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Fiscalía detectó uso de técnicas para no dejar evidencia

Esconder pisadas, recoger balas y usar guantes: el nuevo modus operandi de los ataques en La Araucanía

domingo, 22 de julio de 2018

Andrés López
Reportajes
El Mercurio

Ministerio Público ha analizado los últimos casos de atentados en la región y ha determinado una especialización en el actuar de los encapuchados. La tesis es que han presenciado diversos juicios orales para afinar la forma en que no puedan ser detectados ni detenidos.



En las últimas semanas se ha registrado una serie de atentados en la Región de La Araucanía. Uno de estos fue el que afectó en la madrugada del lunes al agricultor Ashley Cooper, que a pesar de tener protección policial, sus maquinarias fueron quemadas y las pérdidas avaluadas en $ 600 millones.

Se trata de un signo de que los hechos de violencia en la zona se han reactivado. Pero eso no es sólo lo que preocupa a los fiscales y policías, ya que también se detectó en estos últimos meses una evolución del modus operandi de los grupos más radicalizados, un sistema que ha dificultado aún mas la detención de los atacantes. Toda la investigación de los ataques está a cargo de la Unidad de Alta Complejidad de la Fiscalía Regional de La Araucanía.

En el Ministerio Público señalan que se ha detectado un cierto aprendizaje de los atacantes respecto de la recolección de evidencias en los sitios del suceso y que esta información sería obtenida a través de los distintos juicios que se han realizado en la zona, dado que ahí se muestran la forma en que se obtienen y analizan los medios de prueba como por ejemplo, identificar el tipo de municiones de las armas que se utilizan en atentados.

Este nuevo modus operandi parte con la utilización de elementos como guantes por parte de los encapuchados con lo que evitan dejar registros de sus huellas digitales en los lugares que atacan. Por ejemplo, en los últimos atentados y el que sufrió el agricultor Ashley Cooper, la policía y la fiscalía no lograron encontrar ningún tipo de huella dactilar.

Otro de los procedimientos que están ocupando los violentistas, según los análisis realizados por la fiscalía en estos casos, es que utilizan elementos como bolsas para colocárselos en los zapatos, todo esto con la finalidad de evitar que queden registros de huellas del calzado.

Lo que ha detectado el Ministerio Público en estos últimos atentados es que dentro de los atacantes habrían personas que se dedican a recoger los casquillos de balas de las armas que ocupan todos con la finalidad de evitar que sean obtenidos como pruebas.

En atentados anteriores donde hubo detenidos, como el ocurrido en la localidad de Pailahueque en 2014, en el que hubo intercambio de disparos con carabineros y quema de camión, sólo se encontraron los casquillos de las armas de las policías, pero no de los imputados. Esto se confirma por medio de testimonios de testigos que vieron o escucharon los disparos, pero que después en esos lugares no hay rastros de éstos. Además, en otros casos testigos han declarado que dentro los atacantes hay personas que dan instrucciones, como dar los tiempos de retirada.

"Existe toda una evolución en el modus operandi que demuestra que están cada vez más organizados, preparados y con asignaciones de funciones claras no solo para el ataque, sino también no dejar huellas que permitan implicarlos en el hecho. De los juicios han ido aprendiendo, se observa presencia de personas en estos y después no cometen los mismo errores", señalan en el Ministerio Público.

También, señalan las mismas fuentes, se cambió la forma de reivindicación de los ataques. Esto, luego de que en los juicios se han realizado peritajes caligráficos a los panfletos y carteles dejados con finalidad de compararlos con los imputados en los casos en que hay detenidos. Hoy los panfletos están siendo remarcados o derechamente impresos con el objeto de evitar de que se puedan hacer esas pruebas.

Además de estos ataques más organizados, donde hay funciones y roles claros entre los involucrados de acuerdo a los antecedentes recabados, también se ha visto un mayor uso de armas de alto calibre y que éstas son trasladadas desde la Octava a la Novena Región. La labor de inteligencia y el adaptarse a estas nuevas técnicas que ocupan estos grupos son algo esencial para el intendente de la región, Luis Mayol.

La autoridad regional manifestó los indicios de que se está cambiando la forma de actuar "concuerda plenamente con lo que hemos estado señalando nosotros: que esto mutó desde un movimiento que 20 años atrás era ideológico, doctrinario, a un grupo organizado con tácticas y técnicas que son de carácter mucho más sofisticado, de movimientos terroristas a nivel internacional. Hay una especialización, capacitación y perfeccionamiento".

Agregó que "hay una información que tiene la policía que identifica a un número más o menos de 70 personas que participan habitualmente en este tipo de conflicto, pero que cuesta mucho vincularlos, debido a las exigencias legales que existen hoy, con un hecho puntual delincuencial porque prácticamente hoy se vinculan a las personas con los delitos a través de la flagrancia o sea pillándolos con las manos en la masa".

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