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Concesiones no está muerta dentro del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Tampoco anda de parranda ni tiene "botados" los aeropuertos. Porque las únicas licitaciones que llegaron a puerto el año pasado fueron precisamente dos relicitaciones del rubro: Iquique y Puerto Montt. Ambos casos -que implicaron una inversión de US$ 15 millones y US$ 13 millones, respectivamente- fueron parte de un proceso "súper exitoso, y no hubo problemas con el cambio de concesionario. Salieron muy bien y creemos que ya podemos hacerlo con el resto", asegura Gonzalo Cordua, coordinador de Concesiones.
Ya comenzó la precalificación de las empresas que quieran participar en la segunda etapa de concesiones aeroportuarias. Entre las interesadas estarían Belfi, Besalco-Arauco, Icafal, Tecsa, Sencorp y Sacyr.
En esta nueva ola se incluyen los nuevos aeropuertos para Temuco y Coquimbo -US$ 100 millones y US$ 50 millones, respectivamente-, además de la relicitación de Punta Arenas, Antofagasta y Calama, con una inversión contemplada de US$ 15 millones para cada uno.
Este último sería el otro complicado en términos de potencial colapso, junto con el de Pudahuel. Calama también sobrepasó los flujos estimados y la concesionaria envió una propuesta al MOP. Sin embargo, el ministerio también preferirá relicitar en miras a que la actual concesión termina en 2010. "Vamos a estar medio apretaditos e incómodos. Pero si aceptáramos la propuesta de la concesionaria, no adelantaríamos nada", explica Cordua, dado que igual se requieren estudios que ya mandaron a hacer para comenzar la relicitación lo más pronto posible.
Además, el sector minero propuso a la Dirección de Aeropuertos aportar dineros para agrandar la pista actual. "Eso es una ayuda para el período intermedio", asegura el coordinador.