El Presidente Daniel Ortega ordenó ayer la salida de Nicaragua del representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de todo su equipo de trabajo. La expulsión de Guillermo Fernández y su equipo se da dos días después de que presentaran un duro informe que confirmó el abuso de la fuerza, las torturas y atropellos a opositores al gobierno. Ortega rechazó el documento por ser "extralimitado, parcializado y subjetivo". El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, dijo que la medida "desprestigia al país en la comunidad internacional".