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La última alternancia:

La izquierda, lista para dar un giro a la vida política mexicana

domingo, 01 de julio de 2018

Carolina Álvarez Peñafiel Enviada especial
Internacional
El Mercurio

CIUDAD DE MÉXICO Andrés Manuel López Obrador es el primer representante del sector que podría llegar a la Presidencia por la vía electoral.



La historia se hace después de que ocurre, pero la izquierda mexicana va en rumbo decidido a marcar un hito en la vida política del país. Con Andrés Manuel López Obrador tiene las mejores perspectivas de los comicios de hoy y, en realidad, de su historia: llegar al poder a través del voto popular. Hasta el nombre de la alianza electoral, Juntos Haremos Historia, carga con ese peso y trata de reivindicar las dos derrotas anteriores, en 1988 y 2006, en medio de denuncias de fraude.

Es un hito paradójico en el país en que una revolución hace un siglo peleó hasta por principios de justicia social, como los que hoy defiende AMLO, el seudónimo del candidato favorito.

"La izquierda hay que definirla en términos laxos", dice a "El Mercurio" el historiador Lorenzo Meyer, académico del Colegio de México. Es que en realidad fue Lázaro Cárdenas, uno de los generales de la revolución, el primer izquierdista en la Presidencia de México (1934-1940). Pero esa época eran los primeros años de lo que sería la larga hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y las elecciones no eran más que un trámite: ser candidato del oficialismo era sinónimo de próximo Presidente.

Incluso "si esa izquierda llegó al poder fue por sorpresa. Quien decidió que el general Cárdenas, el joven Cárdenas, fuera Presidente, era quien en realidad tenía todo el control de la política mexicana, otro general: Plutarco Elías Calles... Él lo conocía y creía que podía controlarlo. Pero en 1935 se deshace de Calles, exiliándolo", recuerda Meyer. Ese gobierno lanzó la reforma agraria, dio un enorme poder a los sindicatos e hizo la expropiación petrolera. AMLO admira a Lázaro Cárdenas y dice que se inspira en él y en otras figuras de la historia mexicana, como Benito Juárez y Francisco Madero. Nada de chavismo, sí "mexicanismo" ha insistido el candidato.

Casi 50 años después la izquierda tuvo una segunda oportunidad de llegar al poder, con el hijo del general Cárdenas, Cuauhtémoc. Fundador del Partido Revolucionario Democrático, una escisión del PRI donde también estuvo López Obrador, el segundo Cárdenas disputó la elección de 1988 frente al oficialista Carlos Salinas de Gortari. Perdió y reclamó fraude, que años después reconocería Miguel de la Madrid, el Presidente de 1982 a 1988. AMLO fue el siguiente. En 2006, bajo la bandera del PRD, fue derrotado por 243 mil votos, el 0,6% de los votos totales. Se negó a aceptar los resultados, acampó en el Zócalo de Ciudad de México por 48 días, se declaró Presidente legítimo y llegó a nombrar un gabinete. La radicalidad de su acción le ganó fama mundial, pero le quitó apoyos en el partido. Cuando lo intentó nuevamente en 2012 ni tuvo tanto respaldo electoral ni de su formación, a la que dejó poco después para formar un partido hecho a su medida, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Es difícil clasificar la izquierda actual que representa López Obrador. Su coalición electoral es una mezcla poco ortodoxa de ex integrantes del PRD, como él mismo, ex priistas, un movimiento de origen evangélico y hasta antiguos miembros del Partido de Acción Nacional (PAN), la derecha conservadora de México. La izquierda de López Obrador "no es revolucionaria", dice Meyer, nació del PRI, no del marxismo, y es una izquierda en "función de México, que se define en lo que es su derecha, que son ahora el PRI y el Partido de Acción Nacional (PAN). Es una izquierda nacionalista, de "vocación social", que prefiere un Estado más fuerte que el mercado, "los ideales más antiguos y profundos de la izquierda mexicana", comentó en una entrevista reciente con "El Mercurio" el historiador Enrique Krauze.

Es esa izquierda que solo ha ganado adeptos desde que López Obrador se instaló en el Zócalo, mientras que el PRD que abandonó ha perdido votantes y terminó aliado del PAN en esta elección.

Razones del apoyo

En parte, la creciente popularidad de López Obrador, en las clases bajas y ahora con más fuerza en sectores de la clase media educada, responde al fracaso de PAN para transformarse en sustituto del PRI y también por la gestión de la actual administración priista, que usó las viejas tácticas del partido en un sexenio que estuvo marcado por los escándalos de corrupción. Y alguien que ha forjado por 30 años su madurez política como un líder opositor es visto como una respuesta.

AMLO -cuya personalidad y persistencia son un factor fundamental en el camino que ha seguido la izquierda- aparece como la única opción de cambio, comenta Meyer, y es lo que abre la puerta a la alternancia política que no había ocurrido en la transición mexicana.

Si las encuestas están en lo cierto, el peso que tendrá sobre sus hombros López Obrador no será solo el de cumplir con las expectativas de sus seguidores. Es que, como plantea en una reciente columna Carlos Illades, autor de "El futuro es nuestro. Historia de la izquierda en México", la oportunidad de gobernar es también un riesgo. Porque estará gobernando también para tener un sucesor viable, creíble y que sus persistencia de décadas sirva más que para un solo sexenio.

"La izquierda de López Obrador 'no es revolucionaria, nació del PRI, no del marxismo, y es una izquierda en 'función de México'".
LORENZO MEYER
HISTORIADOR MEXICANO

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