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Arduas han sido las gestiones público-privadas para reabrir el mercado japonés a las carnes de cerdo producidas en Chile. En horas de hoy debería concretarse la reunión entre el director del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Francisco Bahamonde, y el presidente del gremio Asprocer, Juan Miguel Ovalle, quienes el domingo viajaron hacia el país asiático.
Según la investigación que ha realizado la autoridad sanitaria, se detectó que no hay evidencias de que esta contaminación se haya producido en las plantas faenadoras, por lo que se procedió a auditar 17 granjas con el fin de poder determinar posibles fuentes ambientales y alimentarias con presencia de dioxina.
El SAG determinó que la causa más probable de contaminación está dada por la venta de alimentos contaminados a los productores de cerdo del país. Esto provocó una investigación a nivel de los elaboradores de estos insumos.
Rápidas diligencias
Desde el 11 de julio, las autoridades de Japón decidieron cerrar en forma preventiva sus fronteras a la importación de carne porcina desde Chile, debido a la presencia de dioxina en embarques llegados a Corea del Sur.
Esto motivó una rápida respuesta ante la importancia de un país que concentra el 33% del total de los envíos, que llegaron en 2007 a US$ 385 millones.