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Alta concentración de minerales particulados en los alrededores del puerto:

Antofagasta tiene un récord de arsénico, cobre y zinc en sus calles

jueves, 24 de mayo de 2018

Claudio Cerda y Richard García
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Supera incluso al de las ciudades industriales más contaminadas de China, según lo establece un estudio realizado por investigadores chilenos con datos recopilados entre 2014 y 2016.



"Estamos gestionando una demanda contra el puerto por la contaminación de plomo. Construyeron unos galpones inmensos para almacenar concentrados y toda esa contaminación, con el viento, nos llega a nosotros", afirma Rosa Valdés (56), presidenta de la junta de vecinos del conjunto habitacional Aníbal Pinto, mientras extiende sus manos con un espeso sedimento oscuro que asignan al plomo y otros minerales acopiados en la zona.

En este sector costero de la ciudad, que se ubica a dos cuadras del puerto, resulta habitual advertir ciclistas y personas trotando, muchas de las cuales optan por cubrir sus rostros con mascarillas o pañuelos.

Frente al mismo puerto se ubica el liceo B 32, donde su directora reconoce como frecuentes las molestias ocasionadas por los cargamentos de minerales que se transportan a diario por la ciudad.

"Hay un alto grado de contaminación, que trae una serie de complicaciones de tipo respiratorio. La polución también afecta a los colegas con infecciones en los ojos", detalla Mercedes Orellana (45), directora del establecimiento con 1.062 alumnos.

Alta concentración

Los niveles de contaminación en la ciudad alcanzan un récord a nivel mundial, al menos en lo que se refiere a arsénico, cobre y zinc, asegura la geóloga de la U. Austral y presidenta de la Sociedad Geológica de Chile, Joseline Tapia. Ella, junto a investigadores de las universidades de Antofagasta y de Chile, además del Núcleo Milenio Invasal y el Colegio Médico, acaban de publicar un estudio sobre el tema en la revista internacional PeerJ, con datos de la zona recopilados entre 2014 y 2016.

"Las rocas que existen en Antofagasta solo pueden explicar la presencia natural de seis de los 12 elementos identificados. En cambio, no justifican la alta concentración de arsénico, cobre, cadmio, molibdeno, plomo y zinc", explica Tapia.

"El promedio mundial de arsénico en la corteza terrestre es de 4,8 miligramos por kilo. El del suelo del norte de Chile es cuatro veces superior, sobre 20 mg de arsénico por kilo de suelo, pero en el sector del puerto hay 200 mg de arsénico por kilo de suelo e incluso más", destaca. Algo similar ocurre con el cobre y el zinc respecto de los promedios mundiales.

Los niveles de particulado de estos elementos superan incluso al de las ciudades industriales de China, como Fushun y Zhuzhou.

El estudio reveló que la mayor concentración de elementos químicos se encuentra en un entorno de 500 metros del puerto. Las fuentes más probables son los concentrados de cobre del puerto y también los acopios de plomo de Bolivia que maneja la empresa ATI, agrega la geóloga. Estos últimos, explica, están constituidos por polimetales, es decir, pueden contener gran cantidad de metales adicionales.

Tras la polémica por la contaminación por plomo durante los años 90, los acopios bolivianos -que antes se almacenaban al aire libre- fueron trasladados a unos 18 kilómetros de la ciudad, al sector de Portezuelo. Sin embargo, el mineral se sigue transportando al recinto del puerto. "Cuánto tiempo pasan allí, si están protegidos, todo eso hoy se desconoce".

En 2017 se estableció que los camiones empleados debían ser herméticos y limpiarse cada vez que se usaran. Además, las calles del entorno también fueron limpiadas.

"No sabemos si eso bastó. Deberían hacerse nuevos estudios para ver si las concentraciones han disminuido desde entonces. Si no, quiere decir que las medidas adoptadas fracasaron o no se está fiscalizando adecuadamente", dice Tapia.

Cristiane Gómez (16), presidenta del Centro de Alumnos del liceo técnico A-14, ubicado también en el sector afectado, reconoce como una inquietud permanente en la comunidad escolar la contaminación en la ciudad. "La verdad es que no se toma mucho en cuenta el tema, pero esperamos que con los resultados de los estudios esto cambie", afirma.

Coincide el director del establecimiento, Raúl Pizarro (62). "Hay muy poca protección respecto del traslado de minerales. El ferrocarril pasa muy cerca nuestro con minerales, como por toda la ciudad, y toda esta contaminación la absorben los niños", advierte.

Según destaca la alcaldesa Karen Rojo, desde que asumió su cargo ha trabajado en conjunto con el Colegio Médico para denunciar la contaminación a la que están expuestos los habitantes de la comuna. Cuenta que precisamente como una forma de velar por la población, en 2016 decidieron trasladar el jardín infantil Semillita, ubicado en un sector expuesto a materiales contaminantes, a un lugar más seguro para sus 250 niños.

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