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La primera escultora chilena Rebeca Matte Bello

martes, 16 de octubre de 2018

Por Carla Toledo
Las primeras mujeres que abrieron camino en Chile
El Mercurio

Fue una de las artistas chilenas más reconocidas de la historia y llegó a ser profesora de la Academia de Bellas Artes de Florencia.



Q uizás una de las esculturas más conocidas de Santiago es aquella que retrata en bronce el dolor y la agonía de un padre sosteniendo en sus brazos a su hijo caído. Se refiere a uno de los mitos emblemáticos de la Grecia Clásica y en ella se lee la inscripción "Unidos en la gloria y en la muerte". Es "Ícaro y Dédalo", de 1922. La última gran obra de Rebeca Matte. Un encargo del gobierno chileno para donar a Brasil con motivo del centenario de su independencia y cuya réplica adorna el frontis del Museo de Bellas Artes desde 1930.

Hija única de Rebeca Bello y del diplomático Augusto Matte -y bisnieta de Andrés Bello-, Rebeca Matte se educó como artista en las escuelas europeas seleccionadas por su padre, junto a quien se estableció en París a los 15 años. El taller de Giulio Monteverde, en Roma, y la academia de Rodolphe Julian, en París, consolidaron su dominio del oficio de la escultura en mármol y bronce.

Pero fue su dolorosa historia personal la que moldeó la sensibilidad y la mirada que imprimiría en sus obras. Su madre fue víctima de trastornos psíquicos tras dar a luz, por lo que Rebeca fue criada por su abuela. En 1913, su padre murió en Berlín.

La historiadora Isabel Cruz de Amenábar -autora de "Manos de mujer", dedicado a la vida y obra de Rebeca Matte-, resumía la particularidad creativa de la escultora en entrevista con "El Mercurio" en 2008: "En Chile, tanto las escritoras como las pintoras que trabajan durante el siglo XIX, con anterioridad a 1880, no son 'artistas' en el sentido moderno del término. (...) Rebeca Matte es la primera artista moderna, con todos o casi todos los rasgos del artista trágico de la modernidad romántica en una dimensión propia personal".

A partir de 1914, con el monumento "La guerra", en el Palacio de la Paz de La Haya, en Holanda, el trabajo de Rebeca Matte irrumpe en los espacios públicos. Le siguen obras como "Los ciegos", en el Cementerio General de Santiago o "Los héroes de La Concepción", hoy en la Alameda.

En enero de 1917 fue la primera latinoamericana distinguida como profesora honoraria de la Academia de Bellas Artes de Florencia. Tras la muerte de su hija, en 1926, Rebeca dejó la escultura y se refugió en las letras, otro de sus talentos.

Rebeca Matte murió el 14 de mayo de 1929, a los 53 años. Seis décadas después de su muerte, el Ministerio de Educación creó el premio que lleva su nombre, para reconocer a nuevas escultoras destacadas.

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