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"Franquicias a la chilena". Esa es la promesa de la consultora Gallástegui Armella, que aterrizó en el país hace dos meses desde la tierra del tequila.
Chile cuenta con 116 empresas franquiciadas, en comparación con las 900 que hay en México, pero su fundador, Manuel Gallástegui, está convencido de que el país es un campo de cultivo para emprender con este tipo de negocios.
El restaurante peruano Barandiarán ya es su primer cliente (que venderá su primera franquicia el 2009), y estaría en conversaciones con varios interesados, entre ellos el Emporio La Rosa y el instituto de idiomas Tronwell.
"Tenemos mucha confianza en Chile y quisiéramos que fuera nuestra oficina para la región", afirma Gallástegui, quien además tiene presencia en España, China) y 12 países en Centroamérica.
Según el ejecutivo, la clave del éxito de este modelo es que es una forma fácil y poco riesgosa de expansión para los pequeños y medianos empresarios: "Con 5 franquicias, una empresa gana lo que obtendría con un local, pero sin tener que hacer ninguna inversión, ni preocuparse de su operación", afirma.
En México, la consultora es responsable de casi la mitad de los negocios franquiciados, entre ellos el popular pub de Cancún Señor Frog"s, y la distribuidora nacional de bencina Pemex.
Pero según Gallástegui, no sólo veremos una proliferación de franquicias chilenas, ya que habría varias empresas mexicanas interesadas en entrar al país. Entre ellas destacan el restaurante de comida tradicional mexicana El Fogoncito, la tienda de mobiliario para niños Kids Warehouse y la agencia de viajes juvenil Mundo Joven.