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“Gobierno corporativo, responsabilidad social y medioambiental”

miércoles, 23 de mayo de 2018

Economía y Negocios Online


Matías Braun, PhD. en Economía de Harvard University, líder del área de finanzas de la Escuela de Negocios UAI.

El gobierno corporativo, la responsabilidad social y medioambiental de las empresas -ESG por sus siglas en inglés- han ido tomando cada vez más protagonismo. Encuestas a inversionistas, políticas de inversión de importantes inversionistas institucionales, índices y fondos de inversión, y un mayor activismo de accionistas lo dejan bastante claro. Estos desarrollos son positivos en el sentido que hacen que el actuar de las compañías esté alineado con el sentir de la sociedad. Pero existen riesgos.

Primero, meter todo en el mismo saco. Es claro que exigir un buen gobierno corporativo no es solo éticamente deseable sino también rentable privadamente puesto que ahorra los costos del desvío de fondos, mejorando el acceso al capital. El caso para las otras dos es más complicado puesto que se pueden contraponer al valor para el accionista. Incorporar algunos elementos ambientales y sociales es eficiente socialmente porque permite que las empresas tomen en cuenta todos los costos de su actuar. Incluso podría generar beneficios privados, por ejemplo, evitar juicios, buena publicidad o atraer mejor recurso humano.

El segundo riesgo es confundir medios con fines puesto que, en general, incorporar algunos de estos aspectos -como entregar beneficios sociales (salas cunas, pensiones, salud), promover activamente la protección del medio ambiente más allá de lo estrictamente relacionado con la firma e incluso tomar una posición política (a favor o en contra de venta de armas a las personas o respecto de la diversidad sexual)- implica agregar restricciones al actuar de la firma que potencialmente reducen valor.

Debemos exigir a las empresas que tomen en cuenta todos los costos de su actuar y que actúen en favor de sus financistas, pero no que modifiquen su objetivo de crear valor para sus accionistas. Para eso la sociedad cuenta con otras instituciones: el Estado y la sociedad civil, por ejemplo.

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