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Medidas por compras militares a Rusia:

China cita a embajador de EE.UU. por sanciones financieras y sube tensión bilateral

domingo, 23 de septiembre de 2018

JAVIER MÉNDEZ ARAYA
Internacional
El Mercurio

Un funcionario de alto rango en Washington dijo que las disposiciones estaban dirigidas contra Moscú y no contra Beijing.



En una nueva escalada de la tensión bilateral, el gobierno chino convocó ayer al embajador estadounidense en Beijing, Terry Branstad, luego de las sanciones financieras impuestas por Washington al Departamento de Desarrollo de Equipos del Ministerio de Defensa de China por la compra de armas rusas, y presentó una queja formal por esta medida, informó el Diario del Pueblo, órgano del Partido Comunista.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de China, que citó al embajador Branstad para tratar el asunto, no proporcionó detalles sobre el encuentro.

Sin embargo, el Ministerio de Defensa, a través del portavoz, Wu Qian, dijo que la decisión de China de comprar aviones de combate y sistemas de misiles de Rusia es un acto normal de cooperación entre países soberanos, y Estados Unidos no tiene "derecho a interferir".

"El enfoque estadounidense es una flagrante violación de las normas básicas de las relaciones internacionales, una manifestación completa de hegemonía y una grave violación de las relaciones entre los dos países y sus dos ejércitos", expresó el vocero.

El portavoz advirtió que Estados Unidos enfrentaría "consecuencias" si no revocaba inmediatamente las sanciones.

Mientras, un funcionario de alto rango de Washington, que habló con Reuters bajo condición de anonimato, puntualizó ayer que las sanciones estaban dirigidas a Moscú, no a Beijing. La medida contra la agencia china no fue discrecional, dijo.

"Esperamos que se preste atención, porque (...) nuestro objetivo es evitar este tipo de transacciones", agregó el funcionario estadounidense.

La escalada

En el marco de las represalias por la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016, el Departamento del Tesoro de EE.UU. impuso el jueves sanciones contra 33 individuos y entidades por sus lazos con el Kremlin, incluyendo la compañía militar china Departamento de Desarrollo de Equipos, y su director, Li Shangfu, por comprar cazas SU-35 y sistemas antiaéreos S-400 a la empresa estatal rusa Rosoboronexport, la mayor exportadora de armamento de ese país, que ya había sido sancionada por EE.UU.

Con estas disposiciones, Li tendrá restricciones para conseguir visas, se prohíben las transacciones con el sistema financiero estadounidense y se impide el acceso a propiedades dentro de jurisdicción estadounidense.

Esta es la segunda ocasión en la que el gobierno de Donald Trump castiga a entidades chinas en las últimas semanas, tras las sanciones que impuso a varias empresas a las que vinculó con Corea del Norte.

Asimismo, las sanciones se producen en medio de una escalada de la guerra comercial. Esta semana, Washington anunció un alza de aranceles de importación a productos chinos por un valor de US$ 200.000 millones, y Beijing respondió con represalias, que afectarán a mercancías por un valor de US$ 60.000 millones a partir de mañana, 24 de septiembre.

Estos aranceles son el segundo paquete de gravámenes impuesto por el gobierno de Trump contra el gigante asiático, después de un primero de US$ 50.000 millones que entró en vigor en junio y al que China respondió con idéntica medida.

Para los expertos, la nueva medida adoptada por EE.UU. contra China empeorará aún más las relaciones bilaterales.

"Como cuestión práctica, esta declaración de molestia china es precisa, clara y contundente. Esto hará que sea más difícil para la administración del Presidente Donald Trump llegar a un acuerdo con Beijing y revertir este proceso de deterioro. Además, también resulta dudoso que por estas sanciones Rusia se muestre menos dispuesta a vender armas a China", dice a "El Mercurio" Mark Katz, experto en seguridad de la Universidad George Mason en Fairfax, Virginia.

Otros analistas sostienen que estas medidas militares contra Beijing repercutirían en las negociaciones comerciales, cuya quinta ronda ya fue suspendida por China (ver recuadro).

"China puede tomar medidas adicionales con respecto al comercio por sí misma. Políticamente también puede haber algún efecto a largo plazo si estos problemas no se resuelven", manifiesta a este diario Timothy Hagle, académico de la Universidad de Iowa.

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