domingo, 01 de junio de 2008
ÁLVARO RODRÍGUEZ VIAL
Economía y Negocios Domingo
El caso de Vallejo, dicen algunos expertos de la Gran Manzana, es el reflejo de la patente señal del declive económico generalizado que vive hoy California y podría sentar un precedente de otras urbes norteamericanas con serias dificultades financieras.
Con pánico recibieron algunos analistas de Wall Street la noticia que Vallejo, una no despreciable ciudad de algo más de 120.000 habitantes, en California, se declaró en bancarrota.
¿Crisis subprime? ¿Simple depresión de un Estado? ¿Costos muy elevados? Todas las anteriores.
El caso de Vallejo, dicen algunos expertos de la Gran Manzana, es el reflejo de la patente señal del declive económico generalizado que vive hoy California y podría sentar un precedente de otras urbes norteamericanas con serias dificultades financieras.
De hecho, antes de Vallejo, el pueblito de Desert Hot Springs, en el condado de Riverside, decretó el año 2001 la bancarrota después de perder una millonaria demanda. Y antes, el Condado de Orange se declaró en quiebra en 1994 por haber perdido gran cantidad de fondos por malas decisiones de inversiones.
En vallejo, ciudad con un ingreso per cápita anual de US$ 20.500 y cerca de US$ 57 mil anuales por grupo familiar, los gastos mensuales llegan a US$ 1 millón, por lo que sencillamente no es capaz de generar recursos suficientes para pagar sus deudas y su déficit presupuestario se ha empinado en US$ 16 millones.
Veamos algunos ítems: primero, el ingreso por concepto de impuestos a las ventas de propiedades y bienes de consumo cae progresivamente justo cuando el mercado inmobiliario -crisis subprime mediante- se desploma, y la gente gasta menos que antes. Segundo, como al resto del mundo, los costos energéticos asociados al precio del petróleo han minado las finanzas. Y tercero, la ciudad tiene unos muy costosos contratos laborales con efectivos de seguridad pública, bomberos y otros servicios de alto contingente de profesionales. A saber, los sueldos de los policías y bomberos representan entre el 75% y el 80% de los fondos generales de la ciudad. Una ganga.
