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Anunció "precios internacionales" para los combustibles y que mantendrá los subsidios para ciertos sectores:

Maduro subirá la bencina más barata del mundo, otro signo de la destrucción de la industria petrolera

miércoles, 15 de agosto de 2018

GASPAR RAMÍREZ
Internacional
El Mercurio

La pérdida de capital humano, la falta de inversiones y el no pago a proveedores son algunos de los factores que hicieron colapsar a PDVSA, que es la causa central de la crisis económica que azota a ese país desde hace años.



El Presidente Nicolás Maduro anunció la noche del lunes que la bencina venezolana pasará de ser la más barata del mundo a venderse a "precios internacionales", y que seguirá subvencionada para quienes estén inscritos en el "carné de la patria", un documento que emite el gobierno para sus seguidores y beneficiarios de programas sociales. Detalles de una "nueva política energética" centrada en el "uso racional y justo" de la gasolina que lleva a cuestionar el fondo del asunto: la destrucción de la industria petrolera venezolana.

Venezuela es el país con las mayores reservas probadas de crudo del mundo, que, como todos los productores de materias primas, se benefició del boom de los commodities entre 2004 y 2014. Pero la falta de inversión, la pérdida de capital humano y la corrupción, entre otros factores, llevaron a que el desastre en la industria petrolera derivara en una crisis económica en todo ese país.

Economistas, investigadores y periodistas explican las causas y posibles soluciones a esta crisis petrolera.

Caída de la producción

En 1998 -el último año antes de que Hugo Chávez llegara al poder-, la producción de la petrolera estatal PDVSA fue 3,5 millones de barriles de crudo diarios. De acuerdo con el último reporte de la OPEP -que registra información entregada por el gobierno-, la producción de Venezuela es actualmente de 1,5 millones de barriles diarios. Más específico, cuando Nicolás Maduro llegó al poder, en 2013, esta era de 2,7 millones de barriles diarios.

"El gobierno prácticamente ordeñó a PDVSA, simplemente se dedicó a extraer recursos de la industria al punto de que no mantuvo ni siquiera las inversiones de acuerdo al plan que el mismo chavismo había diseñado, según el cual el país debería estar produciendo 5 millones de barriles diarios", dice Víctor Salmerón, periodista económico y autor del libro "El petróleo y el desmadre" (Editorial Alfa, 2013).

Una caída producida por factores múltiples.

Capital humano

En 2002 y 2003, luego de un paro nacional del sector petrolero, el gobierno del Presidente Chávez despidió a cerca de 20 mil trabajadores de PDVSA (muchos de ellos técnicos), lo que derivó en una politización de la empresa estatal, en un deterioro de la productividad de los pozos y de los procesos de exploración, además de escándalos de corrupción: Rafael Ramírez, ex "zar petrolero", se encuentra prófugo y es acusado por Maduro de malversar cientos de millones de dólares.

En los años siguientes, además, la petrolera comenzó a cumplir funciones relacionadas con la compra y distribución de alimentos, con los programas sociales del gobierno.

Raúl Gallegos, director asociado de la consultora Control Risk y autor del libro "Crude Nation" (Potomac Books Inc, 2016), dice que en los últimos dos años PDVSA sufrió una nueva gran pérdida de profesionales petroleros que se fueron del país producto de la hiperinflación que vive Venezuela, proyectada en 1.000.000% para este año por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los expertos coinciden en que la pérdida de capital humano influyó en la crisis, pero no es la razón principal del colapso.

Desinversión y falta

de pagos

En el período del boom petrolero los gobiernos chavistas gastaron en programas sociales -las "misiones"-, en organismos regionales -como Petrocaribe- y en ayudar a gobiernos afines, como los de Cuba y Bolivia, en expropiaciones de empresas. Y no ahorraron.

A diferencia de otros países, Venezuela "no invirtió, no creó fondo de ahorro, se dedicó a invertir en proyectos que hoy no son capaces de exportar", estima Salmerón. Según los expertos, la falta de inversión es una de las dos grandes causas del colapso; la otra es el incumplimiento de compromisos.

"El colapso definitivo en la producción petrolera está, en mi opinión, asociado a la incapacidad de PDVSA de cumplir con sus compromisos con sus proveedores de servicios petroleros y con sus socios en joint ventures , que habían logrado, en cierta medida, prevenir la caída (de producción de la petrolera)", dice Douglas Barrios, economista venezolano e investigador de la escuela de políticas públicas de la Universidad de Harvard.

Problema y soluciones

de fondo

La crisis de la industria petrolera explica el desastre económico que vive Venezuela desde hace cuatro años. "No es solo la industria petrolera, sino la economía como un todo la que está afectada", dice Salmerón, y explica su afirmación: El país perdió el ingreso proveniente de la producción del petróleo (96 de cada 100 dólares que ingresan a Venezuela provienen de la exportación del crudo), la deuda externa se multiplicó por 4, no hubo ahorro en dólares; las reservas internacionales son de US$ 8.700 millones, un mínimo histórico, y el 82% de ellas son en oro y no pueden ser convertidas en líquido debido a las sanciones de EE.UU.

"Todo eso explica esta tremenda contracción que ha tenido el PIB, porque básicamente el ajuste ha venido por una contracción de importaciones muy fuerte, y eso ha derivado en empresas sin materias primas e insumos para producir, de ahí viene buena parte de la escasez de bienes básicos", señala Salmerón.

Gallegos, venezolano residente en Colombia, dice que para una recuperación económica verdadera, se necesita "incentivar la inversión y sincerar los precios, porque en este momento hay una distorsión de precios brutal, precisamente, porque el gobierno ha optado por mantener el control de precios y el control de cambios indefinidamente". El economista agrega que hay "una serie de políticas que habría que desmontar, para que se dé confianza a los inversionistas, en el productor".

Salmerón agrega que para echar a andar una recuperación se necesita dinero fresco, un préstamo, pero para eso hay que acudir a "las tres letras satanizadas por la izquierda: el FMI".

Solución del gobierno: "Nueva política energética"

Maduro anunció que el gobierno dará un subsidio directo al transporte público y a los choferes que se registren en un censo automotor que finalizará el viernes, que el subsidio será entregado a quienes posean el llamado "carné de la patria", que los nuevos precios serán impuestos "por las buenas o por las buenas", y que "si la oposición se atreve sabotearlo, se va a arrepentir de haber nacido".

Douglas Barrios ve dos "problemas estructurales". El primero es que al utilizar el "carné de la patria" como mecanismo de distribución del beneficio de la gasolina "barata", existirá "un claro interés de utilizar esta reforma como un mecanismo de chantaje político y control social, tal como ya ha ocurrido con el tema de los alimentos". Y el segundo, es que "siempre que exista un esquema de precios (de combustibles) que refleje, al menos, un precio por debajo del precio de referencia internacional, va a existir un enorme incentivo al contrabando".

La gasolina en Colombia es actualmente 410 mil veces más cara que en Venezuela, principal razón por la que se estima que cerca de 100 mil barriles al día de gasolina son contrabandeados, es decir, cerca de la mitad de toda la gasolina que se consume internamente en Venezuela, "por lo que lo más seguro es que cuente con la anuencia explícita o implícita de actores dentro de la industria petrolera y de aquellos que controlan el flujo fronterizo", estima Barrios, y agrega que Venezuela pierde entre US$ 2.500 y 3.000 millones al año en contrabando. "Un esquema de racionamiento o de precios diferenciados probablemente no resuelvan este dilema".

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