domingo, 18 de mayo de 2008
Alejandro Sáez Rojas
Economía y Negocios Online, Enfoques
En 15 años, el porcentaje de madres solteras que trabajan ha subido fuertemente. Como resultado, están siendo cada vez más consideradas como objetivo de las políticas públicas y no sólo las más pobres, también las de estratos de ingresos medio-bajos.
Si ya es duro para las mujeres tener la "doble pega" de trabajar dentro y fuera del hogar -el 49% de las pertenecientes al estrato bajo dice sentirse cansada para hacer más cosas después de la labor en la empresa-, más cuesta arriba es la tarea cuando no tienen una pareja que las apoye ni económica ni emocionalmente.
Del total de madres solteras, las que trabajan pasaron desde el 58,2% en 1990 a 71,6% como promedio en 2006. Esta última cifra es más del doble de la participación laboral femenina que existe en el país como un todo, poco superior al 40%, según los datos de la Encuesta Casen 2006 que procesó el Instituto Libertad y Desarrollo.
La familia chilena ha cambiado en estos últimos 15 años, constata el informe de LyD. Del total de las familias, en 1990 el 22,2% tenía un solo progenitor presente. Esa cifra creció a 25,6% en 2006. La mayor parte de las familias con un solo progenitor son mujeres: en 1.149.000 hogares es la mujer la jefa de la casa, mientras que los hogares en los cuales está sólo el hombre son 210.000.
"El problema es que las madres solteras que trabajan están en una posición de mayor vulnerabilidad, especialmente en los grupos más pobres", estima el director del programa social del Instituto Libertad y Desarrollo, Rodrigo Castro.
La participación laboral de las madres solteras más pobres aumentó más en los últimos quince años: desde 43,9% a 58,5%; es decir, 14,6 puntos porcentuales, contra los 13,2 puntos que se elevó el promedio nacional.
Cerca de la pobreza
Para las madres solteras más pobres, "uno de los riesgos es que están más cerca de volver a la pobreza", comenta Castro.
El Gobierno está en un plan para atender a las que ellos llaman "jefas de núcleo", que son madres y que no necesariamente viven solas y que pueden estar "allegadas" en la casa de sus padres. Según datos de Castro, casi el 96% de las madres solteras viven en esta situación.
Existe un programa piloto en que se está entregando una serie de formas de respaldo a las mujeres que son madres solteras, expresa Angélica Fuentes, del Servicio Nacional de la Mujer.
La experiencia, en la actualidad, sólo cubre el 2,7% de la demanda total que se puede requerir por este servicio. El plan, que incluye adecuación de horarios de salas cuna a las jornadas de trabajo, atención médica y dental, de resultar podría aspirar a convertirse en política pública general.
Uno de los problemas de las madres solteras, especialmente las más pobres, es que con tanta carga de trabajo tienen muy poco tiempo para aumentar su calificación laboral, y por eso parte del plan del Gobierno es entregarles más calificaciones para que consigan una mejor remuneración en el futuro.
