En 1992, el más pintoresco y arriesgado de los creadores afroamericanos de Nueva York debió cerrar su tienda de la calle 125, en Harlem, después de que varias firmas de lujo lo acusaran de apropiarse y utilizar sus logos sin autorización en colecciones con las que buscaba darle "sofisticación" y "aristocracia" a su comunidad. Ahora Dapper Dan firma para Gucci, una de las marcas que lo acusó, para una colección cápsula que destila glamour urbano, rescata detalles del estilo hip-hop de los 90 y remezcla inspiraciones multiculturales. La colección del hombre de Harlem es calificada como la "colección millennial de Gucci" y un éxito de ventas.