De regreso en Bélgica, luego haber pasado cuatro meses en Alemania, el líder independentista catalán Carles Puigdemont advirtió ayer al Presidente español, el socialista Pedro Sánchez, que "el período de gracia se acaba" y que espera su propuesta para solucionar la crisis territorial. "Esto no es un cheque en blanco. Estamos esperando la 'receta Sánchez' para este problema político", dijo Puigdemont -quien está acusado de rebelión y malversación por la justicia de España-, desde la denominada "Casa de la República" en Waterloo. "Viajaré hasta el último rincón de nuestro continente para defender la justa causa del pueblo catalán", añadió.