Días complicados enfrenta la filial local de la salmonera noruega Marine Harvest, la mayor compañía del mundo en este rubro. La fuga de 690 mil salmones de su centro Punta Redonda, a causa de un sistema frontal, activó las alarmas de las autoridades y de la firma. Sin ir más lejos, la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) ordenó ayer medidas provisionales, como el retiro de las estructuras, la limpieza de fondo y sobrevuelos periódicos, entre otras. El gerente general de la firma, Fernando Villarroel, sostuvo a "El Mercurio" que una vez superada la emergencia "corresponderá hacer un exhaustivo análisis de las causas y eventos que la generaron". Agregó que "si bien no existieron escapes en otras compañías, sí hubo otros centros con daños de consideración por efectos del mismo fenómeno climático". Respecto a las medidas de la SMA, Villarroel aseguró que varias se han adoptado. Reveló que "iniciaremos una investigación científica, con investigadores independientes, que permita precisar el probable impacto ambiental de este escape". Consultado sobre las responsabilidades internas que ejercieron, el gerente general afirmó que no han despedido a ninguno de sus trabajadores. "Todo nuestro equipo está trabajando en la normalización de la situación que enfrentamos", dijo. Respecto a eventuales medidas tomadas por la matriz noruega, Villarroel aseguró que "hemos recibido la instrucción de hacer todo lo que sea necesario para enfrentar esta emergencia con los más altos estándares". En cuanto a las pérdidas estimadas, Villarroel indicó que es un cálculo que está en curso. Sin embargo, admitió que han dispuesto un presupuesto especial y extraordinario para financiar las labores de recaptura. "Puedo indicarle que estamos pagando $7 mil por ejemplar recapturado a los pescadores artesanales", puntualizó. En relación con la magnitud del eventual impacto financiero de la fuga, el profesional manifestó que este "se hará público en las próximas semanas". Pese a ello, dijo que hay seguros comprometidos. La ley establece un plazo de 30 días para que la empresa recupere al menos el 10% de ejemplares escapados. De no ocurrir, se presume la existencia de daño ambiental. Ante este escenario, Villarroel aseguró que autoimpusieron superar ese porcentaje. También preocupan los aspectos anexos. "La pesca y comercio ilegal de los salmones escapados se ha producido en forma intensiva en estos días. La mayor preocupación dice relación con la trazabilidad de los peces comercializados en lugares no autorizados y por la incerteza respecto de la manipulación y manejo de la cadena de frío de estos productos", dijo Villarroel. Pero afirmó que "las últimas muestras analizadas de los salmones recapturados ya no registran trazas de antibiótico". "Hemos dispuesto un presupuesto especial y extraordinario para financiar las labores de recaptura. Como ejemplo, puedo indicarle que estamos pagando 7 mil pesos por ejemplar recapturado a los pescadores artesanales con los que estamos trabajando".
"Si bien no existieron escapes en otras compañías, sí hubo otros centros con daños de consideración por efectos del mismo fenómeno climático".