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Ministro de la Corte Constitucional de Italia Francesco Viganò:

"Cualquier forma de control de las leyes (ante el Tribunal Constitucional) es necesaria"

domingo, 22 de julio de 2018

CINTHYA CARVAJAL ARRIAGADA
Nacional
El Mercurio

El magistrado dice que no se debe eliminar la revisión de constitucionalidad de las normas y que esta debe ser preventiva, antes de que se promulgue, como sucede en Chile, o posteriormente, como ocurre en su país.



Un poco más de cuatro meses lleva como integrante de la Corte Constitucional de Italia Francesco Viganò. El 8 de marzo juró como ministro tras ser designado por el Presidente de la República, Sergio Mattarella. Cargo en el que se mantendrá por los próximos nueve años.

Viganò es un destacado penalista en Italia y Doctor en Derecho de la Universidad de Milán. Fue justamente esta especialidad la que se consideró a la hora de escogerlo para integrar el tribunal compuesto por 15 magistrados. En esa elección participan los tres poderes del Estado, al igual que en nuestro país.

El ministro italiano se encuentra de paso en Chile para realizar diversas actividades. Durante estos días ha dictado charlas en el Magíster de Derecho Penal de la Universidad de Talca (Campus Santiago), tal como lo hace desde 2010, y esta semana visitará el Tribunal Constitucional (TC) chileno.

Mayores atribuciones en Italia

En Italia, el TC tiene mayores facultades: por ejemplo, el control de constitucionalidad se hace a petición de los jueces ex post , una vez que la ley ya está en funcionamiento. En Chile, en cambio, es preventivo, o sea, antes de ser promulgada.

Si se decide que la norma es contraria a la Constitución, se declara inconstitucional toda la ley. El efecto es retroactivo. También, al igual que en Chile, pueden eliminar solo palabras.

Recientemente se dejó sin efecto la ley de cadena perpetua que permitía optar a beneficios a los condenados cumplidos los 26 años en prisión en un caso de homicidio. "Esta norma fue declarada inconstitucional, porque establece una diferencia de tratamiento irracional entre los otros condenados, que pueden acceder a estas medidas que acompañan al condenado gradualmente a la reinserción social mucho antes", explica Viganò en entrevista con "El Mercurio".

Esta es la función esencial del tribunal italiano. Pero una que lo diferencia de otras magistraturas es que la Corte Constitucional de Italia tiene la competencia para destituir y condenar penalmente al Presidente de la República, atribución que no tiene el TC chileno. Este procedimiento se inicia con una acusación del Parlamento por atentado a la Constitución o traición a la patria, no se incluye una responsabilidad por el cargo. Hasta ahora, no se ha destituido a ningún Mandatario.

Hasta 1989, su competencia, además, se extendía a juzgar penalmente a ministros de Estado.

Poder y críticas al TC

-¿Son un aporte los penalistas en un Tribunal Constitucional?

-Es esencial tener juristas que tienen una experiencia en todas las ramas del derecho: penal, laboral, civil y administrativo. Es enriquecedor y se aporta al debate, porque hay que entender la regulación específica que se está examinando. Nuestra tarea es declarar inconstitucional y eliminar una ley. El TC, lo que hace es una tarea del legislador negativo, tiene que anular leyes del ordenamiento jurídico.

-¿Cree que los tribunales constitucionales tienen mucho poder por esta competencia?

-Es una tarea política también en algún sentido, porque hay que controlar las decisiones de la mayoría. Entonces, tiene que defender los derechos fundamentales de la minoría y de los individuos. Su vocación es naturalmente contramayoritaria. Eso siempre crea ruido y polémicas.

-En Chile se ha cuestionado mucho que el TC es muy político. ¿Cuál es su visión?

-Las acusaciones a los tribunales constitucionales de hacer política son algo que no se puede evitar, por la función nuestra de ser un legislador negativo que puede cambiar la ley sin tener directamente la legitimación democrática. Esta es una función que no le gusta a la mayoría y que siempre genera problemas. El Tribunal Constitucional debe defender sus prerrogativas con buenos argumentos. El ADN de la Corte Constitucional es vigilar que la mayoría no vulnere las prerrogativas y derechos de la minoría.

-A raíz de varios fallos del TC chileno, algunos parlamentarios consideran que es una "tercera cámara". ¿Concuerda?

-Eso tiene mucha vinculación con el contexto particular chileno, porque hay este control ex ante que transforma al TC en una especie de "tércera cámara". Eso no pasa en Italia, porque no vemos el control preventivo de la ley (lo hace una comisión en el Congreso y el Presidente de la República al promulgar la ley), lo que es una ventaja, porque es una mirada más concreta de los efectos de la ley.

Valora la reforma procesal penal de Chile

-Algunos congresistas chilenos quieren eliminar la facultad de control preventivo a las leyes. ¿Qué opina?

-El control preventivo puede generar riesgos de interferencia con el proceso legislativo. El TC debe defender sus poderes y sus prerrogativas con buenos argumentos, como lo tiene una legitimación democrática directa. Cualquier forma de control de las leyes (ante el Tribunal Constitucional) es necesaria. Tiene que haber un control, o preventivo o posterior. Si esto ocurriera (eliminar el control preventivo), los poderes del TC serían debilitados muchísimo.

-¿Es necesario un TC en todos los países?

-Sí. Los TC no son una garantía absoluta contra los golpes de Estado y las dictaduras. Pero en tiempos no dramáticos, en los que no hay una situación extrema, el TC sí tiene una tarea fundamental: poner límites al arbitrio de la mayoría.

-¿Qué opinión tiene de la justicia chilena?

-Lo que me impresiona es la rapidez de los procesos penales chilenos. La reforma se transformó en un proceso penal impresionante. En Italia los juicios son mucho más largos.

CRÍTICAS POLÍTICAS:
''Las acusaciones a los tribunales constitucionales de hacer política son algo que no se puede evitar, por la función nuestra de ser un legislador negativo que puede cambiar la ley".

ATRIBUCIONES:
''El TC debe defender sus prerrogativas con buenos argumentos. El ADN es vigilar que la mayoría no vulnere las prerrogativas y derechos de la minoría"

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