Fondos Mutuos
El discurso no contuvo el mensaje orientador que se esperaba. La causa de esta frustración radica en la falta de un diagnóstico certero acerca de los verdaderos problemas que aquejan al país en materia económica, y de una ruta de navegación acorde a ello. Seguir sosteniendo que la economía va a crecer este año entre 4 y 5 por ciento, cuando todo indica que la tendencia continúa a la baja, no contribuye a despejar la incertidumbre. Ya no resulta creíble que se continúe atribuyendo buena parte de nuestros problemas a la evolución de la economía internacional, como tampoco basta centrarse en la importancia de la responsabilidad fiscal.
La Presidenta tiene razón cuando señala que la prosperidad viene de la mano del crecimiento, la innovación, la energía y la infraestructura. No obstante, se sigue echando de menos el compromiso con un camino claro hacia el objetivo buscado. Por cierto que diversificar las fuentes de energía es algo positivo, como también lo es contar con una mejor negociación colectiva y con un mayor número de becas para realizar estudios de postgrado en el exterior. Pero todos sabemos que la solución al problema de fondo en Chile pasa por cambios que trascienden a un conjunto de medidas de este tipo, por razonables que parezcan. Por ejemplo, en el tema laboral persiste un discurso ambivalente en la aplicación de la actual legislación, prueba de lo cual es el reciente conflicto entre Codelco y sus trabajadores subcontratados, que le ocasionó cuantiosas pérdidas a la empresa estatal. Esta materia no fue clarificada en el discurso.
En cuanto al fomento a la inversión, ciertamente bajar a cero los aranceles a la importación de maquinarias puede tener un impacto positivo, pero ¿por qué limitarlo a este tipo de productos, y por qué circunscribirlo a aquellas que no son producidas en el país? Este tipo de selectividad ha demostrado en el pasado ser ampliamente negativa, y en esta línea habría que señalar el riesgo que tiene perseverar en otras prácticas selectivas como el fomento de clusters específicos. Si se desea fortalecer la competitividad por la vía arancelaria y apuntalar el tipo de cambio, más adecuado sería disminuir a cero la totalidad de las tarifas aduaneras. Con todo, se desaprovechó la oportunidad de haber anunciado otro tipo de ajustes tributarios, de mucho mayor potencia reactivadora.
Por último, en el discurso no se advirtió suficiente profundidad para abordar el tema de la reforma del Estado anunciada por el propio ministro del Interior hace pocos meses, promoviendo la necesidad de introducir una revolución en la gestión estatal como fuente de mayor crecimiento, transparencia y equidad. Donde parecía haber un norte claro y una buena sintonía con lo que el país verdaderamente necesita -el volumen de recursos administrado por el Estado continúa creciendo-, la prioridad no está siendo la que se esperaba. Lamentable.
En el discurso no se advirtió suficiente profundidad para abordar el tema de la reforma del Estado anunciada por el propio ministro del Interior