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Chadwick: "Si no se les pone freno a conductas de este tipo, se debilita la democracia y el Estado de Derecho"

domingo, 16 de septiembre de 2018

María Soledad Vial y Alfonso Peró
El_Mercurio

Ministro del Interior, Andrés Chadwick, ante acusación constitucional a supremos. "Es preocupante que un grupo de parlamentarios haya demostrado no tener un compromiso sólido con la institucionalidad", dice el jefe de gabinete. También transita por el resultado de las encuestas, las expectativas económicas, el efecto político de la votación por la ley de identidad de género y lo que, a su juicio, representan las dos almas de la oposición.

Desde las fondas, donde bailó cuecas como en sus años de senador por la zona rural, no perdió de vista lo que pasaba en el Congreso. Entre esquinazo y esquinazo con el Presidente, el ministro del Interior celebró que los diputados rechazaran, finalmente, la acusación constitucional que el Frente Amplio, los partidos Socialista, PPD y Comunista promovieron contra tres jueces de la Corte Suprema.

Durmió tranquilo el jueves, reponiendo fuerzas para unas Fiestas Patrias que el vamos lo darán los evangélicos con su Tedeum. Podría haber algún arranque por la ley de identidad de género que el Gobierno aprobó esta semana y que la mayoría de Chile Vamos también rechazó. Andrés Chadwick no le tiene miedo ni a protestas el domingo ni a las diferencias en la alianza de gobierno, se lo ve contento, relajado con corbata fucsia y reloj azul donde un elástico sujeta la correa. "Nuestra coalición ha ido alcanzando madurez, ha sido muy exitosa en la unidad, en crear un ámbito de respeto a la diversidad", dice bajo la atenta mirada de su mentor, el asesinado senador UDI Jaime Guzmán, cuyo retrato a lápiz destaca en su oficina, una de las pocas cosas que Chadwick trajo en su segunda estadía en La Moneda.

Su escuela ha sido la unidad diversa de los Chadwick Piñera. Él mismo tuvo coqueteos con el Mapu en la UP, donde sí militó su cuñado José Antonio Viera-Gallo, en el extremo del arcoíris que completa Herman, su hermano, también de la UDI. Por eso sabe que faltan años todavía para que septiembre no divida a los chilenos, pero ve buenas señales en las nuevas generaciones. También en la economía, que esta semana anotó buenas cifras de inversión, el jefe del gabinete anticipa que el mayor crecimiento económico -"que es central para el Gobierno, para generar seguridad, confianzas"- empezará a sentirse en los sueldos, en nuevos empleos y mejorarán las altas expectativas que los chilenos se hicieron de Piñera.

"Una buena semana", dice empezando esta larga conversación.

-Pero parece que no tanto, ¿cómo vio la caída en el apoyo del Gobierno que mostraron las encuestas?

-La miramos, la seguimos, pero no condicionamos ni determinamos las políticas ni las acciones de gobierno en torno a una encuesta. Si alguien pretendiese gobernar siguiendo una encuesta semanal, cometería el más profundo error y terminaría neurotizado.

-La adhesión del Gobierno es casi calcada a la de la ex Presidenta Michelle Bachelet, en este mismo período.

-Los que estudian las encuestas buscan establecer ciertos nexos, vínculos, pero en términos más reales y profundos, una encuesta semanal no determina el accionar ni el estado de ánimo de un gobierno, es una mera referencia sobre situaciones de coyuntura. Si uno toma el conjunto de encuestas, cercano al 50%, a largo plazo, entonces este gobierno está contando con un respaldo ciudadano muy significativo, muy importante.

-¿No les preocupa esta tendencia a la baja desde hace varias semanas?, ¿reconoce que algunos tropiezos han influido en esa caída?

-Sin duda, todos los gobiernos tenemos una etapa inicial que se ha llamado la "luna de miel" cuando cuenta con un favor importante, hay una expectativa. Esa etapa para nosotros obviamente terminó, llevamos seis meses y estamos bajo el escrutinio de la ciudadanía que hoy es más exigente y se han generado errores o desprolijidades que nosotros hemos asumido. También puede influir que las expectativas empiezan a exigir más resultados o beneficios en forma más rápida. En seis meses hemos tenido una recuperación económica, crecimiento, inversión, muy relevantes, muy significativo. Toma su tiempo que se vaya sintiendo en las remuneraciones, en un mayor bienestar, en mayor consumo.

-Las expectativas fueron el talón de Aquiles del primer gobierno, el Presidente lo ha dicho, ¿cree que nuevamente se sembró más allá de lo que pueden cumplir?

-Nosotros hemos cuidado mucho las expectativas que después generan frustración. Pero cuando se produce la elección del Presidente y se vuelve a reactivar la economía se produce una expectativa natural que no es provocada por el Gobierno. La gente espera que se creen más y mejores empleos, más oportunidades.

La independencia de los poderes del Estado

-¿Durmió más tranquilo el jueves, luego que la Cámara de Diputados rechazara acusar constitucionalmente a tres jueces de la Corte Suprema?

-Sí (dice riéndose). Estaba absolutamente preocupado con lo que pasaba allá en el Congreso. La acusación constitucional que presentó el Frente Amplio, el PC, el Partido Socialista y el PPD representaba un hecho muy grave. Hay un elemento que es fundamental: el respeto por la independencia y la autonomía de los poderes del Estado, y esta acusación constitucional afectaba directamente la autonomía del Poder Judicial.

"Si la Cámara busca transformarse en un ente evaluador de los contenidos de las resoluciones judiciales, se transforman en jueces. Y eso es totalmente contrario a los principios básicos y fundamentales de un Estado democrático, de un Estado de Derecho, de la separación de los poderes públicos, y lesiona gravemente nuestra institucionalidad.

"El control que debe hacer el Congreso acerca de los ministros de la Corte de Apelaciones y de la Corte Suprema está expresamente señalado que está referido a una causal que es el notable abandono de sus deberes. Esa causal no permite que el Parlamento pueda acusar constitucionalmente, porque discrepa, no está de acuerdo o no le gusta el contenido de una sentencia o resolución".

-Los diputados afirman que sí existió "notable abandono de deberes", aseguran que el fallo de libertad condicional de los tres jueces no cumple con algunas convenciones internacionales.

-Ese primer juicio ya implica entrar a revisar el contenido de un fallo que a la Cámara de Diputados no le corresponde, y no está dentro de las causales de notable abandono de deberes y nunca lo ha estado. Pero además esa fundamentación es jurídicamente equivocada y representa una tremenda contradicción con lo que el propio Congreso está actuando. La Corte Suprema sí hizo la revisión correspondiente, lo que se llama control de la convencionalidad, en relación con los tratados internacionales y el Tratado Internacional de la Corte Penal Internacional de Roma. Lo que sí, es que llega a conclusiones que son distintas a las que llega un sector de los diputados que presentaron la acusación. Para eso están los tribunales, para hacer esa interpretación, y señalan en la interpretación que las normas del Tratado Internacional de Roma se aplican solo a las causas que ve el Tratado de la Corte Penal Internacional. No dice nada en relación con las libertades condicionales, sino que solo señala que no puede haber impunidad ni rebaja en la pena.

"La libertad condicional se aplica una vez que se han dictado las condenas, y nadie puede señalar en Chile que la Corte Suprema ha generado condiciones de impunidad en las causas de derechos humanos. Y segundo, la libertad condicional jamás ha implicado la rebaja de penas, sino que las mantiene. Es una modalidad del cumplimiento de la ley.

"Hay una gran contradicción, lo mismo que dice la Corte Suprema de que no se aplica esa normativa a las causas que se ven en Chile, lo piensa el Congreso que en comisión mixta paralelamente está tramitando un proyecto de ley para regular la libertad condicional en los delitos de lesa humanidad que incorpora normas de los tratados internacionales, entre ellos el de Roma.

"La acusación constitucional no respetaba las normas institucionales ni la independencia y autonomía del Poder Judicial, porque nuestra Constitución y todo orden democrático le impide al Congreso revisar los contenidos de un fallo, es materia de la autonomía plena de los tribunales de justicia".

-¿Entonces esta fue una acusación política?

-Qué duda cabe, fue una acusación con clara orientación política, y de ahí que era incoherente y contradictoria con las normas constitucionales y los principios básicos del Estado de Derecho, que es hacer respetar la autonomía del Poder Judicial.

-Se dijo que el objetivo era amedrentar al Poder Judicial...

-Yo no juzgo intenciones, pero sí me parece muy preocupante que un grupo de parlamentarios haya demostrado no tener un compromiso sólido, fuerte, responsable con el Estado de Derecho. Eso preocupa, porque si no se le pone freno a conductas de este tipo, se debilita la democracia y el Estado de Derecho.

-¿No cree que el daño ya está hecho, que los jueces tomaron nota para otras causas de DD.HH.?, ¿tendrán independencia en el futuro?

-La acusación nos produjo un innecesario e injustificado tiempo de conflictos institucionales, y eso produce daño. Era demasiado relevante para el país que se generara una mayoría y pusiera freno en la Cámara de Diputados, que le dijese no a este sector del Parlamento; el respeto a la democracia, a los principios institucionales, tiene que ser un compromiso de todos. El Gobierno y todos los parlamentarios de Chile Vamos advirtieron de inmediato lo importante que era rechazarlo...

-Pero hubo un porcentaje que la aprobó...

-Fue muy importante que sectores como la mayoría de los parlamentarios de la DC, del PR, pudiesen acompañar ese rechazo. El fracaso refleja que sí hay una mayoría para evitar que nuestra institucionalidad se debilite, que hay un compromiso con nuestro Estado de Derecho cuando se trata de impedir que una mayoría se olvide o desprecie lo que son normas y reglas de juego institucional.

-Con el proyecto de ley sobre libertad condicional, ¿queda despejado el tema o es importante avanzar en una ley de ejecución de penas?

-El país necesita una ley de ejecución de penas que pueda ordenar el sistema de beneficios, cumplimiento, responsabilidades. Lo ha planteando el poder judicial y ha sido parte del debate. Necesitamos ordenar la responsabilidad que debe existir en la forma de cómo se van a ejecutar las penas en el país. Me gustaría que se legislara.

-¿Aunque eso signifique reabrir posiciones que en este mes de septiembre han vuelto a mostrarse irreconciliables?

-Debemos tener una ley de ejecución de penas que incorpore los delitos de lesa humanidad, pero que vaya más allá, establecer una autoridad responsable, criterios, beneficios, es válido para el cumplimiento de todo tipo de sentencias en todo tipo de delito. Veamos esto con una mirada más amplia.

-¿Es posible esa mirada "amplia" respecto al 11 de septiembre, luego, al 5 de octubre?, ¿cuántos años deben pasar para que puedan mirarse como sugiere?

-Es difícil responder. Nos queda la impresión de que el paso del tiempo atenúa la fuerza de los conflictos, pero aún falta tiempo para que los conflictos del pasado no nos alteren situaciones del presente. Dada la magnitud del conflicto social que vivimos, está claro que para poder tener una perspectiva necesitamos más tiempo, el paso aún de generaciones.

-¿Habrá que esperar que esas generaciones dejen la política?

-No hay que ser tan categórico, no se trata de marginar a nadie. El Presidente siempre recalca que sin minimizar ni olvidar los conflictos del pasado, teniéndolos presentes para no repetirlos, que no se transmitan con odio, rencores, hacia las generaciones futuras. Los desafíos del país son de hoy hacia adelante y no de ayer y hacia atrás. Ayuda el paso del tiempo, pero también marcar nuevos espíritus, nuevas formas de relacionarse, vínculos, hacer de la unidad, del diálogo en el mundo político, un espíritu vivo. Esas distancias que vayan permitiendo construir el espíritu que Chile necesita hoy y no prevalezcan esos conflictos a las generaciones actuales; el tiempo ayuda, pero también el compromiso con un nuevo espíritu. El Gobierno y el Presidente lo han marcado muy claro.

-Usted mismo lo ha vivido en su familia, donde hay diferentes historias y visiones políticas. ¿Cómo han conseguido salvar esas diferencias?

-Me cuesta hablar de la familia, lo hemos hecho con lo que es propio de una familia; con respeto por la diversidad y con cariño para situarse en el lugar del otro para mantener la unidad de una familia.

Las dos "almas" de la oposición

-Esta fue la segunda acusación constitucional que patrocina la oposición, ¿cómo ve el camino que ha seguido durante este tiempo?

-No hay un camino, en la oposición se han ido marcando dos almas que son distintas. Un alma es la del Frente Amplio y los partidos Comunista y Socialista, que tomaron una opción de oposición obstructiva, dura, de la izquierda tradicional, de impedir o generar inconvenientes a la acción del Gobierno.

-¿Una oposición "antipatriótica" como dijo el Presidente?

-Con el término antipatriótico, el Presidente no se refiere a personas, sino a una actitud, a un alma que por construir una identidad política está dispuesta a no privilegiar ni los temas que puedan interesar al país o al bien común. Es una estrategia política para reconstruir una izquierda dura, obstruccionista, en términos de lo que ha significado el Frente Amplio y el complejo del PS respecto al Frente Amplio. Pero hay otra alma en la oposición que también busca construir una identidad de centroizquierda que no quiere dejarse arrastrar, y ahí está su principal desafío por ser vagón de cola de la estrategia de la izquierda. Veo el esfuerzo de la DC, del Partido Radical, de sectores del PPD, por construir una identidad positiva, constructiva, dispuesta a dialogar, construir acuerdos, y espero que tengan fuerza para ir por ese camino que busca el bien del país y es ampliamente respaldado por la ciudadanía. Los chilenos quieren ver al Gobierno y a la oposición construyendo soluciones y no generándose conflictos.

-Como jefe político del Gobierno, ¿es con esa oposición con la que van a dialogar?

-Sí, queremos entendernos con todos, los invitamos, pero aquellos que no quieran se excluyen y los que quieran, bienvenidos. Nuestra responsabilidad como gobierno es llevar adelante el mandato popular que tiene el Presidente. Eso implica una actitud de diálogo, de búsqueda de acuerdos, estar dispuestos a compartir ideas, propuestas, a incorporar propuestas de esos sectores.

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