Fondos Mutuos
Un movido 2008 es el que está viviendo la familia Gillmore, controladores de la viña del mismo nombre. Ubicados en el fundo Tabontinaja, valle de Loncomilla (Región del Maule), fue a comienzos de los noventa cuando compraron el campo de 500 hectáreas, y desde entonces vienen haciéndose un espacio en el sector y han logrado consolidar su modelo "boutique" de producción.
Esta temporada comenzaron sus embarques a Japón y EE.UU., dos destinos que se suman a su presencia en Europa. Con precios promedio de US$ 104, cerraron 2007 con una facturación en torno a US$ 200 mil.
Hacedor de Mundos es la línea de vinos base de Gillmore en la cual embotellan Cabernet Franc, Merlot y Cabernet Sauvignon. A esto se agrega su producto premium Cobre (ensamblaje tinto) y las limitadas producciones de Mariposas (Rosé) y Dulce Amor (Late Harvest). Y si se habla de acotadas producciones, es porque recién en 2008 la viña llegará a 25 mil botellas. Las demás uvas del fundo son comercializadas a terceros. "Hay muchos proyectos similares que se desperfilan cuando crecen, pero los nuestros son vinos de autor", afirma la encargada de la viña, Daniella Gillmore, hija del presidente y fundador (Francisco Gillmore) y esposa del enólogo Andrés Sánchez.
Pero los Gillmore no sólo apuestan por aumentar levemente la producción -30 mil botellas anuales es la meta- o relanzar un Carignan que ya comercializaban en 1995 -antes del "revival" que ha tenido esta cepa en los últimos años-, sino que también están potenciando la veta enoturística del fundo. "En el Maule hay mucho menos trabajo que en Colchagua, por ejemplo. Lo que le falta al valle es que no sea considerado de paso y pueda albergar turistas por más de un día", afirma Daniella, quien, pese al escaso desarrollo que aún hay en la zona, cree ciegamente en el proyecto turístico.
Esto, porque a través de la casa de Huéspedes Tabonko -ubicada en el mismo fundo y para cuyas actividades hay destinadas unas 20 hectáreas-, año a año reciben la visita de unos dos mil visitantes, y poseen una capacidad de hospedaje de 30 personas. Restaurante y bar de vinos, spa y sesiones de vinoterapia son parte de la oferta del lugar, a lo cual se sumará en este semestre un mini zoológico con especies nativas de la zona y la primera parte del museo del vino que construyen en el lugar y que se estrenará en septiembre.
"En 15 años, el negocio principal va a ser el enoturismo", es la apuesta que hace la ejecutiva.
Pero los buenos resultados de la vinoterapia que realizan en Tabonko motivaron a Daniella Gillmore a lanzar una nueva iniciativa, Boco, la que se dedicará a comercializar los productos naturales utilizados en esas sesiones; claro está que con el vino como uno de los insumos principales. Estos artículos deberían estar en el mercado durante el presente semestre.