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Libro "Mis monstruos favoritos", de Fernando Vivas:

Alejandro Toledo, un "monstruo" "manirrota" que dilapidó su poder

domingo, 19 de agosto de 2018

Gaspar Ramírez Enviado especial
Internacional
El Mercurio

LIMA El sociólogo y periodista analiza en su texto a tres figuras del mundo de la televisión y de la política peruana. Uno de ellos es el ex Presidente prófugo de la justicia.



Antes de convertirse en uno de los columnistas políticos más destacados de Perú y del diario El Comercio, Fernando Vivas fue crítico de televisión. Una faceta doble que el sociólogo deja clara en su libro más reciente, "Mis monstruos favoritos" (Aguilar, 2018), en el que analiza a dos figuras del mundo de la TV -Laura Bozzo y Magaly Medina- y uno de la política: el ex Presidente Alejandro Toledo.

El ex Mandatario (2001 y 2006), que vive en EE.UU. y está prófugo de la justicia peruana, que lo requiere por el presunto soborno de US$ 20 millones que habría recibido de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de la licitación de dos tramos de la carretera Interoceánica Sur, es un "hedonista" que "vive su decadencia", dice Vivas a "El Mercurio" sobre el protagonista de su libro, uno de los éxitos de la reciente Feria Internacional del Libro de Lima.

-¿Por qué escogió a Toledo como uno de sus "monstruos" y no otro de los políticos implicados en casos de corrupción?

"Toledo es el político que más me ha hecho repensar y forzar nuevas categorías y conceptos para entender a un político. Es un personaje que me fascina por el lado del disfrute del poder como objetivo máximo. No el poder de influenciar a la gente ni el poder del baño de masas ni el poder más sórdido de la corrupción -aspectos que también están presentes en su biografía-, sino el hedonismo".

En el caso de Toledo, la historia sobre su disipación es moneda corriente. Además, su relato, para hablar de este concepto de moda, era fabuloso. Era un joven de origen andino, de Chimbote. Allí conoce a dos jóvenes estadounidenses de los Peace Corps, a quienes les dice que lo ayuden a ir a EE.UU. y a convertirse en lo que él llama 'un error de las estadísticas': este chico pobre que obtiene un doctorado en Stanford y vuelve para ser Presidente. Un relato poderosísimo que dice que tenía que ganar el 2001.

Pero era un relato absolutamente tramposo. A Toledo no le interesaba reivindicar sus raíces. Él estaba legítimamente transformado; lo que no era legítimo era que no sentía esos discursos de reivindicación".

-¿Qué tiene de "monstruo" Toledo?, ¿lo del hedonismo?

"Es un gran engaño, el hedonismo llevado a francachelas (fiestas) de campeonato. Se pegaba unas borracheras tremendas; como dicen los mexicanos, 'estaba pedo' muchas veces. Tenía y tiene mucha resistencia (al alcohol). Estaba perfectamente disponible para hacer estos viajes que hacen los presidentes a provincias al amanecer 'estando de boleto', que es como se le dice en Perú a pasar de largo sin haber dormido. Era un Presidente de boleto".

-¿Y cómo ve a este Toledo prófugo de la justicia?

"Está viviendo su decadencia. Desde que le dictaron su orden de captura, solo ha dado una entrevista. Yo he ido a la zona donde él vive en Estados Unidos, pero no sabemos ni siquiera exactamente dónde vive. Sí sabemos que está en Silicon Valley, que es su segunda patria, porque ahí está Stanford. Ahí están viviendo él y su esposa, Eliane Karp.

A Toledo le sucede, como pasa con todos estos personajes que ya tienen cierta edad, que activan un mecanismo de defensa que los lleva a vivir una realidad donde sus faltas son pequeñas, donde hay abusos de la justicia, donde los persiguen por cosas políticas".

-¿Cree que Toledo haga algo como lo que hizo Fujimori e intente regresar?

"Lo de Fujimori fue un error de cálculo, porque todos los antecedentes apuntaban a que en Chile podría no ser extraditado, operar políticamente desde ahí, y la cercanía con Perú le convenía para endosarle a su hija Keiko los votos y el apoyo popular que conservaba. Y claro, no sucedió así.

Toledo no tiene delfines, dilapidó todo el poder que tuvo, es un manirrota. Era impresionante ver cómo no construía un futuro, un legado. Se gastó todo el capital político. Porque hay un capital, el de las coimas millonarias, que todavía debe durar. Con eso estará viviendo y costeando su defensa en dos países, en EE.UU. y en Perú. El proceso ahora será básicamente en EE.UU.".

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