miércoles, 14 de mayo de 2008
Francisca Urroz R.
Economía y Negocios
Caída de la productividad, falta de innovación y escasez de incentivos a la inversión son, a juicio de expertos, los responsables de la pérdida de liderazgo de nuestro país.
Los años en que Chile lideraba en los rankings de crecimiento regional se quedaron en la década pasada. De concretarse los pronósticos del Banco Central -según los cuales Chile crecería entre 4 y 5% en 2008, con sesgo a la baja-, la economía nacional completará su quinto año consecutivo con expansiones entre las más bajas de América Latina.
Al elaborar un ranking con las 11 economías latinoamericanas, sobre la base de datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Chile ocupa el octavo puesto, el mismo que ya tuvo en 2007, alejándose de los primeros lugares alcanzados en los noventa.
Entre 1990 y 2000, la economía chilena mostró cuatro veces el mayor crecimiento de la región (ver infografía), lo que le permitió terminar la década con una expansión promedio de 6,3%, muy por sobre el promedio alcanzado por sus vecinos.
Dormir en los laureles
Para los economistas, la caída en el ranking tiene dos aristas: una positiva y una negativa. La primera plantea que Chile se adelantó a la región y la segunda, que la economía se estancó.
"En los 90 hubo factores que le permitieron a Chile mejorar la competitividad, mientras que los otros no lo hicieron. Pero nos hemos quedado dormidos en los laureles en reformas micro", plantea Roberto Darrigrandi, economista de Tanner y de la Universidad del Desarrollo.
Guillermo Pattillo, de la Usach, concuerda con este planteamiento y agrega que la caída de la productividad explica en parte este descenso.
Para Christian Johnson, de la U. Adolfo Ibáñez, "la macro está bien, pero faltan incentivos en la micro". A su juicio, para retomar las tasas de crecimiento habría que bajar los impuestos directos para que las pymes pudieran reinvertir y generar mayores empleos. Otra de las razones que explican la caída de Chile dice relación con la regla de superávit estructural (controlando el gasto y ahorrando), que lleva a que en período de fuerte expansión económica el crecimiento se modere, pero cuando ocurren contracciones, la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) no se vea tan afectada.
En Hacienda plantean que el crecimiento del PIB es un indicativo que no mide el bienestar de las personas, ya que en un país éste puede crecer, pero la población aumenta aún más, es decir, el bienestar de cada habitante podría empeorar.
En el ministerio de Hacienda agregan que las economías con menor nivel de PIB crecen más que las economías más ricas. Alberto Bernal, analista de Bear Stearns, coincide con Hacienda. A su juicio, la diferencia en el ingreso per cápita de Chile con el resto de los países latinoamericanos explica que Chile haya perdido liderazgo en la tabla.
CPC ve señales preocupantes en el menor dinamismo e inflación
Para Alfredo Ovalle, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), las recientes proyecciones de crecimiento económico y de inflación que entregó el Banco Central -bajando el primero y subiendo la segunda- son "dos señales preocupantes".
Además de reducir en 0,5 punto porcentual sus pronósticos de crecimiento para 2008, el Central redujo las estimaciones de crecimiento tendencial desde en torno a 5% a un rango de 4,5 a 5% a causa de los efectos de los mayores costos energéticos. El dirigente recordó que hace bastante tiempo que el empresariado viene planteando que nuestra economía necesita ser más competitiva y más productiva. "Esperamos más y seguiremos insistiendo en mejorar en aquellas áreas donde hay necesidad de mejorar", comentó el dirigente.
Ovalle, junto con los dirigentes de rama de la CPC, se reunió ayer con el presidente del Consejo Trabajo y Equidad, Patricio Meller, quien le entregó pormenores de las propuestas a que llegó el grupo asesor, gran parte de las cuales es compartida por el empresariado.
