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Empresas familiares:

Cuatro claves para sobrevivir a la tercera generación

lunes, 10 de septiembre de 2018

Carla Alonso
Reportaje
El Mercurio

Familias de agricultores de distintas zonas muestran cómo lo hicieron para evitar la subdivisión del campo y darle futuro a la empresa que heredaron. Desarrollar un protocolo con las reglas del juego y un consejo de familia, exigir instrucción profesional y formar una sociedad son parte de la estrategia.



E n el agro, el 54% son empresas unipersonales. Un riesgo para la competitividad agrícola del país, pues si no se toman las medidas adecuadas, las tierras compradas por el padre y modernizadas por el hijo no siempre logran mantener la unidad al ser heredadas por la tercera generación: no todos quieren mantener el campo o no hay quién se haga cargo, la decisión muchas veces es subdividir o vender para actividades no agrícolas.

"El gran problema de las empresas agrícolas es que cuando crece la familia y el padre o madre quiere distribuir esa herencia entre sus hijos, dado que la mayor parte de ella está en tierras, lo que se hace es dividir esa superficie. Es la solución fácil. Pero cuando la tierra se divide en exceso, su explotación termina siendo ineficiente, porque en predios agrícolas muy pequeños no hay economías de escala ni posibilidades de invertir en tecnología", explica Jon Martínez, académico del ESE Business School, de la Universidad de los Andes, quien lleva años estudiando y asesorando a empresas familiares.

Si bien depende de la zona del país, el tipo de agricultura, o si el rubro del campo es intensivo o extensivo, el resultado es la atomización de la superficie en unidades productivas pequeñas, lo que disminuye la capacidad productiva -al menos a nivel comercial-, impactando a larga la competitividad del país.

"Lo seguro es que ninguna de las fracciones resultantes de la división, ni siquiera en su conjunto, tendrán la productividad del predio comparada con cuando era uno solo. Eso, por temas de economías de escala, volúmenes o capacidades de negociación del propietario... Si eso ocurre multiplicado por cientos de propiedades, probablemente se va a producir un impacto en la productividad agrícola, ya no a nivel de la familia X o Z, sino a nivel general", afirma el ex ministro de Agricultura José Antonio Galilea, agricultor hijo y nieto de agricultores.

Enfrentar la situación requiere tomar medidas anticipadas y que el dueño abra la discusión, en vida.

"Sobre todo si se trata de una familia que vive del campo y que le tiene afecto y valor sentimental, lo más probable es que van a encontrar una fórmula. Esta última se puede resolver por la vía de conformar una sociedad y abordar el tema sucesorio. A partir de ese momento no hay una receta específica", agrega Galilea.

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