Tras 73 años de producción en el mercado local, Nibsa, la tradicional firma de grifería chilena de la familia García Ortiz, cerrará su fundición a fines de mes para importar sus productos desde Asia, Europa y Estados Unidos. El gerente general, Cristián Espinosa, indicó que esta medida no impactará los precios de los clientes, porque el 92% de sus productos ya venían de esos mercados. La compañía indicó que los planes de reconversión hacia un modelo de comercialización apuntan a reforzar el suministro de proveedores, principalmente desde China. La decisión fue aprobada por unanimidad ayer en junta de accionistas, en un contexto en que las ventas de la empresa y también las exportaciones venían decayendo. En el primer trimestre de 2018 las ventas sumaron $250 millones, una caída de 8,4% con respecto al año pasado, con consecuentes pérdidas. A fines de este mes la empresa desvinculará 130 empleados, para lo cual cuenta con $1.000 millones para el pago de indemnizaciones, además de la oferta de cursos de capacitación en gasfitería y otras actividades afines. Cristián Espinosa señaló que "es la mejor decisión, aunque sea dolorosa; podrá dar más vida a la empresa a largo plazo". La firma mantendrá 80 trabajadores, quienes se desempeñarán en el control de calidad, revisando y armando los artículos importados.