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Acumulan retroceso de 26% en ese período, según nuevo índice de la Cámara de Comercio de Santiago:

Condiciones externas que son relevantes para Chile registran fuerte baja en últimos 14 meses

lunes, 20 de agosto de 2018

LINA CASTAÑEDA
Economía y Negocios
El Mercurio

La medición incorpora las variables más importantes que afectan la cuenta corriente de la economía local, incluido el financiamiento externo. Precio del cobre y petróleo, indicadores bursátiles, monetarios, de crédito y situación geopolítica, entre otros.



Con el propósito de contribuir al análisis de la coyuntura económica internacional y con el objetivo de que cumpla el rol de un barómetro de la situación externa más o menos favorable para la economía chilena, la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) acaba de lanzar un nuevo indicador. Se trata del Índice de Condiciones Externas ICE-CCS que, desde su máximo histórico de 117 puntos en junio de 2017, desciende a 87,31 puntos hasta el viernes pasado, lo que representa una caída en torno al 26%.

El índice, con base agosto de 2013=100, alcanzó el mínimo de 82 puntos a fines de junio pasado, para luego recuperar terreno hasta el 8 de agosto de 2018. Sin embargo, el recrudecimiento de la crisis turca y las alicaídas expectativas sobre el comercio internacional interrumpieron esa mejoría dando lugar a nuevas caídas que el pasado viernes, luego de siete días hábiles, acumulaban un deterioro del índice, llevándolo a 87,3 puntos.

Entre los factores que han incidido negativamente en la situación externa, el gremio asigna un particular protagonismo a los conflictos comerciales. "La actitud crítica del gobierno de EE.UU. hacia el comercio y sus instituciones ha generado un marco de incertidumbre en materia económica, financiera y comercial, con pocos precedentes en la historia reciente, abriendo interrogantes sobre el alcance de este nuevo escenario", señala en su informe económico.

El ICE se calcula diariamente y además de aportar al análisis, también puede ser de interés para los agentes económicos al caracterizar la situación presente y mostrar tendencias.

Metodología

En la construcción del índice -explica Nora Balzarotti, economista senior de la CCS- se vieron las variables más importantes que afectan la cuenta corriente de la balanza de pagos y el financiamiento externo.

La cuenta corriente incluye los flujos provenientes de las exportaciones, las importaciones y los ingresos netos. Cuando es deficitaria, se debe financiar el déficit con ingresos netos de capital, cuyos costo y disponibilidad son claves para que la economía no enfrente una restricción externa onerosa y para la evolución de su tipo de cambio.

Se categorizaron las variables en cinco tipos y a todos se les dio la misma ponderación: unas variables vinculadas al comercio exterior (precio del cobre y del petróleo); a indicadores bursátiles (el VIX que predice volatilidad en las bolsas internacionales); el MSCI de países emergentes que mide rentabilidad y cuotas del fondo ETF ECH de Chile que miden el atractivo del país para inversionistas reales; de crédito (retorno del bono del Tesoro a 10 años y EMBI de países emergentes), y temas geopolíticos (índice de aversión al riesgo del Citi e índice dólar como refugio).

Deterioro del escenario

Desde 2013, hasta fines de diciembre de 2016, el ICE presenta cierta estabilidad para luego insinuar una tendencia positiva en un contexto de alza de 14% en el precio del cobre; caída de 11% en el precio del petróleo; países emergentes rentando 23% bajo un mercado bursátil menos volátil; la percepción de riesgo se suavizó y el dólar se depreció 8% respecto a las principales monedas. Se redujo el spread de riesgo de los emergentes en 30 puntos base, y aunque la Reserva Federal subió la tasa de interés de política monetaria, desde 0,75% a 1,25%, el bono del Tesoro retrocedió 13 puntos base.

Sin embargo, a fines de julio de 2017 el índice comienza a deteriorarse. El precio del cobre subió 9%, pero la cotización del petróleo se incrementó en un 59%; los países emergentes rentaron negativo en dólares y la volatilidad de las bolsas más que se duplicó, mostrando una fuerte incertidumbre que incidió en una renuencia al riesgo de los inversionistas internacionales y la búsqueda del dólar como refugio, apreciándose esa divisa respecto al resto de las monedas. La Reserva Federal volvió a subir la tasa y el bono del Tesoro subió 57 puntos bases encareciendo el crédito y llevando a una menor liquidez en el mercado monetario de EE.UU.

Posteriormente, en julio de este año se inició una recuperación del ambiente internacional, la que nuevamente se vio interrumpida por las malas noticias sobre el comercio y luego por la crisis turca.

Desde el 8 de agosto hasta ahora, el cobre perdió el 5% de su precio, se agudiza la incertidumbre en los mercados y la volatilidad en las bolsas, los emergentes rentan -5% y el spread por riesgo sube 537 puntos base. Pero a diferencia del deterioro del ICE de 30% entre julio de 2017 y junio de 2018, "el costo del crédito se ha mantenido sin perturbaciones por cambios en la política monetaria de EE.UU., así que este peor escenario se explica básicamente por el peor ambiente en materia de expectativas, incertidumbre y riesgo prevaleciente", concluye el informe de la CCS.

La actitud crítica de EE.UU. hacia el comercio ha generado un marco de incertidumbre con pocos precedentes en la historia reciente".

GUERRA COMERCIAL
Entre los factores que han incidido negativamente en la situación externa, el gremio asigna un particular protagonismo a los conflictos comerciales.

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