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Ex Mandatario tiene instancias para apelar la prohibición de competir en las presidenciales del 7 de octubre:

Tribunal Supremo Electoral de Brasil rechaza la candidatura presidencial de Lula da Silva

sábado, 01 de septiembre de 2018

Amanda Marton y Jean Palou
Internacional
El Mercurio

Seis de los siete jueces, además de la fiscal general, objetaron su registro en las urnas, por violar la llamada Ley de Ficha Limpia.



En el día 147 de cumplimiento de su condena de 12 años y un mes de cárcel, Lula da Silva vio sellada anoche su salida de la carrera para las elecciones presidenciales del 7 de octubre en Brasil. En una sesión extraordinaria, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) rechazó la validez de la candidatura del ex Mandatario -que hubiese sido la sexta de su larga trayectoria en el Partido de los Trabajadores (PT)-, en un fallo de seis contra uno y luego de que se recibieran 17 pedidos de impugnación en su contra, todas apoyadas en el argumento de que su postulación violaría la Ley de Ficha Limpia, que impide a un condenado en segunda instancia presentarse a cargos electorales.

La sentencia, en todo caso, no es el fin definitivo de la carrera política del ex Mandatario, ya que le quedan algunas instancias a las cuales apelar.

Durante los alegatos, la procuradora general de Brasil, Raquel Dodge, pidió al TSE que rechace el registro de la candidatura de Lula, inscrito oficialmente por el PT el 15 de agosto pasado. "El aspirante tiene una condena criminal por parte de un órgano colegiado y su candidatura choca, por lo tanto, con la ley de inelegibilidad", sostuvo la fiscal, quien consideró que no era suficiente el argumento de que deba acatarse una reciente resolución no vinculante del Comité de DD.HH. de la ONU, en la que este organismo pidió garantías para la participación del ex Mandatario en las elecciones. Según justificó, el pacto de adhesión a esa comisión no fue promulgado por Brasil y, por ende, "no tiene fuerza de ley en el país".

Dodge, además, aseguró que la Ley de Ficha Limpia no viola los derechos humanos de Lula. "Los fundamentos de esa ley se asocian a los derechos humanos, tal como el derecho a la buena gobernanza y a la democracia", justificó la fiscal, quien sustentó su posición en el hecho de que al ex Presidente se le respetó su derecho a la defensa y al debido proceso.

Esa argumentación fue similar a la del juez Luis Roberto Barroso, instructor del TSE, quien fue el primero de los siete magistrados en votar a favor de la "procedencia de las impugnaciones": "Niego el registro de la candidatura del señor Luiz Inácio Lula da Silva", dijo.

El siguiente juez, Luiz Eduardo Fachin, votó a favor de que Lula mantuviera su candidatura, ya que estimó que se debía acatar el pronunciamiento hecho hace dos semanas por los expertos del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que pidió al Estado brasileño que "tome todas las medidas necesarias para asegurar que Lula pueda ejercer, mientras esté en prisión, sus derechos políticos como candidato presidencial".

El pronunciamiento de Fachin causó sorpresa, ya que el juez, a cargo de las investigaciones de corrupción de la operación Lava Jato en la Corte Suprema, suele estar alineado con los fiscales que desde hace cuatro años consiguieron encerrar o acusar a buena parte de la élite política y empresarial de Brasil.

Sin embargo, la sorpresa duró poco, ya que en las siguientes votaciones, de los jueces Jorge Mussi, Og Fernandes, Admar Gonzaga, Tarcisio Vieira y Rosa Weber, en una jornada de más de diez horas de suspenso, se definió la suerte de Lula.

En las calles

A su turno, la defensa de Lula, que el jueves había presentado un documento de 181 páginas ante el TSE apenas una hora antes del plazo para responder a las impugnaciones, insistió, infructuosamente, en que la corte electoral debía respetar el pronunciamiento del Comité de Derechos Humanos.

Lula ingresó a prisión el 7 de abril, tras ser condenado por corrupción y lavado de dinero en una de las aristas del caso Lava Jato conocida como el "tríplex de Guarujá", en la que se le acusó de recibir en forma de comisión un departamento por parte de la constructora OAS. El ex Presidente se declara inocente en este caso y de otros cinco procesos judiciales en su contra, y denuncia que se trata de una "persecución política".

El primero en reaccionar al fallo del TSE fue el PT, partido que esta madrugada prometió luchar "por todos los medios para garantizar" la candidatura de su líder.

"Ante la violencia cometida por el TSE contra los derechos de Lula y del pueblo que quiere elegirlo Presidente", el PT "seguirá luchando por todos los medios para garantizar su candidatura en las elecciones del 7 de octubre", indicó la fuerza política en un comunicado. "Vamos a presentar todos los recursos a los tribunales (...) vamos a defender a Lula en las calles, junto al pueblo, porque es el candidato de la esperanza", agregó el partido.

Los recursos para conseguir la liberación de Lula corren por otros canales judiciales, y pese a que su candidatura fue rechazada por el TSE, podría hacer campaña desde la cárcel. La defensa puede presentar recursos formales ante la propia corte electoral hasta el 17 de septiembre o cuestionamientos sobre el carácter constitucional del fallo ante el Supremo Tribunal Federal (STF).

"Todavía hay posibilidad de apelar al STF. En ese caso, si el STF no analiza la situación antes de las elecciones, los votos a Lula quedarían contabilizados aparte, y si pierde la apelación en el STF, los votos son descartados", explicó a "El Mercurio" Renato Ribeiro de Almeida, miembro de la Academia Brasileña de Derecho Electoral y Político. "Esto, a menos que el PT finalmente sustituya el nombre de Lula por el del plan B", añade, al referirse a la opción de que sea su actual compañero de fórmula, Fernando Haddad, quien lo reemplace como el candidato presidencial.

Campaña en TV

Pese a estar en prisión, Lula figura como el gran favorito en todas las encuestas, con una intención de apoyo de hasta 40%, 20 puntos porcentuales más que quien le sigue, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Con Lula fuera de carrera, los sondeos sitúan en primer lugar a Bolsonaro, con casi 22%; seguido por la ecologista Marina Silva, con 16%; el socialdemócrata Geraldo Alckmin, y el laborista Ciro Gomes, con entre 9% y 10% de apoyos, según una encuesta divulgada por Datafolha.

Solo un día antes de la deliberación de ayer, el TSE ya había negado un pedido para prohibir que Lula figurara en las encuestas para las elecciones presidenciales. El juez del TSE, Tarcisio Vieira, rechazó el pedido, argumentando que este había sido presentado "en el momento inadecuado", ya que el plazo para reclamar contra la presencia de candidatos en los sondeos venció en marzo. De este modo, pase lo que pase, seguirá apareciendo como alternativa en los estudios de los institutos demoscópicos.

La decisión del TSE, por otro lado, se conoce cuando la campaña ya entra en tierra derecha, con el inicio de la propaganda en radio y televisión. Ayer comenzaron a ser exhibidos los spots de los candidatos para el Senado, las Asambleas Legislativas y el Gobierno Regional, y hoy se presentarán las franjas de los aspirantes presidenciales y a la Cámara de Diputados, los que se proyectarán por 35 días.

"Pese a lo ocurrido con Lula, el PT cuenta con un buen tiempo de televisión, es uno de los mayores partidos del país, con una militancia importante en los estados, por lo que aún está a tiempo de transferir votos a Haddad", dijo a este diario Eduardo Grin, analista político de la Fundación Getúlio Vargas. "Aun así, el partido usará a su favor el discurso de victimización de Lula y un recuerdo positivo de los gobiernos petistas. Quien sea su candidato, y aunque esté un poco más debilitado, tiene muchas posibilidades de llegar a segunda vuelta"

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