domingo, 29 de junio de 2008
Eduardo Olivares Concha
Economía y Negocios Domingo
La Presidenta citó al ministro Velasco y al director de Presupuestos a una reunión esta semana para empezar a ver el tema. Entre analistas y la oposición, se teme que el gasto público se acerque a los dos dígitos.
El gasto fiscal del 2009, crucial en un año que estará marcado por elecciones parlamentarias y presidenciales que desde ya se prevén estrechas entre la Concertación y la Alianza, dará su primer paso decisivo. La Presidenta Michelle Bachelet citó para esta semana a su oficina al ministro de Hacienda, Andrés Velasco, y al director de Presupuestos, Alberto Arenas, para iniciar el estudio del Presupuesto 2009.
"Ya terminamos la evaluación del ejercicio presupuestario del año pasado. Ahora viene el presupuesto exploratorio, que es la primera etapa sobre qué pasará en el ejercicio 2009", dice Arenas. En julio convocarán a los dos grupos de expertos (uno proyecta el PIB de tendencia; el otro, el precio de largo plazo del cobre) para delinear el gasto público.
En los presupuestos 2007 y 2008, el gasto fiscal previsto fue de 8,9% real anual. "Es inevitable que en 2009 volvamos a ver algo parecido o mayor", dice con cierta resignación el senador José García Ruminot (RN).
Rosanna Costa, de Libertad y Desarrollo, cree que siempre pueden ponerse frenos mediante un uso más eficiente de los mismos recursos. Por ejemplo, propone la extinción de los planes de empleo, por inútiles.
Hoy el gasto está avanzando en casi 10% real, el doble de la economía, con el consecuente efecto en la inflación y la reacción del Banco Central subiendo sus tasas, observa el economista de la Universidad Católica Felipe Larraín. "Confío en que algunas presiones se resistan, como reducir la meta de balance estructural desde 0,5 a 0% del PIB", comenta.
"Un ministro de Hacienda de verdad, no un cajero, puede poner atajo a ese gasto. Pero será de dos dígitos", afirma Andrés Passicot, de Gemines.
Así tiene que ser, dicen en la Concertación. El senador Hosaín Sabag (DC) pide al menos un Presupuesto de continuidad, y su par Carlos Ominami (PS) avizora un gran debate para que el mayor gasto impulse la actividad económica. "Si no, caeremos en estanflación (estancamiento con alta inflación), y eso es el peor escenario", afirma.
"Con elecciones presidenciales y parlamentarias cada cuatro años, la realidad política hace que siempre se quiera gastar más. Como lo vemos, es poco probable que el fisco se comporte responsablemente", dice el diputado Julio Dittborn (UDI), también resignado.
Dólar
Si sube el gasto en pesos, se presiona el dólar a la baja, lo que perjudica a los exportadores. Para neutralizar ello, manteniendo un gasto elevado, el senador Guillermo Vásquez (PRSD) propone expandir el Presupuesto usando dólares para efectuar compras en el exterior e invirtiendo en becas para chilenos que estudien en el extranjero.
Tasa de interés
Según un economista, si el gasto fiscal se eleva en demasía obligará al Banco Central a responder con una tasa de interés contractiva. Eso causaría el fenómeno del crowding out, que en este caso implica que el sector público desplaza al privado, pues a éste se le encarecen sus costos de financiamiento (por la tasa de interés más alta).
Crecimiento
El senador Carlos Ominami pide privilegiar el crecimiento aun a costa de una inflación alta cuyo origen, por lo demás, es externo, dice. Un gasto elevado levantaría una demanda interna que se desacelera, plantea. El diputado Julio Dittborn discrepa: "Si el fisco no contribuye con un menor gasto, la inflación golpeará más fuerte a los más pobres", afirma.
Inflación
El Presupuesto 2009 tendrá varios gastos que se elevarán automáticamente por la indexación al IPC, como subsidios, subvenciones escolares y previsión. Los funcionarios públicos presionarán por un alza de dos dígitos. Todo ello, más el gasto real -encima de la inflación-, presionará el nivel de precios en 2009, advierten Rosanna Costa y Felipe Larraín.
