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La propuesta que presentó al Gobierno la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), de negociar por tres años el reajuste del salario mínimo, desde $144.000 a $180.000, no le parece descabellada a Joseph Ramos, académico de la Universidad de Chile.
"No estoy diciendo que la compraría, pero creo que es una fórmula razonable, aunque tendría que estar sujeta a condiciones", dice el economista.
En 1998 se negoció un reajuste trienal que resultó muy costoso cuando la economía entró en recesión. Poner una cláusula señalando que si el desempleo pasa cierto nivel no opera el reajuste, le parece más apropiado.
Considera que definir un monto de $170.000 a $175.000 no sería un rango tan absurdo, y que el monto propuesto es demasiado optimista respecto de la productividad.
Mañana viernes la directiva de la CUT, que preside Arturo Martínez, celebrará una segunda reunión con los ministros de Hacienda y del Trabajo, Andrés Velasco y Osvaldo Andrade, respectivamente.
El año pasado no llegaron a acuerdo, pero Martínez ve ahora otra disposición. El punto de partida, señala, es recuperar la inflación en doce meses que supera el 8% y subir mucho más de $10.000 anual. En 2007 el salario mínimo subió desde $135.000 a $144.000 con una cláusula introducida en el Congreso de un aumento adicional si la economía crecía sobre 5,8%, lo que finalmente no ocurrió. En la negociación, la CUT también plantea que el salario mínimo sea base para jornadas de 45 horas semanales que sean a trato, comisiones u otros.
El componente de equidad que otrora se consideraba, ya no se menciona. Ramos cree que probablemente se incorpore en el Presupuesto 2009 la propuesta de ingreso adicional para las familias más pobres que planteara la Comisión Meller.