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Firma controlada por grupo Angelini entró al mercado de helados:

Orizon, la empresa de jureles de Copec, expande su área de alimentos, pero congela grandes inversiones pesqueras

domingo, 23 de septiembre de 2018

Claudia Ramírez
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

Pese a su diversificación en el rubro alimenticio, más del 50% de las ventas de Orizon aún provienen del jurel. "Es imposible pensar en hacer una renovación a escala grande", asegura Rigoberto Rojo, gerente general de la compañía, ante la incertidumbre que les provoca el proyecto de Ley de Pesca.



Aunque Orizon es conocida por su emblemático jurel San José, su nueva apuesta de negocios está muy lejos del mar, pues incluye barras de cereales, helados, brownies y tortillas mexicanas de la marca Old El Paso, entre otros productos.

El 31 de agosto, la compañía controlada por Igemar (67%), Eperva 13% -dos sociedades parte de Empresas Copec, a su vez en poder del grupo Angelini- y por Coloso (20%), firmó un contrato de compraventa con Comercializadora Novaverde, de propiedad 70% Siemel, también del Grupo Angelini, y 30% de la familia Piwonka. El objetivo era traspasar dos líneas de negocios: General Mills, de la empresa estadounidense que vende en Chile productos alimenticios, y una línea de paltas procesadas por la empresa Megamex.

Como parte de la operación, que es básicamente una compra de activos entre partes relacionadas , Orizon pagó US$ 10 millones por la cartera de clientes, la relación con los proveedores y el know how de Novaverde en estas líneas de negocios. El resto de los negocios de Novaverde del grupo Angelini se vendió a tres sociedades relacionadas con Coca-Cola, en una operación visada por la Fiscalía Nacional Económica.

La adquisición de los activos de Novaverde se enmarca en un plan estratégico que Orizon viene desarrollando desde hace años, explica Rigoberto Rojo, gerente general de la empresa. "En 2015 hicimos una planificación estratégica que llamamos Orizon 2020 y empezamos a buscar la manera de potenciar más el mercado del consumo humano, con productos dentro o fuera del mar, que fueran complementarios a los nuestros y nos dieran entrada a nuevos canales", resume.

Orizon ya distribuye los productos de General Mills en supermercados y otros canales de venta, y la línea de paltas al canal food services (restaurantes, casinos y hoteles, entre otros), donde están debutando. "Compramos el time to market, que es la posibilidad de entrar mucho más rápido al negocio del food services , porque hoy el cliente que te compra palta también te pide arroz, pescado y choritos", dice Rojo.

Para los productos de General Mills, Orizon prevé una inversión anual de US$ 1 millón, con foco en las marcas Nature Valley y Fiber One.

Ley de Pesca: "La viabilidad económica de algunas empresas está en riesgo"

Rigoberto Rojo asegura que hoy la apuesta de Orizon está en productos con valor agregado. De sus ventas totales por US$ 193 millones, el jurel representa el 54% ; sardina y anchoveta, el 18%; atún, arroz y otros, 17%; y choritos, 11% (todos porcentajes anteriores a la incorporación de Novaverde).

A fines del año pasado, Orizon se adjudicó el 26% de las 50 mil toneladas para pesca de jurel que licitó la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura en la modalidad de licencias transferibles de pesca con vigencia de 20 años renovables. Una modalidad que podría tener sus días contados, pues el Gobierno ingresó al Congreso una "ley corta" de pesca que, en lo esencial, modifica el sistema de licencias transables y fija permisos por 20 años no renovables.

Un cambio que, tal como el resto de la industria pesquera, Orizon no ve con buenos ojos. "Todas las inversiones y planes que hacemos son con una mirada a largo plazo. Cuando hay un límite de tiempo (licencias de 20 años), hay un período en que hay que empezar a pensar mucho mejor las inversiones. Esto incluye equipos de trabajo, gente, formación de capital humano, desarrollo de marcas", dice Rojo.

"Aquí hay un tema de viabilidad de la industria hoy. No solo que no vaya a crecer en grandes proyectos, sino cómo se hace sustentable con ese nivel de incertidumbre. La industria pesquera tuvo buenas rentabilidades hace 10 o 15 años, pero en los últimos cinco años son empresas que han perdido una gran cantidad de dinero. Si se revisan las rentabilidades después de 2010, es la octava o novena industria en Chile. La viabilidad económica de algunas empresas está en riesgo, y fuentes laborales formales también lo están", asegura.

-En su caso, ¿cuáles son los proyectos que quedan en revisión?

"Hemos invertido en proyectos que no son de gran cuantía, buscando el valor agregado (...), pero cuando uno piensa en ampliar capacidades, en hacer saltos tecnológicos importantes, una planta nueva de harina, por ejemplo, hoy es imposible pensar en hacer una renovación a escala grande con la incertidumbre de si la ley va a cambiar o si la cuota va a cambiar en uno, dos o cinco años. Las renovaciones de barcos son temas que tienen que revisarse con base en las cuotas. Hoy tenemos ocho barcos propios y estamos empezando a llegar a niveles de productividad de esos barcos en que empiezan a toparse en sus capacidades. Entrar al noveno o décimo queda congelado por ahora".

-Usted ha comentado que les gustaría ser más escuchados en el proyecto de Ley de Pesca. Como grupo, ¿hay alguna autocrítica, considerando que Corpesca -otra de sus empresas- fue protagonista de la polémica que se generó por la ley vigente?

"Como Orizon, participamos de Sonapesca (Rigoberto Rojo es director de ella), organización que representa nuestra posición en este tema. Legislar sobre la Ley de Pesca requiere tres condiciones: primero, que la normativa tenga base científica y técnica. Segundo, que tenga una amplia participación de todos los actores. Tercero, que sea capaz de conjugar los legítimos intereses económicos y de desarrollo social de todos los actores con el principio de sustentabilidad de los recursos. Como Sonapesca creemos que ninguna de estas tres condiciones se está cumpliendo".

Rojo también cree que como industria existe un problema de sobrecapacidad: "Hoy las LTP (licencias transables de pesca) son transables. El mercado las regula. Quien pueda pagar más o menos por una tonelada, puede tenerla, dependiendo de su propia escala. Si uno mira las capacidades instaladas, si se mira la harina, las plantas funcionan a plena capacidad el 30% del tiempo. Está absolutamente sobreinvertido. (...) Todos nos hemos ido ajustando. La mitad de los barcos, o más, salieron del agua por recurso escaso. Es necesario regular los esfuerzos pesqueros".

A fines de agosto, Orizon interpuso una demanda contra CV Trading, firma con la que compite en el rubro pesquero. La acusa de "competencia desleal" por vender la especie de pescado caballa como jurel. Rojo declina referirse al tema, pues está en tribunales, argumenta.

Si uno mira las capacidades instaladas, si se mira la harina, las plantas funcionan a plena capacidad el 30% del tiempo. Está absolutamente sobreinvertido. (...) Es necesario regular los esfuerzos pesqueros".

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