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Separación política y administrativa de Región del Biobío es oficial el 6 de septiembre:

Ñuble debuta con escasez de grandes inversiones

domingo, 26 de agosto de 2018

Nieves Aravena E.
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

La reducida cartera privada contiene iniciativas energéticas de envergadura aprobadas ambientalmente, pero no hay obras en marcha aún.



Entusiasmo existe, aunque las señales no son muy auspiciosas en el punto de partida de la nueva Región de Ñuble, que inicia su vida oficial el 6 de septiembre. "Somos la segunda región más pobre del país y el patio trasero de Biobío", dice el delegado presidencial, Martín Arrau, haciendo eco del discurso que los ñublensinos dispersaron por décadas para pedir su divorcio político y administrativo de la Región del Biobío.

Con el 16,1% de los habitantes en pobreza por ingresos, solo es superada por La Araucanía (17,2%). En desempleo, el panorama no es mejor: llegó a 8,6% y quedó en otro segundo lugar a nivel nacional, donde Atacama está a la cabeza.

Superar esa condición es el desafío al que se enfrenta la que será la más pequeña de las regiones del país, poblada por 469.594 personas que se distribuyen en 21 comunas, 38,8% en Chillán, la comuna capital.

Ñublensino de origen, Arrau, cuyo nombre suena como el más probable intendente, enfatiza: "tenemos que sacar de la pobreza a la mayor cantidad de ñublensinos en el corto plazo".

Generar nuevas fuentes laborales es la urgencia, y por eso, dice, las medidas se enfocarán en atraer inversiones y acelerar los proyectos que están en carpeta y demandan mano de obra.

La situación actual revela una ausencia de grandes proyectos de inversión privada e incluso los escasos existentes, ya aprobados ambientalmente con RCA, exhiben retrasos en inicio de obras.

A nivel estatal, a los dos grandes, el embalse La Punilla, en Coihueco, esperado por décadas por los agricultores, y el enorme Hospital Regional de Ñuble en Chillán, con 530 camas, les queda un trecho para el inicio de obras en el primer trimestre de 2019.

La cartera privada, marcada por energía

Hace justo un año, cuando comenzó la instalación de la nueva región, los proyectos privados, principalmente del sector energético, prendían las expectativas. Sin embargo, cambios en las condiciones del mercado, con el precio de la energía que ha ido a la baja, habrían incidido en que los mayores proyectos de energía no estén caminando aún. Sucedió con la Hidroeléctrica Ñuble (ver mapa), que anunció a fines de mayo un aplazamiento por 180 días del inicio de obras.

En el caso de la central a gas El Campesino, ha habido confrontación con grupos ambientalistas que se oponen al proyecto a través de acciones ante los tribunales. Hace pocos días, la Corte Suprema resolvió declarar inadmisible un recurso de casación del comité "Ñuble sin termoeléctricas" que antes efectuó sin éxito otra acción legal ante el Tribunal Ambiental de Valdivia. En diciembre, la empresa anunció un inicio de obras en 2018.

Distinta es la situación de la termoeléctrica a gas Las Arcillas, de US$ 400 millones de inversión, cuya empresa Engie optó por mantener en carpeta la iniciativa aprobada con RCA en abril y, según se informa, no hay una decisión, pues hoy se focalizan en energías solar y eólica.

En el catastro de proyectos en Ñuble, realizado por el Ministerio de Energía, la cifra es cercana a las 40 iniciativas, y más de la mitad corresponden a generación solar, minihidro y energías renovables no convencionales (como biomasa del agro y forestal), con inversiones que van entre US$ 3 millones y US$ 38 millones. Hay uno en construcción y dos en operación, mientras el resto está con aprobación ambiental o en trámite de calificación. Según la ministra de Energía, Susana Jiménez, hay mucho potencial en la zona: "la nueva Región de Ñuble posee un corredor de viento desde Ninhue hacia la costa, en Cobquecura, lo que permitirá incorporar proyectos de generación eólica y diversificar la actual matriz energética".

"Es un mal debut, pero es una oportunidad"

Revertir el escenario de la esquiva inversión privada y pública y lograr que los proyectos sean aprobados son los focos de la Corporación de Desarrollo de Ñuble (Corñuble). Su presidente, Patricio Poblete, reconoce que las expectativas aterrizaron bruscamente en vísperas de la separación definitiva de Biobío. En términos de inversión, admite, "es un mal debut, pero los ñublensinos no queremos resignarnos a los indicadores históricos. Creemos que es también una oportunidad para mejorar en niveles de pobreza y desempleo".

Corñuble -que reúne a gremios, empresas, comercio, agro, profesionales y mundo académico- apuesta por una diversificación de la matriz productiva hacia la agroindustria, el turismo, la vitivinicultura, energías amigables con el medio ambiente y el desarrollo tecnológico.

"Hay que ir un paso más allá de atraer nuevas inversiones productivas con el objetivo de generar nuevos empleos; es necesario que el gobierno regional focalice recursos en fomento productivo que contribuyan a la eficiencia y productividad de pequeños productores regionales", plantea Poblete.

"Acá todo demora. Llevamos 70 años esperando el embalse Punilla y aún no inicia obras", dice, pese a que se trata de un proyecto prioritario para el riego agrícola que va a mejorar la calidad de vida de los habitantes rurales.

Espera que el plan Ñuble, que anunciara el Presidente Sebastián Piñera -con un plazo de 40 días- tras asistir a la conmemoración del natalicio de O'Higgins, se traduzca en medidas inmediatas que creen las condiciones para mejorar la infraestructura vial. Dice que eso atraería inversión a la zona y, al mismo tiempo, muchos agricultores locales saldrían del aislamiento y las dificultades para sacar sus productos.

Los distintos gremios, dice, están convencidos de que se requiere asignar recursos públicos especiales a la nueva región, que reconozcan los indicadores de pobreza y desempleo que la caracterizan.

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