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Estructuras fueron construidas en el siglo XVIII y son monumentos nacionales únicos en el país:

Torreones de Valdivia evidencian deterioro por paso del tiempo y descuido patrimonial

domingo, 26 de agosto de 2018

Óscar Riquelme Bracho
Nacional
El Mercurio

Rayados inescrupulosos, hongos y maleza en constante crecimiento afectan a ambas estructuras ubicadas en la zona céntrica de la ciudad. Pese a ello, aún no existe un plan de restauración definido.



Se trata de estructuras únicas ubicadas en medio de céntricas áreas urbanas, que han adornado un sinnúmero de postales, pero que sin embargo muestran evidentes daños por el paso del tiempo, ya que la preocupación por el patrimonio parece no haberlas alcanzado.

Se trata de los torreones Del Barro -también llamado Picarte- y Los Canelos, ambos construidos con piedra cancagua y cal que funcionaron como torres de vigilancia y que conforman actualmente los últimos vestigios de las fortificaciones que defendieron Valdivia desde el siglo XVIII, y que actualmente son víctimas de rayados, desmoronamiento de su mampostería y la densa vegetación que crece en su interior y en la parte superior.

Declarados Monumento Nacional el 24 de marzo de 1926, ambos torreones fueron construidos a partir de 1774 marcando los antiguos límites que poseía la actual capital de Los Ríos, siendo parte principal del denominado Cerco de Duce, una extensa muralla fortificada que construyó en 1780 -por orden de la corona española- el ingeniero Antonio Duce, con el objetivo de proteger la zona de eventuales invasiones navales. "Era una época de armadas poderosas, por ello España vio la necesidad de resguardar sus dominios en el Pacífico", explica el historiador Julio Avendaño.

Ambos torreones se mantienen cerrados al acceso público y la responsabilidad de cuidarlos recae en la Municipalidad de Valdivia, en el caso del torreón Del Barro, y en el Ministerio de Bienes Nacionales, para Los Canelos.

Pero el poco cuidado que exhiben no es algo nuevo. Ya en 1938, la revista Ercilla daba cuenta que Los Canelos era usado como "almacén de trastos viejos a una oficina del Ministerio de Tierras y Colonización", motivo por el que "irreverentemente le han hecho un hueco para encajarle una ventanita de vidrio". Pese al valor patrimonial que tienen, la última restauración comprobada fue ordenada a fines del siglo XVIII por el virrey del Perú, Ambrosio O'Higgins, quien años antes había participado como ingeniero ayudante en su construcción.

"La mantención de los bienes fiscales, en general, es una preocupación para nosotros y en el caso de Los Canelos, por cierto que sí. Por ello siempre estaremos abiertos a realizar cualquier plan de mejoramiento", sostuvo el seremi de Bienes Nacionales, Eduardo Berger.

En tanto, el alcalde Omar Sabat aseguró que existen proyectos que pondrán en valor estas estructuras. "Estamos pidiendo al nivel central que agilicen los procesos para restaurar estos lugares, para que se consoliden como ventana de la historia de Valdivia y del país", precisó.

Más allá de estas palabras, como único avance el gobierno regional afina las bases para la licitación del diseño de una futura restauración, que será financiada, en parte, por el Programa de Puesta en Valor del Patrimonio. Sin embargo, aún no existen fechas ni plazos concretos.

ATRACTIVOS TURÍSTICOS
Los torreones son lugares que usualmente los visitantes fotografían en su paso por Valdivia, pero hoy están cerrados al público.

1774
Se inició la construcción de ambas estructuras, que definían límites urbanos.

1780
Se construyó el  Cerco de Duce, una extensa muralla que unía a ambos torreones.

1785
En el torreón Del Barro estuvo detenido Tomás de Figueroa, quien más tarde se rebeló contra la Primera Junta Nacional de Gobierno.

1926
El 24 de marzo  ambas estructuras fueron declaradas Monumento Nacional.



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