Dólar Obs: $ 897,11 | -0,49% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.354,68
IPC: 0,50%
Análisis La vigencia del cuento de Charles Perrault

Desde Zakharov hasta Marcia Haydée: diversas versiones de "La Cenicienta"

domingo, 26 de agosto de 2018

Maureen Lennon Zaninovic
Ballet
El Mercurio

Destacados críticos y amantes del ballet profundizan en torno al hechizo que continúa generando este clásico y sus montajes más aclamados. El 9 de octubre (Gala "El Mercurio"), el Ballet de Santiago estrenará una nueva producción con música de Serguéi Prokófiev.



En una entrevista concedida a este diario en 2005, a propósito del estreno de su versión de "La Cenicienta", la directora del Ballet de Santiago Marcia Haydée advertía que son muy pocos los coreógrafos que se han a atrevido con este cuento de Charles Perrault:

"Ni John Cranko quiso abordarla, ya que encontraba que la partitura de Prokófiev era demasiado difícil y, en efecto, es muy peculiar, pero cuando se trabaja intensamente con ella, al final se entiende", dijo.

Ese año, la artista brasileña sacó aplausos en el Municipal gracias al rescate de los históricos vestuarios del diseñador chileno Raymundo Larraín (fueron creados en la década del 60, en París, para la legendaria compañía del Marqués de Cuevas). Junto con ello, recibió elogios por el novedoso enfoque de la historia: en su montaje el Hada Buena es la madre de Cenicienta quien -al morir- se propone velar por su hija hasta el día de su matrimonio.

Trece años después de ese comentado debut, la directora del Ballet de Santiago sigue sorprendiendo a sus seguidores. A partir del 9 de octubre (Gala "El Mercurio") estrenará, en el teatro de Agustinas, una nueva versión de este clásico, esta vez con escenografía y vestuario de Pablo Núñez y dirección musical de Pedro-Pablo Prudencio.

"Creo que hay que estar muy atentos a la versión de Marcia Haydée, una artista que, tanto en su fase de intérprete como ahora de coreógrafa, ha demostrado ser personal e individual. ¿Cuál es su sello? Rescatar a personajes secundarios para ponerlos en el centro de la atención, innovando en el carácter de éstos y en su teatralidad. Siempre de la mano de la magia y espectacularidad de los diseños de Pablo Núñez", advierte a Artes y Letras Carmen Gloria Larenas, crítica de danza y directora artística del Teatro del Lago.

Años de la guerra

Para hablar de los inicios de este título es clave citar a uno de los compositores más famosos de las versiones que existen de esta obra. "La Cenicienta es Lina", escribió en su diario el músico ruso Serguéi Prokófiev (1891-1953), quien abandonó su tierra natal tras la revolución bolchevique de 1918. Su regreso tuvo lugar en 1936 con su familia, su mujer española Lina y sus dos hijos; pero su esposa fue detenida en 1948 y condenada a 20 años en un campo de prisión y trabajos forzados del régimen de Stalin bajo la acusación de espionaje.

Su producción de "La Cenicienta" fue un encargo del Teatro Kírov, poco antes de la invasión alemana. Eso sí, tuvieron que pasar varios años para que pudiera ver la luz: su estreno ocurrió en 1945, en el Bolshoi, con coreografía de Rostislav Zakharov. En 2006, este mítico escenario ruso se atrevió con una nueva versión a cargo del coreógrafo Yuri Possokhov, quien optó por enfatizar los episodios biográficos -bastante dramáticos- de Prokófiev.

A 73 años de su estreno, la música de este compositor sigue hechizando. Para Carmen Gloria Larenas, quien además integró el cuerpo de baile del Ballet de Santiago, estamos ante un ballet esencial del repertorio internacional, no solo por estar inspirado en un cuento tan eternamente popular, sino y "principalmente, por la música de Serguéi Prokófiev. Su creación es llena de matices, desafiante por momentos, con algunas melodías inolvidables como el vals del segundo acto, y también con una intensidad que refleja el período en el cual fue escrita la partitura: los años más terribles de la Segunda Guerra Mundial".

Marietta Santi, directora de la revista Tiempo de Danza, comenta que lo que más le impresiona de "La Cenicienta" es su partitura, donde Serguéi Prokófiev "combinó musicalidad con sutilezas que colaboran con la narración, teniendo incluso momentos irónicos. En término de danza, es un reto para los protagonistas, ya que tiene momentos de gran complejidad técnica, siendo la primera bailarina muy exigida en los pas de deux , grandes saltos, grands jetés y los admirados fouettes . Es un espectáculo que aúna el brillo del ballet con la comedia, presente en los roles de las hermanastras".

Francisca Folch, crítica de danza y coautora -junto a Marisol Calderón- de "Sara Nieto, vida de una bailarina estrella", afirma que "la música de Prokófiev es vertiginosa, y puede volverse perturbadora, reflejando el contexto de su composición en la época estalinista. Eso le da a la historia de Perrault un pulso dramático urgente, casi amenazante".

Hermanas travestidas

Dentro de sus producciones predilectas para ballet, la directora artística del Teatro del Lago pone en relieve la del inglés Sir Frederick Ashton (1904-1988). "Es tradicional, pero lo que la destaca respecto de otras versiones es lo teatral de su visión, en la que toman especial protagonismo las hermanastras. Las diferencia muy bien de Cenicienta, porque propone a las primeras como roles de carácter travestidos, grotescas por momentos, mientras para la segunda conserva una visión clásica y pura. Ese contraste da espacio para que la danza, el vocabulario coreográfico de Ashton, el teatro y ese humor inglés, incisivo y elegante, se amalgamen muy bien".

Francisca Folch, quien además es académica del Instituto de Letras de la U. Católica, comparte este análisis. A su juicio, los roles travestidos de las hermanastras -que impuso la famosa versión de Ashton- "son un deleite cómico cuando logran dar con el tono exacto entre malicia e inepcia. Es muy divertido ver cómo intentan imitar el estilo de ballet clásico con resultados grotescos. La versión de Ashton es la que tenemos casi siempre en mente como base argumental, con esa Cenicienta soñadora que baila con su escoba, y es la que recuerdo haber visto cuando chica, por lo que tiene un valor nostálgico. Es parecida a la versión de Ben Stevenson que se dio en el Municipal en los 80, con Sara Nieto que le daba a Cenicienta una chispa fantástica, y con las hermanastras interpretadas por los inigualables Gilles Maidon y Edgardo Hartley".

Carmen Gloria Larenas considera que hay otras producciones imprescindibles, como la de Rudolf Nureyev (1938-1993), ambientada en Hollywood, y la de Thierry Malandain (1959), esta última más creativa y minimalista, desarrollada en un espacio de tiempo indefinido. "Sin embargo, propongo poner atención a la del británico Matthew Bourne (1960), uno de los coreógrafos más creativos de la actualidad. Siempre mira las obras que escoge desde otro lugar, alejándose de la 'perfección' inicial para abrir paso a la realidad y a la humanidad de los personajes. Su Cenicienta está ambientada en los años de los bombardeos alemanes a Londres, transformando al príncipe en un Oficial de la Fuerza Aérea inglesa", señala Larenas, y añade que en su propuesta todo tiene lógica, porque "apunta a relevar la historia a través de personajes humanos. Lo que me gusta de Bourne, además, es que siempre da un toque de 'musical' a sus propuestas, en su dinámica y escenografía, logrando un efecto refrescante. La escena final de su Cenicienta sucede en una de las plataformas de la estación de Paddington en Londres... Pero no hay que confundirse: Bourne nos recuerda que lo 'oscuro' siempre nos ronda".

Folch se suma a este análisis y agrega que la versión de Matthew Bourne "capta esa sensación de peligro, con un despliegue coreográfico grupal deslumbrante, pero también con personajes expresivos, lo que la hace tan moderna y fresca". Sobre la propuesta de Rudolf Nureyev remata: "Me encanta como coreógrafo porque es atrevido y ofrece lecturas psicológicas que por momentos desmarcan a los personajes del cuento de hadas tradicional".

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia