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Sitio montañoso albergó seis pruebas de bombas atómicas:

Cómo es Punggye-ri, el centro de ensayos nucleares que desmantela Corea del Norte

jueves, 24 de mayo de 2018

Alicia Tagle y Jean Palou
Internacional
El Mercurio

El régimen de Kim permitió que periodistas extranjeros llegaran a la instalación secreta para presenciar la clausura de sus túneles.



Hasta ahora solo conocido por el análisis de imágenes satelitales, el complejo nuclear de Punggye-ri, una instalación secreta escondida en una zona montañosa al noreste de la península coreana, fue visto por primera vez por un grupo de periodistas extranjeros invitados para presenciar hoy el desmantelamiento del sitio donde Corea del Norte ha realizado seis ensayos atómicos desde 2006. Se trata de la primera medida concreta del régimen de Kim Jong-un encaminada a avanzar hacia la desnuclearización, aunque todavía está lejos de significar una renuncia total del programa atómico por parte de Pyongyang.

Se esperaba que los periodistas -provenientes de EE.UU., Reino Unido, China, Rusia y Corea del Sur- fueran testigos de la detonación y clausura de los accesos de esta red de túneles, que fue excavada al interior de una montaña de 2.000 metros cuyo lecho rocoso de granito y diorita es considerado ideal para contener la fuerza de las explosiones nucleares.

La potencia del último de los ensayos nucleares, sin embargo, provocaba dudas acerca de si Punggye-ri podía seguir siendo operativo.

A diferencia de la primera prueba realizada en el sitio, en 2006, que liberó una potencia de un kilotón (1.000 toneladas), el último ensayo realizado en septiembre pasado provocó un terremoto de entre 6,1 y 6,3 grados en la escala de Richter, lo que implicó una liberación de energía de 250 kilotones; es decir, equivalente a 17 veces la bomba que EE.UU. lanzó sobre Hiroshima en 1945. Luego de esa última detonación, científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China alertaron que hubo un enorme colapso de rocas y deslizamientos de tierra en el monte Mantap, bajo el cual se llevan a cabo pruebas, por lo cual analistas estimaron que el desmantelamiento del complejo en realidad respondía a que estaba fuera de servicio y era inutilizable en la práctica.

Sin embargo, para el sitio especializado "38 North", que monitorea las imágenes satelitales del lugar, la capacidad de Punggye-ri se mantiene inalterable tras esa última explosión -que presuntamente fue de una bomba de hidrógeno-, debido a que todavía cuenta con complejos de túneles y cámaras en otros puntos de la montaña que no fueron dañados y que nunca han sido utilizados.

"Punggye-ri todavía era viable para futuros ensayos nucleares", dijo a "El Mercurio" Frank Pabian, analista de inteligencia de "38 North" y autor de una investigación que reveló la semana pasada que Pyongyang ya había comenzado el desmantelamiento del sitio, con la destrucción de varios edificios operativos y la remoción de rieles y carros mineros empleados para excavar túneles. "No es que estén escondiendo algo o hayan destruido evidencia, ya que el sitio de pruebas es difícilmente accesible para un análisis forense para cualquiera fuera de Corea del Norte", estimó.

Hasta ahora, el régimen no ha vinculado la clausura del sitio de pruebas a la cumbre que sostendría Kim con Donald Trump el 12 de junio en Singapur (ver recuadro), aunque el Mandatario estadounidense sí le agradeció el "gesto". Y ha descartado categóricamente que el desmantelamiento de Punggye-ri se deba a una "fuga radiactiva", tal como han dicho desertores norcoreanos a medios surcoreanos y japoneses.

Según la justificación del propio Kim, el cierre de Punggye-ri responde a que Corea del Norte ya es una "potencia nuclear plena" y no necesita continuar con los ensayos.

Pabian coincide en que el cierre del sitio difícilmente dañará la amenaza nuclear de Pyongyang: "La clausura de Punggye-ri es en gran medida un gesto simbólico. No tendrá un impacto significativo en las capacidades nucleares norcoreanas, considerando el éxito general de los seis ensayos que ha llevado a cabo hasta ahora".

Más importante para el desarrollo nuclear del régimen es la central de Yongbyon, donde se trabaja con material nuclear fisionable, según Rafael Gross, uno de los miembros del Organismo Internacional de Energía Atómica (AIEA) que tuvo acceso a las instalaciones en Corea del Norte, antes de que los inspectores fueran expulsados en 2007. El experto argentino dijo el año pasado que Pyongyang "posee material como para desarrollar entre 10 y 12 misiles con ojiva nuclear".

Pero dado el hermetismo de Corea del Norte, es difícil hacer proyecciones acerca de su real poderío nuclear. El gobierno estadounidense ha dicho que el régimen podría tener hasta 60 armas atómicas en su poder, pero analistas independientes estiman que en realidad tendría alrededor de 20 bombas.

Aunque se trata de una fracción mínima respecto a las 6.800 armas nucleares con las que dispone EE.UU., se trata de una inversión gigantesca para un país pobre como Corea del Norte: según análisis del gobierno surcoreano, Pyongyang ha gastado entre US$ 1.100 millones y US$ 3.200 millones en su programa, pero es imposible un cálculo preciso por el secretismo del mismo.

"El programa nuclear y de misiles norcoreano, en este momento es más bien similar a los de países como Pakistán e Israel, que han llevado a cabo un número limitado (en el caso de Israel no hay pruebas nucleares confirmadas públicamente) de ensayos. Al igual que Israel, hasta ahora el programa de Corea del Norte es una 'bomba en el sótano', con una capacidad potencial, pero que parece no estar operativamente desplegada", explicó Miles Pomper, experto del James Martin Center for Nonproliferation Studies.

En ese contexto, el cierre de Punggye-ri es apenas un primer paso en el proceso de una eventual desnuclearización de Corea del Norte. "Desmontar los misiles podría tardar entre uno y dos años, o tal vez menos, pero separar las armas nucleares en componentes llevaría mucho más tiempo, y mezclar o neutralizar los materiales fisionables -el uranio y el plutonio muy enriquecidos de las bombas-, podría demorar aún más", sostuvo Pomper, quien advirtió además que, en caso de que el programa sea desmantelado, Pyongyang podría restaurarlo gracias a que ya cuenta con expertos que tienen el conocimiento. "Se esperaría que cualquier acuerdo tenga medidas de verificación muy estrictas por parte de la AIEA".

El ministro chino de RR.EE., Wang Yi, dijo que confiaba en que la esperada cumbre entre Trump y Kim sea "coronada de éxito"

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