Aunque suena a frase de dibujos animados, al estilo de "Pinky y Cerebro", la firma agroexportadora de berries y líder mundial en arándanos, Hortifrut, quiere conquistar el mundo. Y tras la fusión de la firma con la filial de blueberries de Talsa de Perú -parte del Grupo Rocío, de la familia Quevedo, en el vecino país- lo está logrando. Tiene ya el 25% del mercado mundial de estos frutos, pasó de un flujo de caja de US$ 60 millones a US$ 137 millones en la temporada 2017-2018 y llegó a una facturación de US$ 600 millones en ese mismo lapso. El jueves 28 de junio se concretó la unión entre ambas empresas, con lo que en Hortifrut ingresó la familia Quevedo al pacto controlador, con el 17,13% de la propiedad en la firma chilena, donde ya están los clanes Moller (22,4%), Elberg (8%) y Del Río (9,5%). Otras familias que no están en el acuerdo para controlar la firma, pero sí son socios históricos, son los Swett (8,8%) y Novión (8,3%). Fruto de esta alianza ingresó al directorio de nueve miembros el CEO del Grupo Rocío, Ulises Quevedo (ver recuadro). El pasado lunes 2 de julio se realizó la primera reunión de directorio, con el ejecutivo peruano presente, donde delinearon el plan de desarrollo de la compañía. "Este crecimiento en Perú, fruto de esta fusión, más las expansiones de producción en China, México y Estados Unidos, permitirán a Hortifrut aumentar sus ventas significativamente por sobre los US$ 700 millones en los próximos años", afirma el presidente de la agroexportadora, Víctor Moller. Con la sociedad, Hortifrut suma 2.200 hectáreas en Perú, que se añaden a la producción que ya tiene la firma en Chile, Argentina, México, Estados Unidos, Marruecos, y China, entre otros mercados. Solo en producción propia tienen más de 4.000 hectáreas, calculan en la firma. Y a esos terrenos hay que agregar los cultivos de los asociados y de terceros que aportan aún más a este imperio de berries. La firma comercializa sus frutos en 37 países y tiene más de 500 clientes globales, presencia que quiere reforzar y aumentar. Pero como también crecen sus competidores, "tener un market share de 25% es una meta razonable y posible de mantener en el tiempo", sostiene Moller. Señala que con el tiempo han logrado captar los gustos de los distintos paladares. Hoy, concuerdan tanto Moller como Quevedo, hay una apetencia por los arándanos y por los alimentos saludables en general. Existen mercados con crecimientos muy grandes, como China -donde Hortifrut tiene un joint venture con Joy Wing Mau-, donde la demanda es tan alta que "va a permitir que ese mercado tenga un nivel y un volumen igual o superior al de Estados Unidos, que es el más grande del mundo", precisa Moller. Y aún quedan mercados inexplorados, como India, al que arremeterán en los próximos años. Incluso en otros continentes, como Europa, donde hay una tradición de consumo de este fruto en el norte, hay mercados como Francia donde recién lo están descubriendo. "En América Latina hay 400 millones de personas que recién empiezan a conocer este producto", dice el empresario chileno, quien también destaca el potencial de Europa del Este o Medio Oriente. Analizan otros cultivos La asociación con el grupo peruano abre la puerta a crecer en otros cultivos. "Esta posición que está adquiriendo Hortifrut en el mundo y su sólida y tremenda posición comercial global puede permitirle en el futuro, de acuerdo a sus planes estratégicos, estudiar la factibilidad de explorar otros productos", precisa Moller. ¿Cuáles?. "Productos de alto valor, alimentos saludables que ayuden a la salud y a la calidad de vida de las personas", precisa el empresario. Como el Grupo Rocío produce, entre otras cosas, paltas y espárragos, esos vegetales se perfilan como la senda natural de Hortifrut que, como precisa Moller, en sus inicios también cultivó esparragueras. "La alianza va a ir produciendo sinergias que hay que ver cómo se abordan y se toman. Por el momento no hay nada concreto, pero el hecho de que las dos empresas afronten ahora este sueño común, nos permitirá incursionar en nuevas cosas", agrega a su turno Ulises Quevedo, del Grupo Rocío. "La incorporación de la familia Quevedo a Hortifrut, con quien tenemos una relación ya de cinco años, representada por su presidente Ulises Quevedo, y de su extraordinario equipo humano, es por lejos el mayor valor que se incorpora a Hortifrut", dice Víctor Moller. "Ellos son un aporte invaluable para la empresa", enfatiza. Y es que, a su juicio "estamos alineados y compartimos la visión, la estrategia del negocio y los valores de nuestras familias". Tal mensaje lo refuerza Ulises Quevedo: "Nos parecemos, nosotros también apostamos a la innovación y a los negocios de largo plazo". ¿Qué viene ahora? "Esta sólida posición le abre a Hortifrut muchas oportunidades de expansión global, especialmente en el área de la distribución, que se evaluarán en el plan estratégico de la compañía", señala su presidente. La firma, que invierte al año entre US$ 50 millones y US$ 60 millones, no tiene aún claro si harán un aumento de capital. Moller señala que tal vez no sea necesario, "dado los resultados que se prevén, por lo que dependerá de los proyectos y las oportunidades futuras".