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Carmen Gloria Aravena, de La Araucanía:

Los altos y bajos de la senadora díscola de Evópoli

sábado, 01 de septiembre de 2018

Alicia Hamilton y Eduardo Monrroy
Nacional
El Mercurio

Nunca quiso ser concejala, ni alcaldesa ni menos senadora. En estos seis meses se ha caracterizado por defender sus convicciones valóricas, lo que ha provocado roces con su partido. En su labor parlamentaria ha tomado como bandera la nueva Ley de Pesca.



"Me hundí en el sillón del living de Andrés". Eso es lo primero que recuerda Carmen Gloria Aravena. Un día de junio de 2017 estaba en la casa del hoy diputado de Evópoli Andrés Molina en Temuco. El ex intendente -y amigo cercano de Aravena-la había invitado a comer junto a Felipe Kast para hablar de política.

La agrónoma se había puesto a disposición de Kast para apoyarlo en su carrera al Senado por La Araucanía. "Pensé que me pedirían ayuda para armar redes con las comunas y consolidar la estrategia de campaña. Me mentalicé para trabajar tiempo completo, tendría que dejar mis labores de lado, pero valía la pena porque creía en el proyecto. Nunca me imaginé lo que realmente me ofrecerían".

Y ahí vino la propuesta. "Queremos que acompañes a Felipe como candidata al Senado por La Araucanía", le dijo Molina.

Dudas

"No, no estoy disponible", respondió ella. Hoy, desde su oficina del Senado en el piso 10, acota: "Pero Andrés es una persona que para mí es muy difícil decirle que no".

Molina insistió y la ex directora de Sercotec -entre los años 2005 y 2014- le dio varias vueltas. "Esa misma noche dije que sí", agrega.

Su familia en un principio reaccionó con incredulidad. "Otra locura de la Carmen Gloria; la que se casa a los 20, tiene guagua a los 21, se va a vivir al campo y ahora pretende ser senadora", dijo su mamá al enterarse, pero al instante tanto ella como las tres hijas de Aravena la apoyaron.

Eso sí, las dudas no cesaban. Cuatro meses después, el 19 de noviembre -día de la elección- Evópoli celebraba los resultados, entre ellos, que Felipe Kast obtuviera la primera mayoría en La Araucanía con el 19% de los votos, arrastrando de paso a su compañera de lista, quien obtuvo tan solo el 1,8%. Algo totalmente inesperado.

Ahí vino el colapso. A Carmen Gloria la invadió una profunda angustia. "Estaba triste, triste, triste y mandé un mensaje de audio por el grupo de WhatsApp diciendo: 'No puedo aceptar", relata recordando el episodio. "Nunca he ganado algo si no es por mis méritos, no me cuadraba asumir con tan baja votación", agrega.

Kast estaba en una entrevista, pero se comunicó con ella en seguida: "Aguántate, respira, tómate un té y terminando esto te llamo", le dijo.

"Él pensó que yo sería la primera senadora en renunciar al día de salir electa, ¡pero ni siquiera eso sabía hacerlo!".

Convicciones y roces

Han pasado casi seis meses desde que Aravena asumió como senadora. Y si bien en este tiempo ha impulsado once proyectos de ley y forma parte de las comisiones de Vivienda, Agricultura -la cual preside- y Pesca, su nombre ha sido más conocido por enfrentarse a Evópoli debido a sus posturas "conservadoras" en temas valóricos. "Protege con determinación sus convicciones", dicen en el partido.

Carmen Gloria se divorció hace más de diez años, es católica y en más de una ocasión ha dicho ser contraria a que homosexuales puedan contraer matrimonio. Pero en materia de identidad de género, cambió de parecer. Votará a favor para mayores de 14 años.

Su posición en contra del matrimonio igualitario conllevó, en julio, que dejara su cargo de vicepresidenta en la directiva que encabeza Hernán Larraín Matte... aunque solo por tres días.

Era la primera crítica. "Sentí mucha presión, sentí que no representaba", dice sobre ese momento en que la juventud de Evópoli envió una dura carta cuestionando su rol.

"Me dolieron las críticas porque nunca fue mi sueño estar acá. Me dio pena la facilidad para juzgarme", señala. Eso sí, nunca pensó dejar Evópoli.

Ossandón como aliado

Desde joven, Carmen Gloria se sintió de centroderecha, votó por el "No" y nunca militó -ni en sus años como dirigenta en la U. de la Frontera- hasta hacerlo en Evópoli. De todos modos, trabajó para la DC y conserva relaciones de larga data con RN.

Hoy admite que no es fácil ser mujer en el Congreso ni tampoco ser la única entre los parlamentarios de su colectividad. "Los miércoles nos juntamos a almorzar, los hombres hablan harto entre ellos y yo me alegro cuando de repente viene la Gloria Hutt (ministra de Transportes), porque hay un poco más de equilibrio", dice.

Habla todos los días con Kast, pues sus oficinas son contiguas en el Senado y comparten otras seis en la región.

Más allá de su partido, Aravena comparte con Ximena Rincón (DC), pues ambas senadoras coinciden en dos comisiones. "Es muy seria y trabajadora. Tengo la mejor impresión de ella", sostiene la ex ministra. Luz Ebensperger (UDI), Kenneth Pugh (RN) y Manuel José Ossandón (RN) son otros de los senadores cercanos.

"Con el asesor de Ossandón -Samuel Valenzuela- somos amigos hace más de 12 años, y como llegué media polla, él nos fue vinculando". Con el ex alcalde ha presentado cuatro proyectos de ley y han hecho llamados al Presidente Piñera para impulsar con fuerza la nueva Ley de Pesca. En esa línea, la senadora busca erradicar la pesca ilegal y abrir paso, a través de licitaciones, a nuevos comerciantes que quieran desarrollar la actividad.

Otro de sus temas prioritarios es el emprendimiento, que se relaciona a su paso por el Sercotec. En los últimos meses se ha vinculado con cerca de 60 comunidades indígenas de su región, con las cuales ha analizado propuestas económicas para "ayudar a acortar la brecha de desigualdad existente".

Desde Evópoli, en tanto, valoran su "temple" y capacidad de diálogo. "Ella aporta riqueza y diversidad", dice Larraín Matte.

Pero una supuesta ingenuidad preocupa a algunos. "Le falta creerse más el cuento de senadora, tener más confianza en ella y desconfiar un poco de los demás", plantea un cercano. Felipe Kast, por su parte, reflexiona: "Espero que ella viva el proceso de la política sin desilusionarse, como yo, que hasta ahora no lo he hecho".

"Me dolieron las críticas porque nunca fue mi sueño estar acá. Me dio pena la facilidad para juzgarme", señala Aravena. Eso sí, nunca pensó dejar Evópoli.

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