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A la memoria del tren Longino

domingo, 30 de septiembre de 2018

Entrevista: Sebastián Montalva Wainer.
Reportaje
El Mercurio

Cristián Leighton, documentalista



"E n el verano de 1994, con 29 años, viajé desde La Calera a Iquique a bordo del tren Longino, que conectó a Chile durante el siglo pasado y que dejó de funcionar como tren de pasajeros poco después del golpe. Desde entonces se mantuvo solo como transporte de carga, hasta 1997. Terminó con el fin de siglo.

"Ese viaje fue mi primer trabajo cinematográfico como director. Yo me había enterado de la existencia de este tren mientras era productor de Al Sur del Mundo . Así que este documental sería el testimonio de algo que iba a desaparecer, una manera de recorrer Chile que había marcado sobre todo a gente del norte.

"Lo grabé en celuloide. Hicimos una película de media hora, llamada El tren del desierto , que luego exhibió TVN. La empresa Ferronor, que era la dueña de este ferrocarril, nos puso a disposición un coche del año 40, de primera clase, y en él viajamos un equipo de ocho personas. El coche se enganchó en La Calera entremedio del tren de carga, que llevaba cátodos de cobre. El viaje hasta Iquique duró una semana, porque el tren avanzaba muy lento, a unos 30 kilómetros por hora. Parábamos en cada una de las estaciones que existían por entonces: Los Vilos, Illapel, Auco, Coquimbo, Chañar, Pueblo Hundido, Pirita, Catalina. Al final, la película terminó siendo una mezcla de ficción y documental. El presentador era Pancho Reyes, una especie de periodista-actor. Pero también estaban los dueños de las estaciones, los maquinistas y conductores de los trenes, que se cambiaban en cada tramo y los íbamos conociendo.

"La experiencia es muy difícil de describir. Es un tren que iba en medio del Chile del norte profundo. Hay un tramo impresionante entre Diego de Almagro -que se llamaba Pueblo Hundido- hasta Baquedano, que atraviesa el gran desierto de Atacama. Fueron 20 horas y era enfrentarse a la nada misma. Lo mismo cuando pasabas Baquedano y llegabas a Los Vientos, donde se bajó el 'empampado' Riquelme. Todos nos sentimos empampados, perdidos en este medio de transporte, pasando por estas estaciones que sabías que iban a desaparecer. Yo sentía la ansiedad de dejar un registro, de preservar la memoria a como diera lugar. Era como decir: 'Esto va a morir: filmemos'.

"Hace unas semanas volví al norte e hice una especie de remake de ese viaje en tren, para un proyecto llamado Somos Choapa . Lo hice en auto, tratando de seguir la línea entre Los Vilos e Illapel, pero ya no se puede. Los túneles se han convertido en túneles para automóviles y partes de la línea férrea han sido cubiertas por caminos. Los sistemas ferroviarios son signos de desarrollo de un país y creo que les bajan muchísimo el estrés a la vida de las personas. Es una tragedia que este tipo de viajes ya no se puedan hacer. El tren implica que tú tengas que pensar tu territorio de una manera distinta, algo que Chile tiene pendiente: asumir lo que somos territorialmente de una forma más lúcida".

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