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Gobierno compromete proyecto especial para GNL y el Senado aprueba inyección al Fondo

jueves, 19 de junio de 2008

HERNÁN CISTERNAS
Economía y Negocios Online, El Mercurio

Cámara Alta aprobó por 23 votos a favor, siete en contra y una abstención la entrada de US$ 1.000 millones al Fepco.


Para evitar que el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepco) genere una distorsión negativa a la importación de gas natural licuado (GNL) -llegará en 2009 al país a través de las plantas en Quintero y Mejillones y reemplazará al gas argentino-, el Gobierno se comprometió a estudiar una fórmula que estabilice también los precios de este recurso.

Los ministros de Hacienda, Andrés Velasco, y de Energía, Marcelo Tokman, junto a la totalidad de los senadores que integran la Comisión de Hacienda del Senado, firmaron un protocolo a través del cual se comprometen a enviar dentro de 60 días un proyecto de ley "que permita, a partir de mediados del año 2009, mantener el necesario equilibrio en los precios relativos en el mercado nacional entre los combustibles a los que se les aplica el Fondo y el GNL". Esta situación se originó porque la actual ley del Fepco incluyó el gas licuado entre los combustibles beneficiados, el que se sumó a las gasolinas, el diésel y la parafina, que ya estaban incorporados, dejando sólo al gas natural sin ayudas. El beneficio, eso sí, sólo será para el GNL descartando que se apliquen medidas al gas argentino que actualmente se consume.

En la discusión del proyecto que inyecta US$ 1.000 millones al Fepco, aprobado ayer por 23 votos a favor, siete en contra (6 de la UDI y un independiente, Carlos Cantero) y una abstención (Evelyn Matthei, UDI), el ministro Tokman señaló que "existe la posibilidad de una distorsión de precios" cuando un tipo de combustible recibe subsidios del Fepco y uno de sus sustitutos, como el GNL, queda al margen de los mismos.

También fue aprobado un aporte extraordinario de capital de US$ 250 millones a Enap.

El secretario de Estado agregó que como consecuencia del subsidio se puede terminar incentivando el uso de los sustitutos del GNL, "que son más sucios desde el punto de vista ambiental", y agregó que incluso antes que el tema fuera planteado por los parlamentarios, la materia había sido analizada con las empresas que importarán GNL, "a las que les señalamos nuestro compromiso de que antes de que empiece a operar el GNL vamos a tener resuelta esta situación".

El ministro indicó que el tema tiene que ser enfrentado en forma independiente al Fepco, ya que éste rige por la evolución de precios del crudo, mientras que el GNL "es un nuevo producto, un nuevo mercado, cuyas situaciones de importación están regidas por contratos".

Tokman agregó que llamaba la atención que toda la discusión se haya concentrado en el impuesto específico, cuya eliminación sólo afecta a un grupo menor de la sociedad, los usuarios del diesel y la gasolina, pero deja al margen a quienes emplean parafina, gas licuado, así como a pequeñas y medianas industrias. Dijo que hay que pensar en todos los usuarios de los distintos tipos de combustible derivados del petróleo.

Eduardo Frei, presidente de la Comisión de Hacienda, reclamó por el trámite de discusión inmediata que se le puso al proyecto. Señaló que "es fundamental que no haya una distorsión en el precio del gas natural respecto al resto de los combustibles. Hay que asegurarse que las plantas podrán suscribir sus contratos y tener suministros a precios competitivos. Que no haya distorsiones ni a favor ni en contra de nadie".

El senador José García Ruminot (RN), en tanto, expresó que "no puede ser que una industria sea más o menos rentable, más o menos competitiva, porque una tiene un subsidio y la otra no".

Evelyn Matthei (UDI) valoró que se haya atendido la inquietud senatorial "porque no puede ser que algunos operen con un costo alterado, como consecuencia del Fepco, y otros no reciban ningún tipo de ayuda. El compromiso nos deja súper tranquilos".

A su vez, Carlos Ominami (PS) dijo que hubo coincidencia en que el GNL no puede quedar discriminado en relación a otras fuentes de energía.


Surgen críticas al modelo que define los aportes semanales

Si bien el aporte de US$ 1.000 millones al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepco) pasó la prueba en el Senado, la forma en que los recursos ayudarán a reducir los precios de la gasolina, el diésel, el kerosene y el gas licuado no está del todo clara. Esto, según el análisis de la experta de Econsult, Michèle Labbé, quien criticó la forma en que se definen, semana a semana, los aportes semanales del Fepco para intentar reducir los precios o, en su defecto, cobrar impuesto a las ventas de combustibles líquidos.

De acuerdo a la opinión de la experta, la modalidad es "muy poco transparente", ya que, en su visión, "semana a semana, normalmente sin explicación, se aplican criterios distintos para los diferentes combustibles".

La prueba de la poca transparencia de la forma en que se asignan los recursos -y de cómo opera el sistema de cobros e impuestos- está, según Labbé, en los resultados de Enap.

¿La razón? Durante el primer trimestre, la petrolera estatal reportó a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) un resultado negativo por US$ 29 millones, el que atribuyó a "caídas en los márgenes de refinación".

Sin embargo, parte importante de las pérdidas se originó en el gasto que realiza la empresa por los aportes al Fepco, porque el fisco no le devuelve los aportes semanales como sí lo hace a las distribuidoras privadas.

El cobro o aporte en términos de pesos por litro correspondiente al Fepco se obtiene de dos cálculos: el precio de paridad y el precio de referencia. Ambos se logran considerando precios internacionales del petróleo y la cotización histórica de los combustibles.

Cómo lo calcula la CNE

El precio de paridad es una simulación del costo de importación de un combustible puesto en territorio nacional. Comprende costos asociados, como el transporte y el costo de internación.

El precio de referencia, en tanto, es una simulación de importación sumada a un promedio ponderado de precios de combustibles, considerando 52 semanas para las bencinas y 26 para el diésel. Cuando el precio de paridad supera el de referencia, se aplica un aporte.

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