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Informe en base a resultados de la prueba PISA analiza las prácticas comunes de estos jóvenes:

Los escolares que mejor trabajan en grupo se ejercitan, ayudan en casa y chatean con amigos

domingo, 05 de agosto de 2018

Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio

Los datos indican que saber ponerse de acuerdo y colaborar con otros es una habilidad clave en el mundo actual. A nivel de empresas, en los países miembros de la OCDE la demanda de habilidades sociales hoy supera a la solicitud de habilidades matemáticas.



Frente al panorama de un mundo cada vez más interconectado, saber trabajar en equipo se ha vuelto un elemento clave para la educación del siglo XXI.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) así lo cree y su prueba PISA es la primera medición internacional que incorporó un área dedicada a analizar cuán fácil resulta para los escolares colaborar con otros. Con 457 puntos, Chile está por sobre el promedio de países latinoamericanos, pero bajo el promedio de naciones OCDE, que suman 500 puntos.

"A nivel de empresas, la demanda de habilidades sociales en los empleados ha superado la demanda de habilidades matemáticas", comenta Jeffrey Mo, analista de la división de educación de la OCDE y autor de uno de los más recientes informes Pisa in Focus de la organización. En este texto, el investigador examina qué tipo de actividades son comunes entre los adolescentes que trabajan bien con las demás personas.

Entre sus conclusiones destaca que los estudiantes que ayudan con las tareas de la casa -cuidar a un hermano menor o lavar platos, por ejemplo- valoran más el trabajo en equipo y tienen una mejor actitud cuando se les pide hacerlo. Lo mismo ocurre con los estudiantes que suelen juntarse con sus amigos fuera de clases o con los que se contactan con ellos por teléfono.

Coordinados en línea

Una de las conclusiones que llaman la atención es que aunque el uso constante de videojuegos se asocia con una menor voluntad para trabajar con otros, acceder a internet para chatear mostró ser una actividad que los jóvenes más cooperadores sí realizan.

"Sin regulación de tiempo y uso, puede ir en contra de la interacción cara a cara, que también es un aspecto importante en la colaboración. Pero, como en todo, en la justa medida y el tiempo adecuado y acotado, esto no debiese ser contraproducente en un trabajo en equipo o colaboración entre niños y jóvenes", plantea Javiera Mena, directora del magíster en Psicología Educacional de la Universidad del Desarrollo.

En el caso de Miyaray Téllez, estudiante de 2° medio del Liceo Politécnico Cardenal Raúl Silva Henríquez de Punta Arenas, WhatsApp le ha permitido coordinar con sus compañeros las pautas que preparan para El Mercurio de los Estudiantes, el concurso de periodismo escolar en el que participan. "Al principio el trabajo en equipo no fue fácil, porque no nos conocíamos mucho. Con el tiempo fuimos agarrando confianza", dice. "La mayor parte del tiempo nos estamos comunicando por el grupo de WhatsApp, porque de esta forma es mucho más práctico".

Así coordinaron, por ejemplo, que entre los temas que les interesa cubrir están la privacidad de los datos y el aniversario del descubrimiento del Estrecho de Magallanes.

Sin competencia

Similar es el caso de Francisca Salazar y sus compañeros del colegio Blest Gana de San Ramón, quienes a través de un chat que armaron para ponerse de acuerdo, están organizando una tarde entretenida para personas que viven en un hogar de adultos mayores. Por ahora la idea es crear un torneo de ajedrez.

La actividad es una de varias en las que Francisca ha participado de la mano de Forja Chile, una organización que realiza talleres para entrenar habilidades como el autoconocimiento, la empatía y la colaboración en escolares del país. Para ello, una vez al mes (y en compañía de monitores) se organizan visitas a parques o paseos por cerros.

"El primer taller lo realizamos en un parque, hubo otro que hicimos en Río Clarillo y fue un trekking . Debe haber sido una ruta de cerca de 4 kilómetros, en que nos dedicamos a conversar y conocernos más", comenta la estudiante de 2° medio.

Justamente, la actividad física moderada es otra práctica común entre los jóvenes que saben cómo ponerse de acuerdo y trabajar en equipo, indica Jeffrey Mo.

"Vemos que cuando desafiamos a los niños a resolver problemas colaborativamente, estos se involucran de forma genuina en la tarea, porque reconocen y despliegan sus propias habilidades, lo que les genera una sensación de autoeficacia tremenda, así como también se transforman en puentes de crecimiento de sus pares", indica Ángela Abello, directora ejecutiva de Forja Chile.

"Esto genera vínculos potentes entre ellos y confianza en sí mismos y los otros. De esta forma, se aprende a convivir con los demás desde la colaboración y no desde la competencia", agrega.

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