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Richard Culatta, director de la Sociedad para la Tecnología en Educación:

"Aprender a programar es aprender a resolver los problemas del futuro"

lunes, 04 de junio de 2018

Margherita Cordano
Educación
El Mercurio

Implementar una buena estrategia tecnológica en un colegio implica fomentar el pensamiento computacional desde prebásica y en todas las asignaturas, plantea el especialista.



En casa de Richard Culatta, el tiempo de exposición a las pantallas está controlado. Sus hijos saben que no pueden quedarse pegados viendo televisión, que el celular no es solo para revisar redes sociales y que pasar toda una tarde jugando en el computador no es buena idea.

"Nada en exceso es bueno. No queremos niños obsesionados", comenta respecto de la medida, la que algunos cercanos cuestionan debido a su cargo como director de la Sociedad Internacional para la Tecnología en Educación. La organización se dedica a asesorar establecimientos educacionales de todo el mundo -desde colegios a universidades- que quieren incorporar y sacar provecho de la tecnología en sus aulas.

Culatta dice defenderse de los cuestionamientos, y explica que la misión de la organización es justamente mostrar que la tecnología puede ser un gran aliado, siempre que se sepa organizar su uso: no basta con comprar implementos sin capacitar a los profesores, asumir que los docentes jóvenes van a saber sacarles provecho solo porque usan redes como WhatsApp o Facebook, ni pensar que los computadores solo son tarea del profesor que enseña sobre su uso. Implementar una buena estrategia tecnológica en un colegio implica fomentar el pensamiento computacional en todas las asignaturas y desde prebásica, plantea.

"Hace poco estuve en un colegio donde en clases de Ciencias se había creado una alianza entre los escolares de enseñanza media y los investigadores de una universidad de la zona. Toda esta colaboración se hacía de forma remota, se conectaban a través de pantallas y comentaban unos con otros; los jóvenes tomaban muestras de plantas autóctonas alrededor del colegio, las analizaban y luego compartían sus datos", comenta el estadounidense, quien estuvo de visita en Chile para participar como expositor en el seminario "Tecnología en Educación" que organizó Seminarium Certificación en Santiago.

Lenguaje predominante

El pensamiento computacional al que Richard Culatta alude, también conocido como pensamiento lógico, supone que los niños aprendan a pensar en secuencias. El objetivo es que así logren resolver problemas de manera ordenada, como ocurre en los procesos relacionados con informática.

"Aprender sobre ciencias de la computación es especialmente importante no porque lleve a un trabajo como programador, que es algo que mucha gente cree. Algunos sí obtendrán un cargo en el área y eso es muy bueno, pero la verdadera razón para enseñar sobre código es que aprender a programar es aprender a resolver los problemas del futuro. Ese será un lenguaje altamente predominante".

De ahí que la experiencia temprana en las escuelas sea fundamental, plantea Culatta. "No tiene siempre que ser un aprendizaje con pantallas. En prebásica, una de las actividades que recomendamos, y que tiene mucho éxito, es que a cada niño se le asigna un número y se le pide caminar por alrededor de la sala. Cuando se encuentran con otro compañero, aquel con el número más grande debe ponerse a su derecha. En unos minutos, están formados de menor a mayor. Y eso se relaciona con habilidades propias de la ciencia de la computación, como es el reconocimiento de patrones".

Más allá del soporte técnico

La experiencia implementando programas de la mano de la Sociedad Internacional para la Tecnología ha hecho que Culatta resuma en dos los factores que hacen que los docentes -especialmente aquellos que llevan enseñando por años sin ayuda de un computador- se decidan por probar nuevas herramientas. La primera es mostrar ejemplos concretos. Por ejemplo, si se habla de lo útil que puede ser una pantalla interactiva, es necesario que ellos vean una clase en la que se le saque provecho.

"En muchas escuelas solo se habla de las ventajas de la tecnología, pero nadie les muestra a los profesores cómo es que esto realmente funciona. Nosotros como organización proponemos paseos en donde los docentes visiten otros colegios que ya tienen implementadas estas herramientas", dice.

El segundo factor es entender que introducir la tecnología al aula requiere de mentores. Aquellos profesores más interesados pueden capacitarse de antemano, por ejemplo, para luego servir como apoyo en el momento en que un plan más grande se implemente en sus colegios. "No es lo mismo que llamar a soporte técnico, que es algo en lo que muchos directores confían. Aquí se trata de pares, de personas que entienden sobre los procesos de aprendizaje", concluye Richard Culatta.

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