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"Es importante trazar un camino descendente para la tributación, aunque los primeros pasos fueran marginales, incluso nulos, por el déficit fiscal"

domingo, 26 de agosto de 2018

María Soledad Vial
El_Mercurio

Bernardo Larraín Matte, presidente de la Sofofa, ante la modernización tributaria. El líder de los industriales valora el proyecto, pero insiste en que el debate de cambios tributarios más profundos no puede quedar inhibido por la viabilidad política de corto plazo. Plantea necesario "pasar de incentivos contingentes a incentivos permanentes; de regímenes especiales, que benefician a algunos, a regímenes generales, que benefician a toda la inversión".

Esperaba y quería una rebaja de impuestos. Y no lo ocultó, apenas el Gobierno anunció que reabriría el debate tributario para cambiar la reforma instalada por Michelle Bachelet. Bernardo Larraín Matte dice las cosas de frente y está consciente de que eso no les gusta a todos. Sabe que está entre los "opinólogos", como les dijo hace pocos días el Presidente Piñera, a quienes "desde la galería" intentan dar instrucciones al Gobierno, aunque sea una galería no despreciable de 22 gremios regionales y 48 sectoriales -"todos alineados"-, la que representa como presidente de Sofofa.

Varias veces dice que entiende que "gobernar es mucho más complejo que opinar, y le encuentro toda la razón al Presidente". También que el Gobierno es minoría en el Congreso y que varios en la oposición ya le dieron un portazo a la "modernización tributaria". Pero cree que su deber gremial es poner una "mirada larga, ambiciosa" para una economía moderna del siglo XXI. "Por algo, todos los países de la OCDE y en el mundo están bajando los impuestos, para hacer más competitivas sus economías", explica, al tiempo que celebra el primer paso que significan la reintegración del sistema tributario y el " shock de inversión a corto plazo" que considera el proyecto.

En esto, Larraín pone otros temas pendientes que los industriales pusieron en un documento por escrito y entregaron al mundo político y económico, como lo laboral, lo regulatorio, el proceso de inversión y la evaluación de políticas públicas... Por más espinudos que sean -en especial el polarizado debate laboral-, cree que "si condicionáramos todo a lo que es viable en el corto plazo, se discutirían pocos temas y nunca romperíamos la inercia de la dinámica política".

Difícil equilibrio que debe ponderar la viabilidad, dice el timonel de Sofofa, y, a la vez, intentar una discusión legislativa coherente con las "convicciones y principios", que no ve desalineados con las expectativas de la ciudadanía, que "quiere crecimiento y empleo".

-¿Cumple esta reforma con mejorar esas expectativas, que han caído en los últimos meses?

"En un horizonte de corto plazo, sí, porque es importante generar un shock de inversión con iniciativas concretas, como la depreciación instantánea y la extensión del crédito del IVA para viviendas. En esta reforma hay incentivos a la inversión de corto plazo. El segundo paso es migrar a incentivos permanentes y de largo plazo".

-¿Tiene, entonces, un objetivo más político de atacar la coyuntura, la baja en las expectativas personales?

"No debe despreciarse la importancia del primer paso. Es relevante cambiar las expectativas, impulsar inversiones en el corto plazo, pero debemos migrar a un sistema tributario proinversión, proahorro en el largo plazo. Finalmente, la política tiene horizontes más cortos. Está muy condicionada por la viabilidad en el Parlamento y empatizamos con las dificultades de lograr mayorías donde no se tienen. Entendemos las dinámicas políticas, y el Gobierno debe entender el rol de un gremio empresarial".

-El Presidente Piñera habló hace poco de la visión constructiva y objetiva en el empresariado y solo mencionó a Alfonso Swett. También habló de algunos "predicadores". ¿Se sintió interpelado?

"No, me siento muy tranquilo. Nuestro deber como gremio es decir, cuando existen diferencias, si eso favorece el debate público. Lo que sería impropio es suponer que un gobierno puede actuar como un gremio que opina libremente. No tengo ninguna duda de que gobernar es mucho más complejo que opinar, y le encuentro toda la razón al Presidente".

-¿Lo han conversado directamente? ¿Cómo está su relación con el Gobierno?

"Muy buena. Esta semana estuvimos en La Moneda en una reunión del comité empresarial Chile-Perú; también integro la Comisión de Desarrollo Integral y desde hace tres meses, una vez a la semana paso varias horas en La Moneda".

-¿Y le echó alguna talla el Presidente sobre las "prédicas"?

"(Se ríe). Contó que había analizado con mucho interés las propuestas de Sofofa, las de la CPC y de otros actores. Honestamente, creo que el Presidente y los ministros comprenden muy bien estos roles distintos. Un gobierno agradece cuando, con respeto y constructivamente, le colaboran en dibujar las instituciones y regulaciones de una sociedad moderna. Estamos conscientes de la dificultad política de un gobierno, que debe ponderar muchos objetivos".

"Si vamos a abrir la discusión tributaria por cuarta vez en 8 años, pongamos todos los temas en la mesa"

-Usted criticó que este proyecto no incluyera una rebaja de impuestos. ¿No habría sido algo meramente testimonial sin mayoría en el Congreso?

"Es importante trazar un camino descendente para la tributación, aunque los primeros pasos fueran marginales, incluso nulos, por el déficit fiscal. Si todos los países del mundo están bajando los impuestos a las empresas es porque es el instrumento para reactivar la inversión de largo plazo. Muchos dirán, "extendamos la depreciación instantánea en el tiempo", el problema es que tiene relación con activos fijos y la economía está migrando a otro tipo de activos, como reinvertir en capital de trabajo, en personas, en intangibles que no pueden ser depreciados. Habría sido valioso incorporar todos los temas en esta discusión".

-¿Incluso recibiendo un portazo, como ya se lo está dando el Frente Amplio, por ejemplo?

"La conversación es más rica ý hay más posibilidades de acuerdo cuando están todos los elementos sobre la mesa. No se trata de algo meramente táctico, es coherente con lo que piensa este gobierno y el cien por ciento de los países de la OCDE que han bajado el impuesto a las empresas en los últimos 15 años. El único que lo ha subido es Chile. Los países de la OCDE han optado por disminuir la recaudación desde las empresas, conscientes de que es un impuesto al ahorro y la inversión, y han extendido la base de personas que pagan impuestos. Chile es el que menos recauda de las personas, porque pocas pagan impuestos. Evópoli hizo una propuesta interesante de extender la base de contribuyentes y a un cierto nivel de ingresos, devolver impuestos a las personas. Si queremos un sistema moderno sin disminuir la recaudación, debiera haber un gravamen menor a la reinversión de utilidades, más recaudación que provenga de las personas e incluso ir bajando el impuesto al consumo, el IVA, que es regresivo, y en Chile es más bien alto. Es el deber de un gremio plantear una discusión más ambiciosa, más grande".

-¿Habría esperado señales del Gobierno de que a futuro, si la recaudación crece, se bajarán los impuestos?

"Ese es el punto: si vamos a abrir la discusión tributaria por cuarta vez en 8 años, pongamos todos los temas en la mesa. El 2015, Inglaterra trazó un camino y rebajó el impuesto a las empresas, pero gradualmente, y recién en abril del 2020 entra en régimen con un 17%, diez puntos menos que lo que hoy tiene Chile. Eso no es indiferente para un inversionista extranjero que compara diferentes países, ni para un emprendedor que está creciendo. Compartimos que en Chile haya un régimen tributario especial para la pyme, y mejora con esta reforma. Las empresas grandes pueden administrar la complejidad tributaria y tienen más facilidades para traspasar la mayor tributación a precio. El mayor damnificado de la política tributaria es la empresa que quiere crecer y que reinvierte un 80% o 100% de sus utilidades".

-¿Cree que se perdió una oportunidad? ¿Había espacio para ser más audaz o ambicioso?

"Si la razón fue la viabilidad política, empatizo. No podemos ser ciegos, pero los espacios son mayores y se pueden lograr acuerdos insospechados si todas las cartas están sobre la mesa. Comparto que cualquier modernización tributaria tiene que ser fiscalmente neutra, cualquier incentivo a la inversión tiene que compensarse. Una posibilidad era vincular una rebaja a indicadores fiscales; otra era eliminar privilegios para algunos por incentivos para todos. Exenciones tributarias, regímenes especiales, como la renta presunta, que no tiene ningún sentido en el siglo XXI con el régimen especial para las pymes".

-¿Le molesta que se amplíe la exención al IVA a la construcción?

"Es bien propicio incentivar la inversión en construcción, que es de rápida ejecución e intensiva en empleo, pero prefiero que un incentivo particular para un sector se compare con dar ese mismo incentivo para todos".

-El presidente del Senado, Carlos Montes, lo criticó y dijo que prefiere un beneficio directo al que compra y no a empresas que podrían no traspasarlo a precio.

"No soy partidario. Agregando exenciones seguimos sacrificando la oportunidad de rebajar un impuesto que es mucho más distorsionador a la inversión".

"La empresa que crece ha sido la principal damnificada de las políticas públicas de los últimos años"

-¿Hay realmente espacio para ser más ambiciosos si antes de conocer el informe financiero del proyecto, la oposición ha hecho críticas duras al proyecto?

"Obviamente, tengo menos sintonía política de la que puede tener un gobierno, sus ministros. Comprendo cuando el Presidente dice que está lleno de opinólogos que desde la "galucha" tratan de dar instrucciones al equipo para meter el gol perfecto, pero eso no puede inhibir un debate más amplio, que es muy importante. Si condicionáramos todo a lo que es viable en el corto plazo, se discutirían pocos temas y nunca romperíamos la inercia de la dinámica política. Hoy estamos hablando de competitividad tributaria, pero hay muchos otros que son importantes para una empresa que está creciendo o para un inversionista extranjero que quiere venir a Chile".

-¿Cuáles son esas "empresas que quieren crecer"? El Gobierno asegura que el proyecto favorece a las pymes y la oposición a las grandes empresas...

"El crecimiento y la inversión son virtuosos, independiente del tamaño de la empresa. Hay que promover la empresa dinámica, nacional o extranjera, regional, que quiere escalar y ser grande, y debiera ser el foco de la política pública. Comparto que exista un régimen especial simplificado para las pymes, pero es muy importante la migración, que la pyme pase a ser grande".

-¿No ayuda la depreciación acelerada?

"Existía para la pyme, y ahora se agrega por dos años para cualquier empresa. Muchas tienen vocación de mantenerse como pymes, es legítimo y razonable, pero también es muy relevante facilitarles el camino a muchas otras. La empresa que crece ha sido la principal damnificada de las políticas públicas de los últimos años".

-El ex subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, afirma que este proyecto favorece al 10% de empresas más grandes y no aporta nada al 90% restante. ¿Está de acuerdo?

"Completamente en desacuerdo. Con la integración corrige la inequidad horizontal y facilita el camino al emprendimiento. Cuando una persona decide emprender y mira el horizonte, observa que debe compartir con el Estado un 44,5% de los frutos de su esfuerzo. La integración hace ese camino menos inclinado y que solo comparta un 35%. Es positiva la rebaja y que equipare con la otra alternativa que es emplearse en una empresa. También corrige la asimetría entre el empresario nacional, que semiintegrado pagaba 44,5% y el extranjero que también pagaba 35%".

-La oposición insiste que las compensaciones que considera el proyecto serán insuficientes para equilibrar la menor recaudación. Algunos proponen otras vías, un impuesto a "los súper ricos", por ejemplo. ¿Le preocupa los cambios que puede sufrir el proyecto en el Congreso?

"Por eso es tan importante que gremios, centros de pensamiento, ONG -que no miramos la próxima elección- estemos activos en este debate. Es motivo de preocupación que sectores como el Frente Amplio rechacen por completo sin siquiera conocer el proyecto de ley. He visto observaciones prudentes y razonables en otros sectores. Con todo, lo que más me preocuparía es que no se debata sobre cuál debe ser el sistema tributario del siglo XXI".

-Si hubiera espacio legislativo para introducir mejoras, ¿por qué se jugaría?

"La integración es muy relevante y las mejoras deben ir a pasar de incentivos contingentes a incentivos permanentes, de pasar de regímenes especiales, que benefician a algunos, a regímenes generales, que benefician a toda la inversión sin cambiar la recaudación. Un sistema tributario debe tener progresividad, que los que ganan más paguen más como personas. Sería más progresivo el impuesto de las personas si fuera mayor la base de contribuyente que lo pagara, y si, incluso, los de sectores más vulnerables no pagaran y recibieran un crédito".

"Comprendo cuando el Presidente dice que está lleno de opinólogos que desde la "galucha" tratan de dar instrucciones. Pero eso no puede inhibir un debate. Si condicionáramos todo a lo que es viable en el corto plazo, se discutirían pocos temas y nunca romperíamos la inercia de la dinámica política".

"En lo laboral, hay un anticipo interesante en el estatuto para los jóvenes y el teletrabajo. Eso debiera converger en una modernización del Código del Trabajo más ambiciosa".

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