desarrollo y a la calidad de vida de la población es enorme: tal vez lo peor, sin embargo, es que la gente joven ve peligrar su futuro por esto, lo cual está fundado en creencias basadas en argumentos débiles y sesgados.

No es raro empezar a escuchar que hay que desmantelar el sistema capitalista y los medios de producción para crear un nuevo orden. Ese mensaje tiene más que ver con política y con religión que con ciencia. Los hechos muestran que el cambio climático actual se detuvo en el año 2000 y que el incremento de temperatura ha sido mínimo desde entonces, que los huracanes y tifones llevan 35 años de declinación, que las poblaciones de osos polares aumentan y que el hielo del Ártico se estabilizó y está empezando a aumentar.

Nos encontramos en el inicio de un período de enfriamiento que perdurará hasta aproximadamente la década de 2050, pues el Sol está entrando a una fase de inactividad como no se veía desde el Mínimo de Dalton, a fines del siglo XVIII. En esto coinciden casi todos los estudiosos del Sol. Eso significa que nada de lo que pronostica el panel de la ONU se cumplirá.

Da al menos para preguntarse qué persiguen los que dirigen la ONU y el resto de las autoridades que los siguen ciegamente y sin mirar los hechos.

Carlos Gana  Ingeniero agrónomo