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La alta volatilidad está tras la desviación de las expectativas económicas

viernes, 04 de julio de 2008

E.O.C.
Economía y Negocios Online, El Mercurio

Expertos dicen que los indicadores clave están sujetos a shocks imprevisibles.


Desde un tiempo a esta parte, las proyecciones del mercado sobre distintos indicadores clave de la economía se han desviado consistentemente. Ayer se dio el caso más reciente: entre los pronósticos para la inflación de junio, el promedio llegó a 1,2% mensual, con un solo economista que previó un alza del 1,4%. Resulta que el IPC fue de 1,5%.

De acuerdo con diversos analistas consultados, existen múltiples razones que explican estos vaivenes en las proyecciones.

"Las expectativas económicas de crecimiento del PIB y de la inflación se tomaron sobre la base de factores que son endógenos al funcionamiento de la economía y teniendo en cuenta la política monetaria del Banco Central y la política fiscal del Gobierno. En este caso, el aumento en los precios de los commodities ha tenido el efecto de un "shock" externo que era y sigue siendo muy difícil de predecir, sostiene el director de Ingeniería Comercial de la Universidad Central, Juan Carlos Scapini.

Eso significa que existe una variabilidad agudizada en los elementos que sirven de suministro para obtener los cálculos. Hace un año, con un valor del barril del petróleo a US$ 60, era impensable trazar como un escenario de alta probabilidad que su precio superara los US$ 140.

"Hay un factor de mayor volatilidad que está detrás de todo. Tenemos ciclos de más valles y de más peaks radicales, que ningún modelo económico recoge", analiza Rodrigo Castro, de Libertad y Desarrollo.

La economía real

En el IPC de mayo, el mercado preveía un consenso de 0,7%, pero la cifra oficial llegó a 1,2%. También esto se traslada a indicadores como el de crecimiento mensual (Imacec), que en abril se pensó alcanzaría 3,5% y cerró bastante más arriba, en 4,8%.

Un actor gremial plantea que no es la serie de "yerros" en las proyecciones las que atentan contra los planes de una empresa, sino los shocks en sí. En la medida en que las expectativas son superadas por noticias en general pesimistas -apunta Castro-, ese ambiente termina permeándose al sector real de la economía: a la producción.

Ante la incertidumbre, crece la especulación en todos los niveles, agrega Scapini: "(Y) se suma como factor de riesgo un sistema financiero internacional extremadamente desarrollado, pero que no resiste una evaluación o "prueba de la blancura" en cada uno de sus instrumentos".

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