martes, 03 de junio de 2008
Reuters
"Es muy probable que un escenario como el que hemos tenido esta semana se mantenga en adelante", dijo un analista del Santander Investment.
SANTIAGO.- Los envíos argentinos de gas natural a Chile se mantendrán oscilantes durante todo el invierno austral, con posibles cortes totales que podrían poner en riesgo el suministro de este combustible en casas y comercios, advirtieron el martes expertos.
Argentina, único proveedor de gas de Chile, le cortó el suministro del combustible el miércoles pasado y aunque luego lo restableció con envíos mínimos, volvió a cortarlo el domingo.
El lunes, Argentina inyectó a Chile sólo unos 150.000 metros cúbicos de gas, muy por debajo del 1,2 millones de metros cúbicos que envió en promedio durante mayo, mientras que durante la mañana del martes no le envió nada, según la Comisión Nacional de Energía.
"Es muy probable que un escenario como el que hemos tenido esta semana se mantenga en adelante", dijo Diego Celedón, analista del Santander Investment.
De igual opinión fue el analista Rodrigo Andaur de FIT Research. "Difícilmente mejorará el suministro porque todavía faltan por venir los meses más fríos, que es cuando se consume más, tanto en Buenos Aires, como en Chile", aseguró Andaur.
El Gobierno ha dicho que confía en que Argentina cumpla con su compromiso de garantizar el suministro de gas para las residencias y comercios, pero las bajas temperaturas y los problemas laborales en ese país podrían jugar en contra de Chile.
"En teoría, el suministro residencial estaría garantizado. Tenemos una planta de respaldo y en el corto plazo tendremos otra, y en el minuto que eso suceda, el riesgo de suministro residencial queda cubierto por las plantas de respaldo de propano aire", dijo Celedón.
"Pero al minuto y como estamos, si es que enfrentamos un escenario en que Argentina no pueda mandar gas en períodos más prolongados que la semana pasada, no descartaría de plano restricciones", agregó.
Argentina agudizó durante el 2007 los recortes a sus envíos de gas natural hacia Chile, que inició en el 2004, ante una mayor demanda interna que no fue acompañada por una mayor oferta.
Esto le provocó a Chile duros problemas energéticos, que se acentuaron por una fuerte sequía y la falla de una central, lo que hizo temer por un racionamiento eléctrico.
Para evitar cortes programados de electricidad, el Gobierno puso en marcha una agresiva campaña de ahorro energético, logrando reducir el consumo, que usualmente en invierno tiende a crecer.
