Una multitud tomó por asalto y prendió fuego ayer al consulado de Irán en la ciudad iraquí de Basora (sur) en protesta por la falta de infraestructuras y servicios públicos, de la que culpan a los partidos políticos locales. Desde el lunes, los manifestantes han atacado edificios gubernamentales y sedes de los partidos políticos vinculados con Irán, país al que acusan de intervenir en su vida política, y al que algunos incluso culpan de cortar el suministro de agua a Basora. Las protestas ya han causado nueve muertos y motivaron la convocatoria de un pleno en el Parlamento iraquí, previsto para hoy. Irak e Irán libraron una guerra entre 1980 y 1988, que comenzó por un intento de redefinir fronteras en una zona petrolera, pero que tuvo como telón de fondo la animosidad sectaria entre los gobiernos de esa época.