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Entrevista a Luiz Fux, presidente del Tribunal Superior Electoral:

"Permitir que candidatos declaradamente inelegibles participen de las elecciones en Brasil genera más inseguridad"

lunes, 16 de julio de 2018

Amanda Marton Ramaciotti
Internacional
El Mercurio

El magistrado, que debe decidir si acepta la candidatura de Lula, dice a "El Mercurio" que hay una "excesiva politización de la justicia" por parte de quienes han sido condenados.



Luiz Fux tiene un fardo pesado sobre su espalda. Como presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, no solo deberá estar a cargo de los comicios más impredecibles desde 1989 y combatir las noticias falsas durante las campañas: también tendrá que decidir si Lula da Silva, el político más popular del país, puede ser candidato.

Preso desde el 7 de abril por corrupción pasiva y lavado de dinero, Lula aspira a llegar al Palacio de Planalto por tercera vez. Pero lo que podría frenarlo es la ley electoral Ficha Limpia, impulsada por él mismo en 2010, que prohíbe que una persona condenada en segunda instancia, como es su caso, pueda presentarse en los comicios.

Sin mencionar directamente al ex Mandatario -quien lidera los sondeos con 30% de intenciones de voto-, Fux sostiene que los más de 140 millones de brasileños llamados a las urnas quieren una clase política "honrada y moralmente idónea", y que la ley Ficha Limpia es uno de los principales instrumentos para "un proyecto nuevo de país".

En esta entrevista por escrito con "El Mercurio", el magistrado explica las estrategias del TSE para enfrentarse a las noticias falsas , un "mal para la democracia" capaz de "derribar candidaturas", y habla sobre la crisis de representatividad política en Brasil.

-Los comicios de octubre han sido calificados como los más difíciles desde la vuelta a la democracia. ¿Cuál es su opinión sobre esto y cómo enfrenta la responsabilidad de liderar el TSE en este momento?

"La inmensa responsabilidad es evidente. Pero esa responsabilidad también es mi realización como funcionario público.

Existe, sí, un distanciamiento entre los ciudadanos y la clase política. Y eso es malo para la democracia y para el país.

La crisis de representatividad por la que pasa la democracia brasileña solamente puede ser superada por el propio pueblo mediante el voto, con la participación de los ciudadanos, las figuras más relevantes del proceso electoral. En este momento histórico, es deber de la justicia electoral posicionarse como copartícipe de una sociedad que desea una transformación del escenario sociopolítico brasileño: de hacer del pasado el símbolo del final; y del presente, un símbolo del reinicio.

Una auténtica democracia no puede prescindir de una clase política honrada y comprometida con los ideales republicanos y democráticos. (...) Creo que esta crisis será pasajera, y que la vamos a superar rescatando la credibilidad y la confianza del pueblo brasileño en las instancias mayoritarias".

-Varias de las reglas electorales cambiaron, en parte, debido a los escándalos de corrupción. ¿Cuáles serán las mayores dificultades, en este sentido, de las elecciones de este año?

"Hasta aquí, los desafíos han sido grandes (...) Asumimos la responsabilidad de aplicar, sin vacilar, la ley Ficha Limpia en las elecciones de 2018, así como combatir los procedimientos artificiales de las noticias falsas.

Tuvimos un encuentro internacional en junio con la Unión Europea, en el que tratamos los grandes desafíos y compartimos experiencias sobre ese mal para la democracia que es la divulgación de noticias falsas, capaces incluso de derribar candidaturas.

Firmamos acuerdos con partidos políticos, profesionales de márketing político, Facebook, Google y medios de comunicación. Incluso, la prensa nos va a auxiliar en esta tarea como fuente primaria de contraste de verosimilitud de la noticia".

-En varios países, incluyendo EE.UU., las noticias falsas han sido un tema importante durante los comicios. ¿Cómo enfrentará el TSE este desafío?

"Las elecciones han experimentado la lucha entre la virtud y la ira. Los ejemplos de elecciones en el extranjero evidencian que los competidores electorales prefieren destrozar la honra ajena por medio de noticias falsas, principalmente por la vía digital, a revelar sus aptitudes y características para ofrecer un Brasil mejor.

No se pretende reprimir la libertad de expresión y de información legítima del elector. El rol del TSE es el de neutralizar esos comportamientos que rompen la igualdad política ante la ley y que son abusivos.

La justicia electoral brasileña se está cuidando para que hechos como los ocurridos en Francia, Estados Unidos y en la votación del Brexit en Reino Unido no afecten el correcto desempeño del proceso que se acerca.

Creamos varios comités que serán nuestra línea de frente y que van a verificar si aquella noticia es falsa o no, para que podamos sacarla de circulación si es que la justicia electoral es puesta a prueba. Vamos a trabajar con órganos de inteligencia para verificar de dónde vienen las noticias falsas. Vamos a trabajar con la ayuda investigativa de la Policía Federal y con la fiscalización legal del Ministerio Público Electoral, con el Comité de Prensa, que siempre va a ser consultado sobre la verosimilitud de la información y con un comité formado por representantes de los partidos políticos, que son los mayores interesados en el chequeo de datos.

Ahora, además de todo eso, lo más importante es la cultura cívica del pueblo. Es el pueblo el que debe saber, el elector el que debe chequear la información que es difundida en las redes sociales, porque el elector tiene el interés de hacer la mejor votación, de ejercer su voto consciente; entonces, él necesita saber si aquella noticia, en relación con el candidato que él quiere indicar en el voto, es verdadera".

-Cuando usted asumió su cargo, dijo que la justicia electoral sería rigurosa en la aplicación de la ley Ficha Limpia. ¿Eso significa que usted va a impugnar una candidatura del ex Presidente Lula da Silva?

"Al afirmar que no transigiré con candidatos 'ficha sucia', significa que, como presidente del tribunal, velaré con celo por la estricta aplicación del cuerpo legislativo que canalizó las ansias de la sociedad civil por una clase política honrada y moralmente idónea. En términos prácticos, no pretendo alcanzar compromisos que conviertan los imperativos de moralidad y de ética, que sustentan la hipótesis de inelegibilidad, en compromisos mezquinos. Es de conocimiento común que los ciudadanos consideran que la corrupción y la malversación de recursos públicos son las mayores trabas para el desarrollo económico del país. Es una suerte que el 'filtro' impuesto por la ley Ficha Limpia se revela como uno de los principales instrumentos para la consecución de ese proyecto nuevo de país".

-En las municipales, políticos condenados en segunda instancia pudieron presentarse a los comicios gracias a medidas cautelares concedidas por el Supremo Tribunal Federal (STF). ¿Podría ser el caso de Lula?

"La ley Ficha Limpia posibilitó que eventuales condenas por órganos colegiados, en ámbito administrativo, electoral y penal, puedan ser usadas como argumentos judiciales aptos para respaldar impugnaciones de registro y, consecuentemente, declararse la inelegibilidad de determinados ciudadanos. Por eso, el STF optó por permitir que esos mismos ciudadanos, afectados por tales condenas, puedan obtener cautelares con el objetivo de suspender los efectos de esos pronunciamientos y restablecer su estado de elegibilidad.

Pero ese modelo ha producido un efecto dañino a través de lo que yo llamo la 'industria de cautelares'. Hay una excesiva politización de la justicia ordinaria por los candidatos 'ficha sucia', en el afán de conseguir ver reconocidas sus candidaturas. Es necesario que el STF revise las cautelares, porque estas no contribuyen a la moralización del proceso político-electoral, sino a todo lo contrario. Permitir que candidatos declaradamente inelegibles participen del proceso político electoral genera más inseguridad jurídica e imprevisibilidad en cuanto al resultado en las urnas. Y esa incertidumbre definitivamente no es buena para nuestra democracia".

100 días
preso cumplió ayer el ex Presidente Lula da Silva, condenado en segunda instancia a 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.

"Una auténtica democracia no puede prescindir de una clase política honrada y comprometida con los ideales republicanos y democráticos".

"Es deber de la justicia electoral posicionarse como copartícipe de una sociedad que desea una transformación del escenario sociopolítico brasileño: de hacer del pasado el símbolo del final; y del presente, un símbolo del reinicio".

"Compartimos experiencias (con la Unión Europea) sobre ese mal a la democracia que es la divulgación de noticias falsas, capaces incluso de derribar candidaturas".

"Lo más importante es la cultura cívica del pueblo, que debe chequear la información que es difundida en las redes sociales".

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