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Las inesperadas secuelas del cambio de gabinete

domingo, 19 de agosto de 2018

Bárbara Vial y Nicolás Guzmán
El_Mercurio

La Moneda intenta retomar la agenda política tras ajustes ministeriales. Lo que comenzó con un cambio de gabinete de ajuste terminó una semana después con el Gobierno tratando de retomar su agenda y con una oposición que recibió un inesperado regalo que nació de chequeos deficientes, decisiones equivocadas y una muerte, que 34 años después se convierte en un problema para el nuevo gabinete.

A 17:30 horas del jueves 9 de agosto, el Presidente estaba en La Moneda. Faltaba media hora para el cambio de gabinete y recibió en su oficina a los todavía ministros de Educación, Gerardo Varela, y de Culturas, Alejandra Pérez.

Los dos se sentaron en la pequeña mesa redonda que tiene el Mandatario en la esquina de su oficina. Quienes conocieron detalles de ese encuentro comentan que ambos no estaban cómodos. Sabían que eran los elegidos para abandonar el Gobierno.

Mientras Varela estaba en silencio, la ex ministra Pérez abordaba con el Mandatario su salida. Se quejaba de que la estuviera sacando. Su relación con él siempre había sido franca, pues la ex directora ejecutiva de Canal 13 lo conocía desde la década del 90 cuando trabajó para él en la revista "Master Club". Por eso, cuando recibió el llamado de Piñera pasado el mediodía se dio cuenta por su voz de que la estaba contactando para comunicarle su salida. "Su tono era amable y no ejecutivo, como era habitual", le comentó Alejandra Pérez a sus cercanos.

En la oficina de Piñera, esa tarde la periodista le cuestionó su decisión, asegurándole que los sondeos la estaban posicionando favorablemente y le puso como ejemplo la encuesta Cadem de julio, donde figuraba en tercer lugar de los ministros mejor aprobados."Así son las cosas, Alejandra", le habría contestado él mientras tomaban café. El Presidente le explicó que su gestión se había visto dañada por los supuestos cinco jefes de gabinete que había tenido desde marzo, cuestión que la jefa de la cartera de las Culturas rebatió.

Varela observaba la conversación, no hablaba mucho. Quienes conocieron de este encuentro, aseguran que el ex ministro de Educación estaba afectado y solo habría sostenido que su salida era precipitada, pues estaba seguro que su desaprobación la hubiera podido dar vuelta. El Mandatario le explicó que ya no había otra solución, la agenda no se estaba instalando y que, por ende, había que hacer un cambio de timón.

Como argumento se esgrimió que la temática social del Ejecutivo no estaba teniendo el impacto esperado, en medio de una baja popularidad del Gobierno en las encuestas y un desempleo estancado.

La primera advertencia

Ya sonaba el último llamado para embarcarse en el vuelo a La Serena en el aeropuerto de Santiago, cuando el jefe de bancada de la DC, Matías Walker, recibió una alerta. Era de una periodista de su partido, para advertirle que el doctor Luis Castillo podría asumir un nuevo cargo en el Gobierno ante el inminente cambio de gabinete. Era la tarde del jueves 9 de agosto.

El diputado tomó su teléfono y se contactó con un ministro del comité político de La Moneda y le transmitió un mensaje: "A nombre de la bancada le puedo decir que un nombramiento de Luis Castillo en Salud significaría un grave error y traería consecuencias".

Desde Palacio tomaron nota.

Ese jueves 9, Luis Castillo asumió como nuevo subsecretario de Redes Asistenciales. Desde la Región de Coquimbo, el diputado Walker se volvió a comunicar con el Gobierno. Esta vez para pedir explicaciones. En La Moneda le dijeron que el propio Mandatario se había reunido con Castillo y que este le había negado cualquier relación con la muerte de Eduardo Frei Montalva y el supuesto ocultamiento del informe de su autopsia.

Luis Castillo se transformaría en la segunda parte de una semana difícil, que tiene al gobierno intentando retomar su agenda económica mientras el tema de los derechos humanos amenaza con desviarlo.

La apuesta segura

Gerardo Varela y Alejandra Pérez habían sido los únicos dos ministros designados por exclusiva decisión del Presidente y en La Moneda reconocían que la falta de experiencia política les había pasado la cuenta. Pérez, por ejemplo, era relativamente desconocida en el mundo cultural y se enfrentaba a la dura tarea de ejecutar la instalación del nuevo Ministerio, que reúne al ex Consejo Nacional de la Culturas y las Artes, y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam). A eso se suma la renuncia del director del Museo Histórico Nacional, Pablo Andrade.

Con el nuevo gabinete, Piñera quería evitar errores y desvíos de la agenda. Así volvió a apostar por "lo conocido y probado". En Medio Ambiente llamó a su ex ministra del Sernam y de Educación, Carolina Schmidt, mientras que en Cultura escogió a Mauricio Rojas: el intelectual que le escribía sus discursos en el segundo piso de La Moneda y que venía trabajando junto a él, desde la fundación Avanza Chile. Nadie en La Moneda previó lo que ocurriría, aunque hoy los dardos apunten principalmente al equipo de Cristián Larroulet. Fuentes de Palacio aseguran ahora que el segundo piso no hizo el debido chequeo sobre Rojas, pues era parte de su equipo y políticamente era una figura muy similar al actual canciller, Roberto Ampuero, quien también fue ministro de Cultura en el primer período de Piñera y militó en su juventud en la izquierda dura. De hecho la fundación Avanza Chile apoyó una gira por trece puntos del país para dar a conocer el libro de ambos "Diálogos de conversos", que además fue un éxito de ventas. Rojas parecía una apuesta segura.

Así, el Gobierno esperaba este lunes a retomar su agenda enfocada en educación y economía.

Pero el sábado 11, el rumbo se desvió con fuerza.

Mensaje desde La Parva

Mientras el Mandatario se encontraba en un refugio en el centro de esquí La Parva, comenzó a monitorear junto a los ministros del comité político las reacciones que estaba provocando una frase de Rojas sacada de su libro "Diálogo de Conversos"|: "Más que un museo (...) se trata de un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar (...). Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente".

Tras conversaciones por teléfono y mensajes de WhatsApp, Piñera decidió junto al comité político que Rojas saliera a explicar sus declaraciones. Así, en su cuenta de Twitter el recién nombrado ministro aseguró que las palabras venían de una "entrevista antigua que no refleja mi pensamiento actual". Pero las reacciones no cesaban. La Moneda debía hablar y se decidió que el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, en su participación en un programa televisivo, reconociera que la frase "no era correcta y que ese pensamiento, hoy no lo representa".

No obstante, el diagnóstico ya estaba hecho: el mundo de la cultura ya no lo consideraba un interlocutor válido y cada día que pasara iba a ser peor. El propio Mauricio Rojas expuso ese planteamiento al Presidente Piñera, en medio de la crisis.

El lunes 13, a primera hora, el senador Guido Girardi (PPD) conversó por teléfono con Gonzalo Blumel. El parlamentario le pidió explicaciones al secretario de Estado por las declaraciones de Rojas y Roberto Ampuero, en que justificaban sus dichos sobre el Museo de la Memoria por el "contexto histórico". "Nosotros, como gobierno, no tenemos nada que ver", le respondió Blumel.

Pero ya el ministro Rojas había pedido renunciar, argumentando que sería imposible posicionar la agenda del gobierno en materia cultural. Una salida "dolorosa" para Piñera. Tanto es así, que se le ofreció a Rojas volver al segundo piso o colaborar en el gobierno, propuesta que aún no ha sido acogida por el ex ministro. En tanto, el mismo Larroulet, junto al asesor Jacinto Gorosabel, se están encargando de los discursos del Mandatario.

Turbulento comité político

El episodio Rojas no solo había afectado al Gobierno con la oposición. El mismo sábado 11, desde Evópoli se consultó al Ejecutivo qué se haría y les dijeron que respaldarían al ex MIR. La directiva de ese partido no estuvo de acuerdo. Consideraban que la frase del "montaje" era indefendible y el domingo sacaron una declaración rechazándola. El comunicado sacó ronchas a la UDI y RN.

Al día siguiente, lunes 13, en el habitual comité político de La Moneda con los partidos, la primera en tomar la palabra fue la timonel de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe. La senadora expuso que la actitud de Evópoli no era propia de un partido que pertenece a una coalición. Su homólogo de RN, Mario Desbordes, la apoyó y agregó que las críticas se hacían en privado. Inmediatamente, el presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte, aseguró que la declaración de su partido estaba en la línea de lo que hizo Piñera y luego emplazó a todos los presentes: "¿Alguno cree que las declaraciones de Rojas son correctas?", preguntó. Sin embargo, cuando pasaron al tema de la modernización de la reforma tributaria, la senadora Van Rysselberghe volvió a tomar la palabra y apuntó a Evópoli, asegurando que ellos también criticaron al Gobierno por una iniciativa que aún no ha sido presentada. Cercanos a la timonel, aseguran que sus cuestionamientos serían por la forma en que Evópoli estaría marcando sus diferencias al interior de Chile Vamos. Después de esta segunda intervención, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, con un tono calmado y conciliador -como lo describen los presentes- llamó a mejorar la coordinación y a mantener la unidad del sector.

La advertencia al segundo piso

Después de la salida de Mauricio Rojas, la crisis se trasladaría al Ministerio de Salud, concretamente al nombramiento del subsecretario de redes asistenciales, Luis Castillo. El propio ministro Santelices y su equipo -dicen en el gobierno- habían advertido al segundo piso de La Moneda sobre los cuestionamientos que podrían aparecer en contra de Castillo.

Con el paso de las horas, la indignación por el nombramiento creció en la DC.

Tres días después de nombrado Castillo, el lunes 13, en uno de los salones de Palacio, el presidente de la DC, Fuad Chahin, le transmitió la misma advertencia al ministro Andrés Chadwick. "Es un error lo que están haciendo", emplazó el timonel al secretario de Estado, en una reunión fijada de antes, pero que terminó cruzada por el tema. Chahin no apuntaba a asuntos del Minsal, sino a la acusación que pesa sobre el subsecretario.

Pero la primera medida concreta se produjo en la comisión de Salud del Senado. "¿Qué hacemos?", le preguntó Guido Girardi a la senadora Carolina Goic (DC). A la conversación se unió luego el socialista Rabindranath Quinteros. "Si está él, yo no participo", dijo. "¿Entonces, por qué no lo hacemos como comisión?", propuso el senador PPD.

Y así fue como con votos de Carolina Goic, Girardi y Quinteros resolvieron negar el ingreso de Castillo a la instancia legislativa, pese al rechazo de los senadores Francisco Chahuán (RN) y Jacqueline van Rysselberghe (UDI).

Durante la tarde de ese mismo día lunes, en la cafetería del Senado, Girardi se reunió en privado para hablar del mismo tema, pero con el ministro de Salud, Emilio Santelices. "Esto no es nada personal contra el ministerio, pero no lo vamos a dejar entrar", le notificó el senador al secretario de Estado. "Está bien, pero no comparto la decisión", respondió Santelices.

Acusación Constitucional para el 11 de septiembre

Temprano, el martes 14 comenzaron los llamados telefónicos en Valparaíso entre los abogados que forman parte del equipo jurídico de la oposición -que lleva adelante la acusación constitucional en contra de tres ministros de la Corte Suprema- para coordinar su próximo encuentro.

Los legisladores ya se habían reunido un par de veces antes para comenzar a definir el curso de la acción. "Nos juntamos a las seis", coincidieron. De esta manera, llegaron hasta una de las oficinas de la Cámara de Diputados los abogados Luis Cuello, del PC; Francisco Castillo, del PPD; Javiera Ascencio, del Frente Amplio; Xavier Palomino, de la Federación Regionalista Verde, y Enrique Aldunate, del PS.

"Nos dividimos los capítulos", concordaron los legisladores para "acelerar" el libelo. Así, algunos quedaron a cargo de la escritura de la jurisprudencia, mientras que otros se enfocarían en la búsqueda de otros casos que pudieran servir para la acusación. "Pero aquí ya tenemos un antecedente que es el caso del destituido ministro Hernán Cereceda, en 1992", dijo uno de los legisladores al resto de los presentes.

La reunión no se extendió por más de una hora y la decisión de todos fue unánime: el libelo se presentará el 22 de agosto lo que, según su planificación, coincidiría en que sea el próximo 11 de septiembre cuando se someta a votación en Sala.

La acusación constitucional apunta a los jueces de la Corte Suprema que otorgaron libertad condicional a reos condenados por crímenes de lesa humanidad.

Esta semana se dio a conocer, además, la declaración que emitió la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que manifiestan su preocupación por las resoluciones de la Suprema.

Carmen Frei y Estela Ortiz en el Museo de la Memoria

En diciembre pasado, el ex Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien se encontraba en recuperación por un hematoma subdural, reunió a su grupo más cercano de familiares para transmitir un mensaje: "Lamento mucho que si llego a morir, no voy a saber la verdad de lo que pasó con mi papá".

A las pocas semanas de su salida de la clínica, en enero de este año, recibió en su casa la visita del recién electo Presidente Sebastián Piñera, quien lo fue a saludar durante su recuperación. "Yo me comprometo a ayudar en lo que se necesite", le dijo Piñera por esos días.

Siete meses después, cercanos al ex Mandatario cuentan que hoy Frei está expectante del fallo que dará a conocer el ministro Alejandro Madrid y en el que se resolvería el caso sobre la muerte de su padre. Y su hermana Carmen-en el marco de las críticas a la designación Luis Castillo como subsecretario- ha reactivado sus redes para conseguir apoyo por el caso. "Estuve con muchas personas que son mis amigas desde hace mucho tiempo en el acto que hubo en el Museo de la Memoria (el miércoles 15), entre las cuales estaba la Estela (Ortiz). Ella me dijo, "te apoyo, yo sé lo que están pasando, pero aquí estamos todos juntos para dar la lucha por saber la verdad"", dice la ex senadora.

La agenda de DD.HH.

En la oposición señalan que a pocas semanas del 11 de septiembre, sumado a los 30 años del aniversario del plebiscito del 5 de octubre de 1988, la agenda de derechos humanos toma fuerza. Se trata de un tema que une a una coalición dividida tras la elección y ha rebotado negativamente en el oficialismo. Pese a ello, el Presidente Piñera, recalcan desde diversos sectores, ha tenido una línea clara en esta materia.

Mientras tanto, el equipo del Mandatario intentará retomar la agenda. La próxima semana presentarán la modernización de la reforma tributaria, realizarán anuncios enfocados en la clase media y potenciarán la agenda económica, con un foco en el empleo.

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